Un nuevo buque hidrográfico, un avance para la Armada y para Navantia
La Marina española y empresa pública trabajan en los aspectos técnicos de los dos barcos con los que se renovará la flotilla hidrográfica
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Cádiz/Navantia y la Armada trabajan en la definición de un nuevo buque hidrográfico. Ambas partes avanzan y se han reunido para tratar aspectos técnicos en San Fernando, en cuyos astilleros se desarrollará la construcción. Pero, ¿qué significa para la Marina española esta nueva embarcación? ¿Qué supone para la compañía naval y su centro de trabajo isleño?
La Armada jubiló en febrero de este año el buque Antares, en servicio desde 1974, que operaba desde la base de Puntales. Durante su trayectoria había estado en misiones de levantamientos hidrográficos, trabajos oceanográficos y exploraciones del relieve submarino, la actualización de derroteros, libros de faros, toma de fotografía de costas y de datos meteorológicos, o la actualización de la información contenida en la cartografía náutica del país y de la propia Armada. Este hidrográfico había participado en evaluaciones ambientales rápidas y había sido buque colaborador en ejercicios Flotex, un ejercicio anual de nivel avanzado destinado a implementar, valorar y evaluar la capacidad de la Fuerza Naval nacional; además de cooperador con otros organismos e instituciones del Estado como Salvamento Marítimo o Puertos del Estado.
Modernización de la flotilla hidrográfica
El Antares fue construido por los astilleros de San Fernando en los años 70. En concreto, se botó el 14 de febrero de 1973, y se entregó a la Armada el 21 de noviembre de 1974. Era el tercero de la clase Castor, el único que quedaba en servicio. La intención del Ministerio de Defensa es sustituirlos por un nuevo hidrográfico. En concreto, se ha encargado a Navantia dos de estos buques para incorporarlos a la flotilla hidrográfica, que acumula muchos años de servicios. Actualmente, el Instituto Hidrográfico de la Marina dispone de los buques científicos Malaspina y Tofiño, las lanchas Astrolabio, Escandallo, Sondaleza y Narwhal y los vehículos no tripulados Sonda 01 y Veril 02. Estos dos buques, y un futuro oceanográfico que también entra en los planes de la Armada y de Navantia, permitirán modernizar esta flota auxiliar.
Un nuevo diseño de Navantia
Según los datos que ha ofrecido Navantia hasta la fecha sobre el hidrográfico, se trata de un nuevo diseño y por tanto un nuevo reto para la ingeniería de la empresa. Por eso se trabaja desde el inicio con la Armada para desarrollar un producto acorde a sus necesidades actuales de la Armada. A ello responde el último encuentro mantenido por ambas partes en el Navantia Training Centre (NTC) de San Fernando, con la presencia de responsables de la empresa, como el director de Negocio de Corbetas y Buques de Acción Marítima, Alberto Cervantes, o el jefe de este programa, Juan Carlos Carrascal; y representantes de la Armada, caso del jefe de Programas Navales, el capitán de navío Pedro Sánchez, y el jefe de Programa de la Flotilla Hidrográfica, el capitán de navío Ángel Arrazola.
Cuando en diciembre de 2022 el presidente de Navantia, Ricardo Domínguez, informó de este encargo durante la entrega de la tercera corbeta a Arabia Saudí, ya avisó de que iba a ser "un diseño completamente nuevo", por lo que tardaría en entrar en producción. El proceso empezaba con la inclusión de una partida en los Presupuestos Generales del Estado, que en concreto era de algo más de 40 millones; y seguía con una orden de ejecución, que el Ministerio y Navantia firmaron en diciembre del año pasado. Eso daba pie a la fase de diseño de ingeniería, una fase preliminar en la que el encargo se centra ahora, para en los primeros meses de 2025 pasar a la revisión. Queda, por tanto, por delante un plazo de varios meses para que se produzca la orden de acopio de material y el trabajo llegue a los talleres.
Desde el comité de empresa se ha insistido en varias ocasiones en la nesecidad de acelerar estos encargos, puesto que producción se encuentra en subactividad, es decir, no hay carga de trabajo suficiente para toda la plantilla. En San Fernando solo se construye en estos momentos el patrullero de altura para Marruecos y a pesar de que se esperan varios contratos ninguno se ha materializado por el momento.
Desde Navantia se estima que cuando entre en los astilleros llegará a implicar a lo largo de cuatro años 700 puestos de trabajo, entre empleo directo, indirecto e inducido.
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