Ocho años de cárcel a un traficante que disparó a bocajarro a un guardia civil que lo sorprendió durante un alijo en Sanlúcar
El narco y unas 20 personas más descargaban tres toneladas de hachís en el río Guadalquivir de madrugada cuando el agente frustró sus planes
Herido de bala un guardia civil cuando abortaba un alijo de tres toneladas de hachís
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Cádiz/La desembocadura del Guadalquivir se ha convertido en una de las zonas más calientes del narcotráfico en Europa. Desde que el Gobierno puso en marcha el Plan Especial de Seguridad del Campo de Gibraltar en 2018, las mafias que controlan el tráfico de hachís han ido migrando su actividad hacia otras zonas de la provincia gaditana o de otras cercanas, como Málaga o Huelva, lo que ha provocado un aumento de la violencia en el crimen organizado.
Pero esa actividad delictiva tiene, en ocasiones, respuesta y castigo en los tribunales de Justicia. El pasado lunes, la Audiencia Provincial de Cádiz condenó a la pena total de ocho años y nueve meses de prisión a un traficante que disparó a bocajarro con un arma larga a un guardia civil cuando se vio sorprendido en plena descarga de más de tres toneladas de hachís en Sanlúcar durante el verano de 2023.
El ahora condenado, S.C.H., evitó la celebración del juicio toda vez que admitió la autoría de los hechos, lo que le valió una rebaja en la pena de prisión finalmente impuesta. La Sección Cuarta de la Audiencia, encargada de juzgar el caso, aplicó también la atenuante de reparación del daño, ya que el narco enjuiciado llegó a una conformidad tras haber abonado al agente lesionado 20.000 euros en concepto de indemnización por los daños causados. El tribunal, no obstante, también contempló la agravante de reincidencia a la hora de decretar la pena privativa de libertad. Asimismo, le impuso una multa de 18.000.000 euros.
En el presente procedimiento también ha resultado condenado un segundo traficante que fue interceptado por la Guardia Civil cuando intentaba huir de la zona de Guadalquivir donde se estaba alijando la droga. Este segundo procesado fue sentenciado a cuatro años y dos meses y multa también de 18.000.000 euros.
La resolución judicial recoge como hechos probados que el día 24 de agosto de 2023, sobre las 22:00 horas, el Sistema de Vigilancia Exterior (SIVE) detectó a escasas seis millas de la entrada del canal principal del río Guadalquivir, en Sanlúcar, una embarcación tipo neumática semirrígida de unos 12 metros de eslora que por su forma de navegar y características externas (ausencia de luces y excesivo hundimiento de la línea de flotación) se correspondía con las que habitualmente usan los grupos criminales asentados en la zona para el transporte de sustancias estupefacientes.
Esta embarcación, que contaba al menos con tres tripulantes, se dirigió lentamente hacia la desembocadura del río, en la zona conocida como 'Barco del arroz', donde permaneció en espera.
Al hacer seguimiento de ésta, los agentes avistaron sobre las 2:00 horas otra embarcación tipo recreativa que se acercó a la primera. Acto seguido, ambas barcas navegaron de manera conjunta dirección al interior del río. En un momento dado detuvieron la marcha y un grupo de aproximadamente 20 personas comenzó a interactuar con la embarcación, "desplazando bultos desde la misma hasta dos vehículos de grandes dimensiones".
En ese escenario intervinieron dos guardias civiles a bordo de un vehículo marca Nissan equipado con señales luminosas, de manera que las personas allí congregadas huyeron. En concreto, una furgoneta blanca de grandes dimensiones emprendió la fuga a través del conocido como Carril del Práctico.
Al llegar al lugar del alijo, los intervinientes se identificaron de viva voz como agentes de la Guardia Civil mientras iluminaban con sus linternas la zona donde estaba la droga. En tales circunstancias, observaron cómo los miembros de la colla -que usaban ropa negra y pasamontañas- introducían fardos desde la embarcación tipo neumática hasta una segunda furgoneta que había en la zona.
Ha quedado probado que, instantes antes de apearse del vehículo policial, el procesado S.C.H., que se encontraba escondido oculto detrás de un árbol, "con ánimo de atentar con la vida de uno de los agentes y con total desprecio por el principio de autoridad", apareció de forma sorpresiva portando un arma larga de fuego y disparó a bocajarro, a una distancia de entre 70 y 80 centímetros y a una altura de 102 centímetros, al guardia civil que conducía el citado vehículo, de manera que impactó los proyectiles en el perfil de la puerta del conductor y en la mano izquierda del agente. "Los disparos se hicieron con la intención de acabar con la vida del funcionario actuante, habida cuenta la escasa distancia existente y la dirección de los proyectiles", precisa la resolución judicial.
Después de ataque, los agentes salieron del vehículo policial y, tras parapetarse en el mismo, realizaron varios disparos intimidatorios al aire. Entonces, S.C.H. huyó arrojando a unos 10 metros el arma de fuego, marca Benelli Belmonte 1 MK2.
En el momento de los hechos, precisa la sentencia, S.C.H. vestía un chubasquero de color oscuro y zapatillas deportivas oscuras.
90 fardos y 160 garrafas de combustible
Paralelamente a estos hechos, el segundo guardia civil que intervino en el operativo antidroga presenció como los integrantes de la colla en tierra emprendieron la huida y comprobó, asimismo, que algunos de ellos subieron a bordo de la neumática para abandonar la zona. Ese agente persiguió a uno de los traficantes, de tal forma que logró interceptarlo. Se trataba de V.M.V.C., el segundo condenado en este caso, quien portaba en ese momento ropa mojada y llena de fango.
En el lugar del alijo se localizó una furgoneta con las puertas totalmente abiertas y en cuya cabina se hallaron 28 fardos de hachís apilados. En las inmediaciones del vehículo se encontraron cuatro fardos más y 160 garrafas de combustible. Además, se intervino una mochila con ropa dentro y una bolsa con cartuchos del arma de fuego. A una distancia de dos kilómetros fue localizado otro vehículo en cuyo interior se incautaron 58 fardos de arpillera (también con hachís en su interior). Tanto la furgoneta como el coche constaban con robados. La sustracción del arma aprehendida, en perfecto estado de funcionamiento, también había sido denunciada en Medina Sidonia en mayo de 2023.
En el desarrollo del operativo la Guardia Civil incautó 90 fardos que arrojaron un peso aproximado de 3.107,836 kilogramos, una cantidad de droga que habría alcanzado en el mercado ilícito un valor de 6.645.145 euros.
Como consecuencia de estos hechos, el guardia civil que recibió el disparo sufrió lesiones en la mano izquierda que le llevaron a someterse a una operación para la extracción parcial de un cuerpo extraño. Tardó 40 días en recuperarse.
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