El 34% de las muestras en ríos y embalses gaditanos supera los límites de glifosato
medio ambiente
El estudio sobre el herbicida ha sido realizado por el Ministerio para la Transición Ecológica
En la Demarcación del Guadalate-Barbate, el porcentaje aumenta hasta el 41%
Todas las cuencas de agua de la provincia presentan una alta concentración de glifosato: el herbicida de uso autorizado en España pero señalado, por su carácter potencialmente peligroso, por la Agencia Internacional para la Investigación del Cáncer (IARC), dependiente de la ONU.
Así, las analíticas de glifosato realizadas en la provincia durante 2017 y 2018 por el Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico (MITECO), y facilitadas a Ecologistas en Acción, confirman la elevada presencia en ríos y embalses de este tóxico en nuestra provincia: en el 34% de las muestras se ha detectado su presencia por encima del límite. Un porcentaje que aumenta hasta el 41% en la Demarcación Hidrográfica del Guadalete-Barbate, que abarca la mayor parte de la provincia.
Por otro lado, el 23 % de las muestras analizadas han superado el valor límite de 0,1 microgramos por litro (µg/l), que las directivas europeas de agua subterránea y de agua de boca consideran como el máximo permisible para cualquier plaguicida que no tenga un límite específico, como es el caso del glifosato. Incluso, un 6 % de las muestras ha rebasado el valor de 0,5 µg/l que estas directivas consideran como el máximo porcentaje sumando todos los plaguicidas presentes.
Una de las muestras efectuadas en los análisis realizados a nivel provincial marca, de hecho, el tercer máximo nacional –una concentración cientos de veces superior a la permitida–. En concreto, se trata de la medición efectuada en el embalse de Charco Redondo (27,3 µg/l), con el agravante de que este almacenamiento abastece de agua potable al Campo de Gibraltar. Otro récord lo ostenta el Arroyo del Águila (7,6 µg/l), junto a su desembocadura en el Embalse de Zahara-El Gastor, en pleno Parque Natural Sierra de Grazalema.
El siguiente máximo se da en el Embalse de Guadalcacín (1,52 µg/l), dedicado al riego agrícola y abastecimiento de agua potable, con un valor tres veces superior al límite permitido para la suma de todos los plaguicidas.
Otros puntos conflictivos son el arroyo Zurraque (1,18 µg/l), en la Bahía de Cádiz, y la campiña entorno a Jerez (cuatro puntos de medición con valores 0,34 µg/l, 0,177 µg/l, 0,184 µg/l y 0,35 µg/l)… todos superando los límites legales.
“La generalizada presencia del glifosato en nuestros ríos y embalses –sostienen los ecologistas en una nota– desmiente la justificación aportada por las administraciones públicas que lo autorizan o utilizan, y es que se degrada con rapidez. Muy al contrario, queda demostrada su persistencia, sobre todo en ecosistemas acuáticos, los más vulnerables a este herbicida”.
Con varias sentencias en su contra, los daños del glifosato no se limitan a la salud humana, “pudiendo provocar además alteraciones endocrinas”, sino que, apuntan desde Ecologistas en Acción, se trata también de “un producto tóxico para los organismos acuáticos y los ecosistemas, con efectos nocivos duraderos”.
Todos estos resultados son, si cabe, más preocupantes aún si tenemos en cuenta que, como resalta Ecologistas en Acción, “los puntos de búsqueda de esta sustancia son escasos para extensiones de territorio muy grandes”. Así, la plataforma ecologista no sólo pide a la administración “retirar la autorización a la comercialización de productos fitosanitarios que contengan glifosatos”, sino también “redactar normas armonizadas para el muestreo y la analítica de plaguicidas por parte de los gestores de las demarcaciones hidrográficas”.
Además, desarrollan, habría que “asegurar que la recogida de información sobre presencia de plaguicidas sea más completa y ajustada a la realidad. Y que sirviera, a su vez, como punto de partida para proteger nuestros ríos, al medio ambiente y a las personas, de la contaminación por glifosato”.
Propiedad de la firma Monsanto, el glifosato es el herbicida más utilizado a nivel mundial, y se emplea desde hace décadas en el mundo agrario español. La ministra para la Transición Ecológica, Teresa Ribera, anunció el año pasado que el gobierno está considerando abordar su prohibición.
Puerto Real, contra su uso
El Ayuntamiento de Puerto Real prohibió, ya en la pasada legislatura y a propuesta de la Concejalía de Medio Ambiente y Sostenibilidad, el uso de glifosato en la localidad. La iniciativa señalaba que este herbicida estaba presente en cinco de los agroquímicos considerados como cancerígenos por la OMS. La delegada local de Medio Ambiente, María Merello, subrayó la validez del “principio de precaución” a la hora de vetar el uso del químico y sustituir su uso por “métodos no contaminantes que no dañen a la salud ni al medio ambiente, incluyendo métodos mecánicos y térmicos que ya se aplican en la mayoría de los países de la UE”.
Además, en agosto del pasado año, se aprobó en Puerto Real, y por primera vez en nuestro país, una ‘Ordenanza para reducir la exposición de la población y el medio ambiente a disruptores endocrinos’. Este verano, y a propuesta también del grupo municipal Equo Los Verdes, el pleno del Ayuntamiento de Puerto Real aprobó una moción para solicitar al Gobierno de España, a la Junta de Andalucía, a la Diputación de Cádiz y a ADIF, que “cesen de forma inmediata” en el uso de glifosato, polioxietilamina y sus distintas formulaciones, para el mantenimiento de las infraestructuras de su competencia en el término municipal de la localidad.
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