Muere Paco Dorado, el comandante que revolucionó el negocio taurino
Desde abajo y con desparpajo logró entrar en el oligopolio del negocio taurino con la titularidad de plazas de primera
El cronista taurino cordobés Juan Antonio Jiménez Alguacil nos avanzaba que Paco Dorado, el apoderado que llegó a lo más alto del empresariado taurino logrando romper la barrera del oligopolio empresarial, se encontraba en situación terminal, víctima de una grave dolencia que se le detectó al tratarse de una caída accidental.
Por desgracia ayer poco antes de las cinco de la tarde Francisco Dorado Rodríguez, nacido en la localidad sevillana de Los Molares en 18 de noviembre de 1948, moría a los 76 años en el Hospital Virgen del Rocío.
Paco Dorado trabajaba en el campo, en la recogida de leche. Muy aficionado, ya alguna vez había ensayado la posibilidad de dedicarse al toreo de muy joven. Su incursión en los toros comenzó con Tomás Campuzano. El torero estaba ajustado en una de aquellas plazas de toros turísticas de la costa brava y buscaba alquilar un taxi. Dorado se ofreció a llevarlo en la furgoneta con la que recogía las cántaras de leche y de aquel largo viaje surgió el apoderamiento.
Fue el primero de muchos pero el más significativo fue el de Manuel Díaz 'El Cordobés'. Hijo de Manuel Benítez, en aquel tiempo no reconocía su paternidad pero se dice que le ayudaba a ser torero. Interviniera o no en el apoderamiento, Dorado ideó innovadoras tácticas y en aquellos primeros años de la década de los noventa del siglo pasado movió al torero en muchas novilladas y cerró su alternativa un domingo de Resurrección en la Maestranza.
Entre las innovadoras ideas, la original publicidad de concebir la llegada de Manuel Díaz con una revolución de la que Dorado era el comandante. Nació el Comandante Dorado, un taurino que era a la vez apoderado y montaba festejos, hasta que por fín se hizo empresario.
La revolución se extendía por México, Colombia y Venezuela. Tanto es así que llegó a ser empresario de la plaza de toros de Vaencia del Rey en Carabobo, Venezuela, y estrechó lazos con la revolución chavista hasta el punto de que enseñaba orgulloso el carnet bolivariano.
A los nombres de Campuzano o Manuel Díaz sumó el apoderamiento de José María Manzanares, Rafael de Paula, Javier Conde, José Luis Moreno, Chamaco, Octavio Chacón, José Luis Parada, Dávila Miura, Emilio Silvera, Juan Carlos García, José Luis Moreno, Chiqui de Ronda, César Vargas Girón o Julio Benítez 'El Cordobés' y llevó plazas como Córdoba, Cáceres, Jaén, Algeciras, Antequera, Manzanares, Sanlúcar de Barrameda, Montilla, Los Barrios, Priego, Ayamonte, Pelagajar, Pozoblanco, Piedrabuena, Guillena, Ciudad Real y Valencia en Venezuela. Innovó en la creación de palcos VIP refrigerados por nube de vapor.Con Salvador Távora montó los espectáculos 'Don Juan en los Ruedos' y 'Carmen'.
De extraordinario carácter y desparpajo, renegaba de los despachos y cerraba sus tratos en su rincón de 'José Luis' en la plaza de Cuba o en el 'Chapeau' de Vistahermosa en El Puerto de Santa María. Su creatividad y talento se unieran a una forma de ser bohemia sin que faltara nunca la seriedad en el trato.
Dorado ganó e hizo ganar mucho dinero y vivió el toreo siempre rodeado de un sanedrín de festivos amigos. En los últimos tiempos, desde su casa de Santiponce muy cerca de Sevilla, soñaba con volver al negocio taurino desde abajo, chaquetilla al hombro, como cuando empezó. Paz a sus restos.
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