Más natural imposible

Cádiz es la provincia que cuenta con más parques naturales de toda Andalucía. Ninguna otra puede presumir de seis paraísos con una complejidad difícil de encontrar en el resto del territorio nacional. Alcornocales, Bahía de Cádiz, Estrecho, Breña y Marismas del Barbate, Sierra de Grazalema y Doñana. Media docena de espacios protegidos con una biodiversidad que la convierten en una provincia única de la que no es necesario salir para encontrar ecosistemas radicalmente diferentes. Desde los bosques prehistóricos de Los Alcornocales hasta las marismas del Parque Bahía de Cádiz. Aún hay miles de gaditanos que no conocen sus tesoros, que no saben que a apenas una hora y media por carretera se puede acceder a cualquiera de ellos. Que un sábado se pueden ver buitres sobrevolando la Sierra junto a Benamahoma y al día siguiente asistir a un avistamiento de cetáceos en el Estrecho.

Más del 35% de la superficie de la provincia está acogida a alguna figura de protección, no sólo parques naturales, sino, por ejemplo, Lugares de Importancia Comunitaria. De hecho, se trata de una de las provincias con más superficie protegida de Europa.

Esta oferta de naturaleza a veces es desconocida por los propios gaditanos, pese a los esfuerzos de la Junta de Andalucía por acercarlos a escolares con programas y visitas, como los que se realizan en los Centros de Visitantes que se han construido en los últimos años. El de Los Toruños o el situado en Camposoto son sólo dos ejemplos que también son aprovechados por los ciudadanos durante los fines de semana.

La provincia aglutina la principal formación de alcornocales del Mediterráneo (PN Alcornocales), humedales imprescindibles en la península ibérica (PN Bahía) que acogen cada año miles de aves acuáticas, una de las áreas litorales mejor conservadas del país (PN Estrecho), puerta de las migraciones de aves y cetáceos, un santuario para los amantes de la ornitología (PN Doñana) o el parque pionero en la conservación y reserva de la biosfera (PN Sierra de Grazalema).

Los parques naturales gaditanos se han convertido en una seña de identidad del territorio. Nadie entiende ya los montes de Alcalá o de los Barrios sin hablar del Parque Natural de Los Alcornocales. Así que podría decirse, sin temor a la exageración, que hoy día son una marca, un logo de la provincia, es más, se han consolidado como una realidad de crecimiento y desarrollo económico sostenible.

En una primera etapa los parques naturales se gestionaban pensando más en el habitante de la ciudad que acudía a visitarlos, pero en los últimos tiempos se volvió la mirada a la población rural, a los naturales de cada territorio, que sienten el parque como algo propio con lo que se identifican. Esa es precisamente una de las claves de la conservación.

A excepción del Parque del Estrecho, que es el más joven de la provincia, el resto se acercan a los 25 años de historia. La Ley de Espacios Naturales de Andalucía del año 1989 permitió dotar a muchos de los espacios naturales de la provincia de la figura de protección correspondiente y estableció las medidas de protección necesarias, así como las herramientas de ordenación y gestión enfocadas a preservar nuestro patrimonio natural.

Gracias a esta Ley se declararon cuatro de los seis Parques Naturales que tiene hoy la provincia. Bajo ella han nacido el Parque Natural Bahía de Cádiz, Breña y Marismas del Barbate, Alcornocales y Doñana. Nacieron además las Reservas Naturales de las Lagunas de Cádiz (14 en total) y Peñón de Zaframagón, y un total de siete Parajes Naturales, entre los que se encuentran la Isla del Trocadero y las Marismas de Sancti Petri. En total la Ley 2/1989 declaró un total de 13 espacios naturales protegidos en Cádiz y esto fue sólo el principio de lo que existe hoy día.

El gran objetivo de la Consejería de Medio Ambiente y Ordenación del Territorio actualmente consiste no sólo en mirar atrás para analizar la efectividad de la Ley sino en mirar hacia delante y adaptar su espíritu y sus fines a la nueva realidad existente.

El delegado de Agricultura, Pesca y Medio Ambiente, Federico Fernández, considera que "tenemos una gran responsabilidad. Estamos obligados a velar por la buena salud de estos espacios protegidos para que sigan siendo referentes medioambientales. Esto nos obliga además a seguir trabajando porque estos espacios sean además escenarios de progreso y desarrollo económico".

En la actualidad la Red de Espacios Naturales Protegidos en Cádiz cuenta no sólo con parques naturales, sino con parajes, reservas y monumentos naturales como el de los corrales de Rota (el primero que se declaró en Andalucía), la duna de Bolonia, el tóbolo de Trafalgar o la Punta del Boquerón.

Cádiz cuenta con tres Reservas de la Biosfera declaradas por la Unesco, entre las que destaca la Reserva de la Biosfera Intercontinental del Mediterráneo Andalucía-Marruecos, la primera reserva constituida entre dos continentes y que cuenta con un mar dentro de sus límites, y también lo son: la Sierra de Grazalema y Doñana.

El delegado continuó comentando que llevan a sus espaldas "más de 20 años llenos de hitos importantes, que han permitido proteger los espacios que conforman la riqueza inigualable de nuestra tierra. Estamos satisfechos con el trabajo que se ha realizado y que nos ha convertido en referentes de protección, pero también es cierto que las experiencias que hemos acumulado en los últimos veinte años, nos han permitido un aprendizaje continuo y nos han ido revelando realidades que no podemos obviar".

Pero la Delegación de Medio Ambiente se ha propuesto seguir trabajando conforme a las exigencias que los nuevos tiempos plantean. En primer lugar quieren reforzar los vínculos de la población con los espacios protegidos. "En nuestro empeño de que los parques no sean santuarios inaccesibles sino lugares de encuentro, espacios dinámicos y llenos de vida tenemos la obligación de hacer la vida más fácil a los hombres y mujeres que habitan estos espacios para reforzar sus vínculos con los espacios naturales en los que viven", dice el delegado.

Así, la Consejería de Medio Ambiente ha reducido a la mitad los trámites y procedimientos administrativos en los espacios naturales protegidos, que se han reducido a medio centenar para aquellas actividades y trabajos más frecuentes mediante la implantación de un sistema rápido y eficaz que en absoluto contempla ni la reducción de los niveles de protección alcanzados, ni la modificación de nuestras leyes ambientales.

Los parques naturales gaditanos también son motor de desarrollo económico de sus comarcas, algo en lo que las administraciones quieren seguir trabajando. Además de favorecer las condiciones de vida de la población autóctona, "creemos que es vital la generación de riqueza y de empleo en estas zonas mediante la implantación de nuevas empresas. Empresas que encuentren en la sostenibilidad una fórmula idónea para impulsar el desarrollo socioeconómico", dice Fernández.

Hoy día esto ya es una realidad, como demuestra la marca Parque Natural, un sello de calidad que reconoce y diferencia al producto por sus valores naturales y ambientales, así como a aquellos servicios surgidos en los entornos de los espacios naturales. Cádiz está a la cabeza de Andalucía ya que las empresas gaditanas de la marca Parque Natural comercializan un total en torno a 300 productos y servicios, en su mayoría del sector turístico y agroalimentario.

No tiene sentido por tanto seguir viendo los espacios naturales como un lastre sino como una oportunidad, y más en tiempos de crisis, como un valor añadido para los municipios y un motor de desarrollo económico para los mismos. De hecho muchas de las actividades tradicionales que conforman la identidad de los parques son hoy día industrias competitivas (los quesos de la Sierra por ejemplo). Salvaguardar los recursos y su entorno natural no sólo tiene sentido ecológicamente, también económicamente.

El turismo ornitológico explotado en países de Europa con menos potencial que el de la provincia gaditana es una de la nuevas metas que se marcan desde la Delegación. Aunque existen algunas iniciativas incipientes en la provincia, este sector podría comportar un desarrollo mucho más amplio debido a la gran demanda existente (principalmente de extranjeros) y a la gran oferta existente.

Por último hay un reto que siempre está presente, y es el de la concienciación. Es imprescindible que los ciudadanos conozcan estos espacios, porque sólo así podrán contribuir a su conservación. Para ello la Junta quiere reforzar la accesibilidad de la población a los espacios naturales. Un acceso que hoy día está garantizado a través de una extensa red de equipamiento de uso público en los espacios naturales protegidos que actualmente está integrada por 48 senderos señalizados, 24 áreas recreativas, 22 miradores, 17 observatorios, 8 puntos de información, 5 centros de visitantes, 2 ecomuseos y 3 jardines botánicos. "La conservación de los espacios naturales necesita de un pacto social al que únicamente podemos llegar por la vía de la concienciación y colaboración ciudadana", finalizó el delegado.