Las ciberestafas alcanzan al pago por Bizum

Nuestra relación con el móvil con internet

Los delincuentes se han dado cuenta de que nuestra vida está en nuestro smartphone; así, en los últimos cuatro años se han triplicado las denuncias por ciberdelitos en Cádiz

Un usuario hace un pago por Bizum.
Un usuario hace un pago por Bizum. / Julio González

Ni la creatividad de los delincuentes ni la inocencia de los ciudadanos (una relación casi directamente proporcional) merman en el universo digital, sobre todo, el que gestionamos a través de nuestros móviles. Así, no es casual que “en los últimos cuatro años se hayan triplicado” los ciberdelitos de los que tiene constancia la Policía Nacional de Cádiz. Hechos delictivos de “una enorme casuística” y que alcanza “a un amplio espectro” de víctimas. Uno de ellos, y que tiene mucho que ver con nuestra íntima relación con el smartphone, es la estafa en pagos por Bizum, como informa el subinspector jefe del Grupo de Delitos Tecnológicos de la Comisaría Provincial de Cádiz, Alejandro Pérez.

“Es una modalidad de estafa relativamente nueva que, sobre todo, se produce en el terreno de la compra-venta de segunda mano”, especifica el policía nacional que relata que ya son numerosos los casos en los que, en un trato de compra-venta, el supuesto comprador envía al vendedor (la víctima) una alerta de Bizum donde, en vez de confirmar la realización del pago, se está mandando una autorización para cargar dinero a la cuenta del comprador. Es decir, que en vez de recibir, pongamos, 500 euros, te los roban. “La víctima ve un mensaje con esa cantidad y, relajada porque ha estado hablando con el comprador y porque quiere hacer la venta pronto, ni se da cuenta que lo que la otra persona ha utilizado la opción de solicitar dinero”, detalla el experto. Afortunadamente, la resolución de este delito suele llegar a buen puerto puesto que “hablamos con Bizum” y se identifica la cuenta bancaria asociada al teléfono, “con lo que acabas dado con el titular de la cuenta destino del dinero”, asegura.

Mucho peor final suelen tener los pagos por el método hal-cash o efectivo móvil, que también son habituales en este tipo de transacciones comerciales. En esta modalidad, el comprador envía al teléfono del vendedor un código que éste introducirá en un cajero automático donde sacará, directamente de la cuenta de la otra persona, la cantidad que haya autorizado. “Muy bien, pero si después no hay producto, si está en mal estado, es decir, si se trata de una estafa, ¿qué hacemos nosotros si lo único que tiene la víctima del estafador es un número del teléfono al que le has enviado un código, y ese teléfono, lo más seguro, es de tarjeta prepago o conseguido de aquella manera...”, muestra impotencia el subinspector sobre un sistema de pago “perfecto” para los estafadores que a la hora de sacar el dinero del cajero “bien acuden a máquinas sin cámara o se cubren con un casco”.

También han llegado a manos del subinspector diferentes casos de gaditanos que han sido víctimas del llamado Sim Swapping, una ciberestafa en la que los delincuentes captan toda la información personal a través de diferentes técnicas –phising, malware o investigación en redes sociales– y consiguen realizar un duplicado de la tarjeta SIM del móvil de la víctima para colocarla en otro dispositivo. Una vez que tienen acceso al número de móvil, pueden acceder a toda la información desde contraseñas a banca online. “La persona objetivo de este fraude notará que su móvil, de repente, no funciona. Ni teléfono, ni internet, nada. Así que si eso te ocurre, incluso antes de llamar a tu compañía telefónica, llama al banco para que te bloqueen las cuentas momentáneamente hasta que recuperes tu teléfono”, aconseja.

Otro engaño que tiene mucho que ver con nuestra relación con el móvil, y “en el que están cayendo bastantes personas actualmente”, consiste en una supuesta llamada de la compañía de su línea en la que oferta una mejora en la tarifa para, rematar la faena, con el gancho de un iphone de regalo por acogerse al nuevo plan. El ardid se teje de tal manera que al final la supuesta operadora le informa que le ha dado de alta en el nuevo plan y que le envía a su móvil un código que es la autorización para el envío del terminal de regalo. “Pero realmente ese código no es otro que el código que nos envía nuestro banco para confirmar una compra por internet ya que realmente lo que ha estado haciendo el estafador es estar delante de un ordenador comprando uno o varios móviles con la cuenta de esa persona ya que le ha ido sacando la información necesaria durante la conversación. Incluso, a veces, hasta ocurre que el estafador le dice a la víctima que se ha confundido al meter el código y tiene que generar otro, con lo que se realiza hasta una segunda y una tercera compra con el dinero de la víctima... Aquí vienen casos de estafa de 14.000 euros porque a la víctima la ha engañado tres o cuatro veces...”. Recuperar el dinero, de nuevo, “es muy complicado”.

“Los delincuentes le echan imaginación pero también la ciudadanía no es del todo consciente de su imprudencia. Yo lo intento explicar diciendo que en muchos casos esto es como si dejas 4.000 euros en la barra de un bar y te vas al baño... O que al igual que a un desconocido por la calle no le vamos a dar nuestra tarjeta o nuestras contraseñas, pues tampoco a través del teléfono ni de internet. Y menos, ese error calamitoso que cometen no pocas personas de enviar una fotografía de su DNI... Eso es muy peligroso”, advierte.

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