El narco se arma con fusiles de guerra en la Bahía de Cádiz
La Policía Nacional interviene un arsenal en Chipiona al registrar el domicilio del individuo detenido por embestir a tres agentes en Sanlúcar
Un narco intenta atropellar con un todoterreno a tres policías durante un alijo en Sanlúcar
"No todas las unidades policiales están preparadas para afrontar un asalto con este tipo de armas". Ignacio Vega, jefe de la Udyco de la Policía Nacional en Cádiz, no oculta su preocupación. Su mirada está fija en la mesa donde se muestra el arsenal localizado en el domicilio del individuo detenido por embestir la pasada semana a tres agentes que intentaban evitar un alijo de droga en Sanlúcar.
Tal es la gravedad que los responsables policiales han presentado este jueves en rueda de prensa el resultado de la denominada Operación Mosquito, en la que el protagonismo no ha recaído por una vez en la droga intervenida, más de 700 kilos de hachís, sino en el armamento que el sujeto guardaba en una finca de Chipiona y la violencia con la que se empleó para huir de los agentes, poniendo en riesgo la vida de tres policías que intentaron darle el alto.
Los agentes han intervenido armas largas como la variante yugoslava del Kalashnikov, junto a subfusiles Scorpion CZ con sus correspondientes silenciadores y que llegan a alcanzar una cadencia de disparo de 1.100 balas por minuto, o un rifle de caza Winchester con la culata cortada para ser transportado más fácilmente (aunque manteniendo el visor telescópico, para sorpresa de los policías).
A ellos se suman cuatro pistolas Glock, con acoples para convertirlos en subfusiles, y dos revólveres, además de punteros láser e inhibidores de frecuencias. Todas las armas están operativas y disponen de su correspondiente munición y cargadores preparados, según los agentes.
"Es normal que el narcotráfico en Cádiz use armas, pero no de este tamaño. Es la primera vez que las encontramos en la Bahía", ha explicado Ignacio Vega, que ha estado acompañado del nuevo jefe provincial de la Policía en Cádiz, Santos Bernal, en su primera comparecencia desde que asumió el cargo el pasado mes de junio.
Una operación en Sanlúcar
La Operación Mosquito, nombrada así en honor a las horas de vigilancia en plena marisma, arrancó hace poco más de un mes, en torno a individuo que se dedicaba a alijar hachís en el río y se jactaba de tener armas. "Eso nos hizo marcarle como un objetivo prioritario", ha señalado el responsable de la Udyco. Las pesquisas dieron como resultado la detección el pasado miércoles 29 de movimientos que apuntaban a un alijo importante, ya que el principal sospechoso preparó un coche y lo condujo a Sanlúcar a una zona que la Policía considera "caliente".
Los responsables de la operación decidieron centrarse en el coche de carga, un todoterreno de alta gama marca BMW, para intentar detener al sujeto dada la dificultad para llegar al lugar del alijo sin que la presencia policial sea detectada. Los agentes decidieron intervenir bloqueando con un coche la salida del vehículo en un carril de la zona de la Algaida.
Ante la presencia policial el investigado hizo caso omiso de las señales de dos los agentes, que portaban un chaleco reflectante y estaban a pie en el camino, y que tuvieron que saltar a la cuneta para no ser atropellados, a pesar de que llegaron a hacer disparos al aire. El tercer policía, que aún se encontraba en el interior del coche, tuvo el tiempo justo para reaccionar y salir del vehículo antes de recibir el impacto del todoterreno.
"En palabras de los compañeros, fue como si pasara un tren", ha narrado Ignacio Vega. El vehículo policial salió volando literalmente y quedó con el frontal destrozado tras el choque. "Los coches de carga siempre reúnen las mismas características: todoterrenos muy potentes, altos y este estaba cargado, por lo que era prácticamente imposible pararlo", ha relatado el jefe provincial de la Udyco.
El todoterreno intentó emprender la huida campo a través aunque acabó atascado al impactar con el poste de hormigón de una alambrada. Los dos ocupantes huyeron a pie y lograron huir del dispositivo policial ocultándose en una zona plagada de invernaderos. En el vehículo se encontraron más de 700 kilos de hachís, con un valor en el mercado de unos cuatro millones de euros, y una pistola municionada y con una bala en la recámara.
Detenido en Jerez
Al día siguiente, los agentes lograron localizar al conductor en un hotel de Jerez, donde fue detenido tras una intensa investigación. Se trata de un hombre de 33 años de edad, natural de Algeciras aunque afincado desde hace años en Chipiona, y con antecedentes policiales. Ante la posibilidad de que hubiera armas en su domicilio, los policías lograron autorización judicial para registrar una finca rústica de Chipiona donde solía pernoctar. Dentro de una casa prefabricada, fue hallado el arsenal gracias a la labor de la unidad canina, ya que parte de las armas estaban ocultas incluso bajo tierra.
El individuo ha ingresado en prisión tras ser investigado por los cargos de tentativa de homicidio contra tres agentes, daños, tráfico de drogas y tenencia ilícita de armas. En el lugar del alijo se detuvo a una segunda persona, que también ha ingresado en prisión por tenencia de drogas, y las pesquisas se centran ahora en localizar y detener al copiloto del todoterreno, que según los responsables policiales, "está plenamente identificado".
La otra línea de investigación es determinar el origen de las armas, algunas de ellas ya antiguas y procedentes de Europa del Este, y otras modernas. También tratan de aclarar si están limpias o han sido usadas para la comisión de otros delitos. Todas ellas, salvo el rifle Winchester, tienen el número de serie borrado, por lo que las pesquisas se podrían prolongar incluso meses.
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