La primera mitad de 2020 supera en número de suicidios en Cádiz a todo 2019

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Hasta el pasado mes de mayo, Cádiz registró un total de cuarenta casos

Desde la plataforma Afemen destacan la necesidad de apoyo constante y coordinación de recursos

La pandemia ha puesto también sobre el escenario la necesidad de abordar la salud mental.
La pandemia ha puesto también sobre el escenario la necesidad de abordar la salud mental. / Julio González

La cifra de suicidios contabilizados en los cinco primeros meses de 2020 supera a todos los casos registrados en todo 2019 en la provincia. Así, según los datos provisionales que ofrece el Instituto Nacional de Estadística (INE), de enero a mayo del año pasado se registraron 40 suicidios, mientras que en todo 2019 los casos total ascendieron a un total de 29. Respecto a los años anteriores, en los doce meses de 2018 se registraron 47 casos;46 en 2017 y 31 en 2016.

Estos son, por el momento, los únicos datos disponibles respecto a una realidad que se lleva, por año, a más víctimas que los accidentes de tráfico.

Desde Afemen (Asociación de familiares y personas con enfermedad mental de la provincia de Cádiz), Blas García subraya la importancia de la presencia constante y la coordinación de recursos:“Es muy sencillo de entender, cuanto más apoyo han tenido este año de pandemia las personas con alguna enfermedad mental tanto desde el sistema sanitario, como desde las propias asociaciones, menos les ha afectado. Tenemos que ir todos de la mano, en todos los ámbitos, desde servicios sociales, educativo, judicial, sanitario, penitenciario etc”. Y con una partida presupuestaria contundente que respalde todo esto anterior.

García, director de la asociación, enumera que como en todos lados, en la época dura del confinamiento no hubo presencialidad salvo en los casos graves que atendían directamente en salud mental, “pero que suplimos con herramientas aliadas de la comunicación para desarrollar nuestra labor para que tanto ellos como sus familiares se sintieran apoyados”. Ya después volvió la actividad presencial, siempre ajustada a las circunstancias de la pandemia, y completando con una atención personalizada “que en eso sí ganamos”, vía telefónica de los psicólogos, psiquiatras o trabajadores sociales de Afemen.

Pero García quiere distinguir entre el grupo de personas adaptadas con los que se ha hecho un trabajo previo y que acudían a todas sus actividades formativas, culturales, deportivas, de ocio y tiempo libre, “que sí que echaron de menos en los meses de confinamiento nuestros programas, pero con las que se han seguido trabajando en estas nuevas circunstancias", de esas otras personas con problemas graves de salud mental que por circunstancias personales y el grado de la afectación de la enfermedad pues han dejado de participar en sus programas. "Este grupo de personas sí requieren desde el sistema sanitario de una actitud más proactiva y actuar a nivel preventivo”. Muchas de ellas bien porque no tienen asumida su enfermedad mental, vienen de un entorno de exclusión social, consumen tóxicos o están solos etc.

Tras ser cuestionado sobre el abordaje por parte del sistema público de salud mental, reconoce varias cuestiones. Afirma Blas García que efectivamente “ha habido un desfase entre una mayor necesidad de atención y un menor acceso a los recursos, pero también ha habido avances, por pequeños que sean”. Y se explica, “es una realidad que aunque todos los profesionales de salud mental han estado al pie del cañón, la atención regular ha sido por teléfono para evitar contagios por Covid, lo que ha restado calidad en la intervención”. En este sentido comenta que “se ha trabajado a demanda por la escasez de recursos en atención sanitaria de salud mental y por este motivo pedimos que se establezcan los recursos necesarios de personas y de espacios que permitan un trabajo más proactivo”.

De modo que si algo bueno ha ocurrido es que “se ha puesto en primera línea la necesidad de abordar la salud mental y cómo afecta a las personas del entorno, hasta el punto de que la OMS ha alertado”. En cuanto a los pequeños pasos, “la Junta ha incorporado 105 nuevos profesionales en Andalucía en el ámbito de la salud mental que es un incremento insuficiente, pero hay que valorarlo”. Además, “quieren potenciar equipos de tratamiento intensivo en la comunidad para dar respuesta a estas personas que requieren más atención”. También se ha firmado un convenio con el SAS que supone un 30 por ciento de financiación para 2021 y que nos ha incrementado un 12 por ciento de presupuesto, aunque este año se ha perdido la financiación a un programa en centros penitenciarios.

También menciona el apoyo local, muy importante porque todo suma, “y en este sentido tenemos problemas con los ayuntamientos de El Puerto, Algeciras y, en cambio, destacamos la labor del de Cádiz, San Fernando, Chiclana, Jerez, Rota, Conil y Olvera”.

El director de Afemen señala que todas las administraciones reconocen su labor, pero no redunda muchas veces en inversión, “por lo que trabajamos con precariedad de medios”. “A nivel de normativa no hay ninguna que recoja el papel de los centros sociales que gestionamos y estamos en un limbo”. Pero su papel es fundamental a la hora de impulsar la recuperación y la inclusión social a través del fomento de su autonomía y el apoyo a sus familiares.

Un teléfono de atención al sucidio

Desde Afemen están trabajando para que se habilite un teléfono de atención al suicidio de tres dígitos donde se pueda pedir ayuda, como ya existe y funciona muy bien para víctimas de violencia de género. Son muchas las miles de personas que se quitan la vida, y por cada una de ellas otras 20 lo intentan. Y la realidad es que el 95% lo hace “no porque quiera acabar con su vida, sino porque quiere poner fin a su sufrimiento”, explica Blas García, director de la Asociación de Familiares y Personas con Enfermedad Mental.

El gran problema es que todavía quedan muchos mitos y tabúes que hacen que “la persona esté estigmatizada y no quiera compartir con nadie estos pensamientos suicidas, así que tiene un sufrimiento doble porque no es capaz de pedir ayuda profesional”. Por este motivo hay que actuar en todos los niveles, desde la escuela con educación emocional y con deteccón precoz e intervención temprana cuando se observe problemas de salud mental. “En este sentido es importante prevenir situaciones de violencia, acoso, discriminación y fomentar la tolerancia de la aceptación de la diversidad”.

Los medios de comunicación también tienen un papel muy importante a la hora de contarlo. Desde los años 50 se ha evitado informar porque supuestamente hace efecto llamada. “Pero no es así, los últimos estudios en la última década indican que no hay que informar con morbo del suceso, sino de que hay solución y salida a las ideas suicidas y hay que difundir estas información”.

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