"No he participado nunca en una Marcha a Rota ni lo haré"
josé sabido galera. ex presidente del comité de empresa de los trabajadores de la base
El que ha sido 14 años principal representante del personal laboral local se jubila "Estoy seguro de que la Base se va a potenciar mucho, pero que den trabajo"
Tras catorce años al frente del comité de empresa de los trabajadores de la Base Naval de Rota, José Sabido Galera ha pasado a la jubilación recientemente. Hombre con muchas inquietudes, que ahora será presidente de la Asociación Autismo Cádiz, charla con Diario de Cádiz sobre su visión del recinto militar, en el que entró en los setenta, como personal laboral local.
-Llevaba usted en la Base Naval de Rota prácticamente toda su vida ¿no?
-Yo entré a trabajar en la Base de Rota el 10 de septiembre de 1973, como electricista, aunque no he cogido mucho los alicates. Desde el año 1981 estoy en el comité, con un corto lapsus en el que ocupé una categoría superior y me fui a desarrollarla. Pero en el 86 vino a buscarme un grupo de personas para que me presentara otra vez y me metí de lleno en el mundo del sindicalismo.
-¿Y por qué? ¿Por qué se hizo dirigente sindical?
-De toda la vida he tenido muchas inquietudes y sobre todo quería ayudar a las personas que lo necesitan, en el sentido laboral. Hay muchos derechos que son vulnerados por las empresas y no hay un comité fuerte que los defienda. Todavía hoy en día, cuando hay muchos derechos que se han perdido, hay un ataque hacia las grandes organizaciones sindicales para que no desarrollen su labor que es la de defender, formar y ayudar al trabajador y a las propias empresas.
-¿Ha cambiado mucho la Base Naval de Rota desde ese septiembre de 1973?
-Pues sí, ha cambiado muchísimo. Ahora mismo es una Base totalmente nueva. A partir del siglo XXI se han remozado las instalaciones y como consecuencia de la venida del escudo antimisiles se ha hecho que se refuercen más. Había un almirante, Ulrich, que era el responsable en Europa (de las fuerzas navales de EEUU), que decía por el año 2000 que la Base había que cerrarla. Entonces veníamos de una reducción de cuadro numérico en 1997. En la hemeroteca tiene que estar. Hicimos movilizaciones durante seis meses, 24 horas en el control de la Base. Se fue el escuadrón de vigilancia anti submarina en el Mediterráneo y perdimos 250 empleos. Eran 1.100 militares y sus familias y por entonces éramos unos 1.600 trabajadores de personal laboral local sin contar las contratas. Si lo comparamos con la actualidad no se han creado esos puestos de trabajo al venir una dotación militar superior, han venido cuatro barcos y no se ha recuperado el empleo. Tengo la seguridad de que Rota se va a potenciar muchísimo, sólo hay que ver las peticiones que continuamente están haciendo de nuevas utilizaciones, pero que den trabajo. Volviendo a lo del almirante Ulrich, cuando visitó Rota cambió de opinión.
-¿Tiene amigos norteamericanos?
-Sí hombre, puedo considerar que tengo amigos, entre ellos recuerdo a John Orens, comandante jefe de las actividades navales norteamericanas, que tuvimos un mal comienzo pero terminamos siendo buenos amigos.
-¿Pero cómo definiría la relación de estos años?
-La relación que yo he tenido es una relación aceptable y ahora, rebobinando, podía haber sacado más de esa relación cordial. Siempre a uno le queda la asignatura pendiente de haber hecho algo más en cada momento, pero bueno... El personal laboral local y el comité de establecimiento tiene un problema y es que hay determinadas personas que no dan la información correcta o en su momento a civiles y militares norteamericanos de que aquí se aplica la legislación española. Hay algunos que lo saben y otros que no y se aplica cuando se puede o quieren. Eso hay que trasladárselo continuamente.
-¿Ha participado alguna vez en una Marcha a Rota?
-Nunca, en la vida. Y mira que me han tachado y han polemizado, y en algún momento han trucado hasta fotos para hacer propaganda contra Comisiones Obreras en la Base Naval. Pero hemos vencido todas esas dificultades y nunca he marchado ni marcharé. Creo que la Base Naval hace una función muy útil a la ciudadanía, al pueblo español y al pueblo norteamericano y tenemos que agradecerle que se hayan asentado en Rota. Lo que hay es que cumplir el convenio bilateral en el aspecto de que den empleo. Hay muchas personas estudiando formación profesional y la única visión que tienen de un puesto de trabajo estable entre comillas es la Base y muchos tienen que emigrar porque no se cumplen las expectativas creadas en 2011.
-¿Nunca ha habido gran rechazo a la Base entre los roteños?
-El pueblo de Rota nunca ha tenido rechazo a la Base. En principio, cuando se expropiaron en los años 50 en el anterior régimen sí hubo evidentemente, porque Rota era muy conocida por su campo, su hortaliza. ¿Ahora rechazo? Pues puede haberlo de aquella persona que no consigue un puesto de trabajo en la Base .
-¿Esconden mucho esas instalaciones aunque no nos lo pueda contar?
-Yo sería el menos apropiado para contarle secretos, porque evidentemente lo tendrán muy bien guardado para que no los vea el ex presidente del comité de trabajadores. Alguna que otra información llega, pero muy tardía.
-¿Cuales han sido los peores momentos para usted en todos estos años?
-Los comienzos. En 1987 me afilié a CCOO y con dos compañeros más del comité constituimos la sección sindical y nos pusimos a trabajar, porque como independientes no podíamos conseguir esas herramientas, que aprovecho desde aquí para pedir que el sindicato dé más herramientas a sus delegados. Entonces tuve una persecución, me cambiaron de puesto de trabajo, tuve unos pocos expedientes disciplinarios, pero aprendí de los errores y me dieron estabilidad para dirigir el comité desde 2002 hasta este año.
-¿Cómo ve el futuro para los compañeros que se quedan?
-Evidentemente, si se sigue con esta situación se van a ir perdiendo puestos de trabajo y por contra entrando más civiles norteamericanos. El convenio bilateral en materia de plantilla mantiene que haya una proporción de 70% de personal español y 30% norteamericano con una desviación de más menos tres puntos. Cuando yo me marché en enero creo que la desviación estaba en casi diez puntos. En Morón, la contrata ha tenido tres EREs y no se entiende que el Gobierno español dé facilidades para que vengan más militares y permita tres EREs. El proyecto Rota Visión 2010, que después fue Rota Visión 21 (de planes e inversiones de EEUU en la Base) dejaba ver que la Administración norteamericana pretendía reducir a 400 o 500 puestos de trabajo de personal laboral local, pero eso es algo que ni el Gobierno español debería consentir y ni el actual comité va a consentir y yo estaré en ese momento, lo mismo que me preguntaba por la Marcha a Rota, apoyando a mis compañeros.
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