El océano y la criósfera viven ya situaciones "irreversibles", advierte el IPCC

medio ambiente

Los expertos llaman a reducir "abruptamente", de inmediato y a escala global nuestro nivel de emisiones

Las regiones con poca elevación sobre el mar han de tomar "medidas de adaptación" para 2050

Los arrecifes de coral, constata el IPCC,  están ya "más allá de su capacidad de recuperación".
Los arrecifes de coral, constata el IPCC, están ya "más allá de su capacidad de recuperación". / Efe

Aun si reducimos "abruptamente" nuestro nivel de emisiones, la humanidad tendrá que afrontar "todo tipo de retos relativos a la sostenibilidad de nuestro ecosistema y las poblaciones más vulnerables". Así presentaba Housung Lee, presidente del Panel Internacional para el Cambio Climático (IPCC), el tercer estudio extraordinario que la organización ha desarrollado desde 2016 y que resume, reseñó su secretario, Abdalah Mokssit, dos "años de esfuerzo", cruza unos siete mil estudios al respecto y reúne el trabajo de 104 expertos de 36 países diferentes. Las más de mil páginas del informe El océano y la criósfera en un clima cambiante abarcan, también, el despliegue más ambicioso de la organización, con datos que cubren un 80% de la superficie del planeta y que evidencian las consecuencias actuales y futuras del cambio climático: "Los océanos -señalan los expertos- han estado actuando como una esponja frente al aumento de temperatura, pero ya han pasado su límite. Las consecuencias que esto tiene para la humanidad y la naturaleza son graves, y requieren una acción coordinada, permanente y ambiciosa".

El informe, insistió Ko Barrett, vicepresidenta del IPCC , subraya la "urgencia de priorizar una acción rápida y coordinada para afrontar los cambios globales y permanentes en el océano y la criósfera. Nos obliga a una transición sin precedentes en todos los ámbitos de nuestra sociedad y a combinar los conocimientos científicos con los de los pueblos autóctonos"."Conforme más decidida y rápidamente actuemos -añadieron-, más capaces seremos de hacer frente a cambios inevitables y controlar los daños".

El océano y la criósfera en un clima cambiante analiza en qué forma el cambio climático está afectando a las masas de agua en todo el planeta. Durante el siglo XX, todavía sin contar con una aportación significativa de la disminución de los glaciares, el nivel del mar subió 20 centímetros. Actualmente, la línea de costa está subiendo al doble de su velocidad: los episodios de subida repentina del nivel del mar, que ahora ocurren de forma puntual y asociado a mareas altas y fuertes tormentas, serán cada vez más frecuentes.

"Para 2050 -advierten desde el informe-, las islas y ciudades costeras situadas a poca elevación sobre el nivel del mar estarán expuestas a inundaciones y pérdidas de terreno si no llevan a cabo medidas de adaptación". En este sentido, el IPCC añadió que los desplazamientos de población dependerán en gran medida de las medidas de prevención que hayan desarrollado los países.

Respecto a la vida marina, el estudio presentado por el IPCC señala que "ya se está viendo afectada por los cambios en la química y la temperatura del agua". "Hasta ahora -añadió Hans Portner- el océano ha absorbido más del 90% del exceso de calor ambiental. Para 2100, el océano tendrá que absorber de 2 a 4 veces más de calor que en la época preindustrial si las emisiones se limitan a dos grados". Si nos excedemos, de cinco a siete veces más. El calentamiento del océano reduce, además, la mezcla entre las distintas capas de agua y limita el oxígeno y los nutrientes de la vida marina. "Al absorber el exceso de calor, la acidez del agua también aumenta, dañando especialmente los arrecifes de coral y los bosques de kelp, y reduciendo el potencial de pesca".

"El informe se desarrolla en torno a dos aspectos: el impacto climático en sí y si los sistemas humanos serán capaces de adaptarse. Hasta ahora, según los datos, estamos perdiendo. Hay que tomar ya acciones inmediatas y drásticas", advirtió Housung Lee, añadiendo que la "escala" de estas acciones es inabarcable.

Al ser preguntados sobre si el cambio climático puede haber alcanzado ya un punto irreversible, los expertos apuntaron que, de forma genérica, "aún no hemos alcanzado el punto de no retorno", aunque a nivel puntual sí que se está dando en algunos sistemas, que afrontan escenarios "irreversibles más allá de lo que hagamos con nuestras emisiones". Por ejemplo, los atolones son muy sensibles a las olas de calor marinas, cada vez más frecuentes, y los arrecifes de coral afrontan un declive "más allá de su capacidad de recuperación". En la Antártida, hay dos enormes capas de hielo que se están perdiendo a gran velocidad y que "podrían ser irrecuperables". Además, no podemos saber en qué medida el permafrost que ya se está descongelando está liberando gases de efecto invernadero en la atmósfera. Por otro lado, la pérdida de hielo que se está dando en el Ártico podría llegar a estabilizarse dependiendo del control de nuestras emisiones.

Pérdida de nieve y hielo

El océano y la criósfesra en un clima cambiante estudia también los efectos de la pérdida de masa de hielo en los polos y en los glaciares: estos últimos, se apunta, perderían gasta el 80% de su masa actual si las emisiones continúan subiendo. Los cambios en las regiones polares -recordaron los expertos- nos afectan globalmente. Las pérdidas de capas de hielo en el Ártico y Groenlandia contribuyen directamente en el aumento del nivel del mar, y la pérdida de hielo en el Ártico, tanto en extensión como en espesor -añadieron-, "se contabiliza por meses". Con un aumento de temperatura de un grado y medio, el océano Ártico "muy raramente se verá sin hielo en septiembre. Con dos grados, este escenario se reproducirá uno de cada tres años". Con dos grados, también, un cuarto del permafrost superficial se habrá descongelado para 2100. Si las emisiones siguen aumentando, esto llegará al 70%.

"Conforme la nieve y el hielo desaparecen, las especies animales más adaptadas al calor suben de cota, mientras que las especies adaptadas a la nieve y el frío afrontan la extinción. Por otro lado -continuaron-, los cada vez más frecuentes corrimientos de tierra, avalanchas e inundaciones cambiarían y limitarían la disponibilidad de agua. Los actuales habitantes del Ártico, de hecho, ya están cambiando sus rutas de caza y viaje para adaptarse a territorios más seguros, y dependen enormemente de atención y ayudas gubernamentales".

Cádiz, especialmente vulnerable

La provincia de Cádiz, con más del 50% de su población viviendo en la costa, gran parte de su economía relacionada con el litoral y con un problema de sedimentación importante es, obviamente, especialmente vulnerable a esta realidad. Así, las previsiones estiman que las construcciones en zona de costa deberían tener una altura de unos 50 cm más de lo que tienen ahora en un horizonte de diez a veinte años. En la costa noroeste de la provincia, en torno a un metro. Ciudades como la propia capital necesitarían de una gran inversión en infraestructuras para mantenerse. Con toda esta realidad presente, a comienzos de verano, la Diputación Provincial de Cádiz presentó el Programa de Adaptación al Cambio Climático: una iniciativa desarrollada con ayuda del Ministerio para la Transición Ecológica que recoge las demandas y oportunidades que pueden afrontarse a nivel provincial.

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