El pleno municipal de Sanlúcar se convierte en un jeroglífico de difícil resolución

Muchas divisiones internas a siete meses de otras elecciones

El alcalde se inventa el 'grupo independiente' para su único socio, Podemos tarda dos años y medio en prescindir de su edil anticapitalista, Ciudadanos se parte en tres y el concejal de Vox que explotó contra su partido no deja esas siglas

Vista de la sesión del pleno municipal de Sanlúcar correspondiente al pasado mes de septiembre.
Vista de la sesión del pleno municipal de Sanlúcar correspondiente al pasado mes de septiembre. / D.C,

Si a usted le da un día por asistir a un pleno del Ayuntamiento de Sanlúcar antes de que lleguen las elecciones municipales del próximo mes de mayo, le aconsejo que se lleve papel y lápiz. O, si puede, siéntese mejor cerca de un ordenanza municipal que tenga cara de ser muy paciente. Porque le aseguro que no va a parar de preguntarle a qué partido pertenece ahora ese concejal que está hablando, por qué los ediles de una formación política están ahora repartidos en tres grupos diferentes y cómo es posible que haya más de un representante municipal que despotrique tan abiertamente de las siglas con las que concurrieron a los últimos comicios locales. Y toda esa información la tendrá que pasar a un papel, se lo aseguro, porque es un jeroglífico de difícil resolución.

Pero para ir esclareciendo este enrevesado laberinto político, empecemos por el final. Ayer la asamblea de Adelante Andalucía denunciaba públicamente la estrategia de "acoso y derribo" de Podemos tras expulsar al concejal sanluqueño David Rodríguez Alhambra al grupo de los no adscritos. Este edil, vinculado a Anticapitalistas y que concurrió a las municipales de 2015 por Sanlúcar Sí se Puede y a las de 2019 encabezando la lista de Podemos, se desmarcó hace ya dos años y medio de las tesis de la formación morada, en concreto desde que Teresa Rodríguez y Pablo Iglesias formalizaron su divorcio en febrero de 2020.

Durante todo este tiempo Alhambra ha seguido perteneciendo al grupo municipal de Podemos, pese a no defender las premisas de este partido. Y no ha sido hasta ahora, más de dos años y medio después de esa ruptura interna, cuando Podemos Andalucía ha solicitado formalmente y por escrito al Ayuntamiento de Sanlúcar que le expulse al grupo de los no adscritos, como así ha sucedido ya.

Y la reacción de Adelante ha sido contundente, ya que la confluencia que lidera Teresa Rodríguez considera que la expulsión de David Rodríguez Alhambra "no es un hecho aislado en un municipio sino la táctica política de un partido –en referencia a Podemos– que pretende aniquilar nuestro proyecto político siete meses antes de las elecciones municipales, tal y como hicieron antes en Jerez con el concejal Ángel Cardiel, en Sevilla con la concejala Sandra Heredia, en Huelva con el concejal Jesús Amador, y en El Puerto destituyendo a Alejandro Gutiérrez de la portavocía".

Adelante acusa a Podemos de continar su "campaña de acoso y derribo" en Sanlúcar

En el grupo de los no adscritos Alhambra coincidirá con dos de los cinco concejales que logró Ciudadanos en Sanlúcar en 2019. Fue en julio de este mismo año cuando el partido naranja saltó por los aires en la capital de la manzanilla. Hasta entonces los ediles de Ciudadanos venían gobernando en coalición con los nueve concejales del PSOE, garantizándole una cómoda mayoría absoluta al alcalde, el socialista Víctor Mora. Sanlúcar y San Fernando eran los únicos referentes en la provincia de los acuerdos PSOE-Cs,

Pero la remodelación del equipo de gobierno consensuada al principio de este verano entre el regidor y el líder local del partido naranja, Javier Gómez Porrúa, no fue bien acogida por la dirección de Ciudadanos en Sanlúcar, que optó por romper este acuerdo de gobierno con el PSOE.

De esta manera el grupo municipal de Ciudadanos se partía en tres: sus dos concejalas decidieron seguir siendo fieles a estas siglas pero terminaron siendo cesadas por el alcalde tras las críticas que ellas mismas habían dirigido a la máxima autoridad municipal y a su forma de gestionar la ciudad; otros dos ediles que fueron expulsados como militantes del partido naranja, entre los que estaba su alcaldable, pasaron al grupo de los no adscritos e igualmente tuvieron que ser cesados de sus competencias municipales pese a que al alcalde no le apetecía lo más mínimo; y aparte queda otro concejal, Manuel Lobato, que concurrió a las elecciones municipales de 2019 como independiente en las filas de Ciudadanos y que es el único del grupo originario que mantiene sus responsabilidades de gobierno.

Con Lobato en el 'grupo independiente' de nueva creación el alcalde busca que nadie pueda llamar "tránsfuga" a su socio de gobierno

En este punto se localiza una de las muchas sorpresas que este mandato corporativo ha dejado en el Consistorio sanluqueño. Y es que el alcalde, Víctor Mora, ha decidido crear el 'grupo independiente'. Así, a secas.

Sabedor de que Lobato no militaba en Ciudadanos y que, por lo tanto, no podía ser expulsado, Mora decidió mantenerle en el gobierno municipal, donde tiene a su cargo las delegaciones de Fiestas y de Cultura y Patrimonio Histórico. Y para intentar acallar las voces que pudieran acusarle de gobernar con un tránsfuga, optó por que Lobato no fuera incluido en el grupo de los no adscritos, inventándose para él una nueva denominación, la de grupo independiente, de la que no consta antecedentes previos en ningún Ayuntamiento del país. Así figura incluso en la página web del Ayuntamiento sanluqueño, donde se visualiza perfectamente las tres partes en las que ha quedado partido el grupo municipal de Ciudadanos.

Captura de la web del Ayuntamiento de Sanlúcar en la que Manuel Lobato figura como único miembro del denominado 'grupo independiente'
Captura de la web del Ayuntamiento de Sanlúcar en la que Manuel Lobato figura como único miembro del denominado 'grupo independiente' / D.C,

Manuel Lobato, por tanto, fue salvado in extremis de engrosar las filas del grupo de los no adscritos, una especie de cuarto oscuro al que, curiosamente, sigue sin ser mandado el único concejal que logró Vox en esta ciudad en las elecciones municipales de 2019, José Manuel Martínez Ayala.

Las discrepancias internas en este partido de derecha llevaron a Martínez Ayala a romper públicamente con Vox. Lo hizo además en un pleno municipal, el celebrado en septiembre de 2020, y sus afirmaciones llegaron a ser noticia de ámbito nacional. Allí, estando en el uso de la palabra, quien el año anterior había sido candidato de Vox a la Alcaldía de Sanlúcar se explayó en sus críticas a la dirección de esta formación política: "Vox es una estafa, un fraude y se ha convertido en una empresa piramidal que juega con los sentimientos de los españoles simplemente para sacar dinero".

De inmediato la dirección del partido que preside Santiago Abascal reclamó a Ayala que devolviera su acta de concejal pero éste se negó en rotundo. Y en estos dos años este edil no sólo ha confirmado su renuncia a seguir militando en Vox sino que además se ha erigido en líder nacional del nuevo partido llamado España Suma.

Pero pese a todos estos vaivenes Martínez Ayala figura aún como único integrante del grupo municipal de Vox, una condición que, sin duda, le aporta más capacidad de movimiento político que si quedara incluido en el grupo de los no adscritos. Pero ni él mismo, ni la dirección de Vox han decidido hasta ahora formalizar una ruptura que es evidente a la vista de todos. Y es que el ahora presidente nacional de España Suma suele ir a los plenos municipales de Sanlúcar, interviene sobre todo al tratarse asuntos de interés municipal, pero a la hora del recuento de las votaciones el alcalde sigue contabilizándole como representante de Vox. Lo que en cualquier administración local sería un concejal no adscrito, en el Ayuntamiento de Sanlúcar es un cargo encajado en un raro limbo político.

De esta manera el gobierno municipal de Sanlúcar está conformado actualmente por diez concejales: los nueve del PSOE y Manuel Lobato, el edil escindido del grupo de Ciudadanos y que actualmente es el único integrante de ese extraño 'grupo independiente'.

Y en la oposición quedan los 15 concejales restantes. La disparidad ideológica de esta oposición imposibilita claramente cualquier posibilidad de moción de censura, un hecho que aporta gran tranquilidad a un Víctor Mora que, pese a perder la mayoría absoluta el pasado mes de julio, puede seguir gobernando sin sobresaltos en los siete meses que restan del actual mandato corporativo.

En esta oposición tan variopinta conviven ahora los seis ediles de IU, los tres del PP, las dos concejalas que siguen siendo leales a Ciudadanos, el representante de Vox que ya no milita en este partido y, por último, los tres miembros del grupo de los no inscritos, es decir, los dos concejales expulsados de Ciudadanos y el anticapitalista apartado por Podemos.

Pero todo esto es, claro, a día de hoy. Con siete meses aún por delante, aún hay mucho margen para seguir complicando ese jeroglífico que es ahora el pleno municipal de Sanlúcar.

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