Visto y Oído
Broncano
A tres meses y medio de las elecciones municipales
Aquella famosa frase de "quien se mueve no sale en la foto" que usara en sus tiempos Alfonso Guerra para reclamar paz interna en las filas del PSOE se queda corta en el caso de Vox. Y es que en el partido que preside Santiago Abascal se podría decir que no sólo no sale en la foto quien se mueva, sino también quien hable, quien tosa o incluso quien respire un poco más fuerte de lo normal. O eso es al menos lo que se intuye en la provincia de Cádiz, donde la dirección de Vox es algo así como un ente fantasmagórico que ni está ni se le espera. Es un ejercicio de mutismo que ya se hizo visible el año pasado pero que se ha incrementado en este, en un ejercicio que es marcadamente electoral.
Cuando faltan apenas tres meses y medio para la celebración de las elecciones municipales, y cuando la lluvia de designaciones de candidatos a alcaldes es la tónica habitual en casi todos los partidos políticos, Vox ha optado por seguir su propio camino, como queriendo que no se hable de ellos para absolutamente nada.
Hay un dato llamativo y es que a día de hoy sólo han sido designados dos candidatos a alcaldes en la provincia gaditana por Vox: el arquitecto Francisco Martín en el caso de Cádiz capital y el fotógrafo de prensa ya retirado Fito Carreto en El Puerto. Del resto, ni idea. Hasta Ciudadanos, con cinco, tiene hoy más alcaldables que Vox.
Lo peor es que no se sabe siquiera si esta formación política tiene un calendario prefijado para ir conociendo los nombres que faltan o al menos en cuántos municipios de la provincia habrá candidatura de este partido de derechas en los comicios locales del 28 de mayo. Y nada se sabe porque la dirección provincial de Vox es un búnker en el que nadie puede o quiere hablar, porque nadie sabe nada de nada o porque nadie tiene permiso para ello. El control de Madrid, de la dirección nacional, es absoluto y sólo el equipo que dirige Santiago Abascal decidirá cuándo y cómo se dan los pasos a seguir en este camino hacia la cita electoral del 28-M. Y su único interlocutor válido en la provincia parece ser Manuel Gavira, portavoz de Vox en el Parlamento de Andalucía y que ejerce un férreo control sobre la actual ejecutiva provincial y sobre el presidente de Vox en Cádiz, José Ortells.
Esta dirección provincial soñaba con lograr cerrar candidaturas de Vox para las elecciones locales de este año en los 45 municipios de la provincia, una misión harto complicada. Pero otro reto que sí pudiera estar más a la mano es que este partido supere la cifra de nueve concejales que le dieron las urnas en la provincia en las anteriores elecciones municipales, las de 2019. En esa ocasión Vox lograba dos concejales en los ayuntamientos de Algeciras, San Fernando y El Puerto, además de uno en Chiclana, otro en Sanlúcar y uno más en Rota. Mención aparte merece lo que ha sucedido a lo largo de este mandato corporativo porque a día de hoy de esos nueve concejales sólo cinco permanecen fieles a Vox ya que ha habido hasta cinco dimisiones: una en Algeciras, otra en Sanlúcar, otra en Chiclana y también en Rota donde, aunque por motivos dispares, renunciaron el primer concejal que tuvo este partido pero posteriormente también su sustituta.
De lo poco que ha trascendido de los planteamientos de Vox de cara a las elecciones del 28-M es que su dirección nacional cuenta ya con una propuesta de alcaldables remitida por la dirección provincial de Cádiz. Pero también desde Madrid se ha requerido informes a algunos cargos públicos, portavoces municipales y secretarios locales. Con toda esta documentación sobre la mesa será ahora Madrid la que decida quiénes serán los elegidos.
De cara a estas elecciones municipales, está claro que la prioridad de Vox estará en las grandes ciudades. Por eso extraña sobremanera que sólo haya anunciado hasta ahora dos alcaldables, el de Cádiz y el de El Puerto. Otras ciudades como Jerez, Algeciras y San Fernando parecen esenciales para comprobar si este partido político crece o no en la provincia. Y en el seno interno de Vox no son pocos los que opinan que, salvo que Madrid lo impida, Gavira y la dirección provincial que está bajo su control están planeando una revolución en la elección de estos alcaldables. De hecho, algo similar sucedió antes de las elecciones andaluzas de 2022, cuando de manera sorpresiva se cayó de la lista la abogada isleña Ángela Mulas para dejar su sitio a la arcense Blanca Armario, una maniobra que todos atribuyen al jefe Gavira.
Ángela Mulas, que se convirtió en el azote del PSOE en la comisión parlamentaria de la Faffe en la pasada legislatura andaluza, es esposa de Carlos Zambrano, diputado nacional de Vox por Cádiz y uno de los militantes más antiguos de este partido, ya que fue candidato a la Alcaldía de San Fernando en las elecciones municipales de 2015 –cuando casi nadie conocía aún a Vox– y en 2019, cuando lograron dos concejales.
Si al final hay revolución de candidatos dirigida desde la sede de Vox en Cádiz, el futuro de Zambrano como alcaldable puede peligrar, al igual que le sucede a Antonio Gallardo en Algeciras. La posible caída de Gallardo de la lista electoral también supondría una considerable sorpresa por cuanto la localidad algecireña se ha convertido en los últimos años en uno de los emblemas de Vox en el conjunto de la provincia de Cádiz, sobre todo desde las elecciones generales de noviembre de 2019, cuando Vox ganó aquellos comicios en Algeciras, siendo esa su única victoria en la provincia en las diferentes citas electorales celebradas en los últimos años.
A nadie se le escapa que Vox es un partido con una estructura, unos principios y una ideología claramente nacional, de ahí que sus miras este año estén puestas sobre todo en las elecciones generales del próximo diciembre. Pero, al menos desde fuera, y con sólo dos alcaldables en el escaparate, extraña el poco interés que parecen tener en unas elecciones municipales que están cerca, a poco más de tres meses, y en las que este partido debería crecer con respecto a sus resultados de 2019.
Tras el verano del año 2020 Vox celebraba unas elecciones internas en las que José Ortells, empleado de banca ya retirado, relevaba en la presidencia provincial de Cádiz a Juan Carlos Sanz, aún hoy concejal de este partido en El Puerto. En una entrevista concedida días después a este periódico, Ortells tenía puestas ya sus miras en las elecciones municipales de 2023 y se atrevía a exponer incluso sus principales objetivos para estos comicios: presentar candidaturas en los 45 municipios de la provincia y ser la llave del gobierno de la Diputación de Cádiz. Daba por hecho que Vox incrementaría de manera considerable la cifra de nueve concejales que le dieron las urnas en la provincia en las municipales de 2019. Nada se sabe de hasta dónde ha llegado la implantación territorial de Vox en estos dos años y medio y, aunque aún faltan más de tres meses para las elecciones y el plazo de presentación de candidaturas no se cerrará hasta mediados de abril, al menos desde fuera parece bastante improbable que este partido logre cerrar esas 45 listas electorales, un reto complicado que hasta ahora sólo han logrado el PSOE y el PP. En cuanto al otro sueño, el del gobierno de la Diputación, Vox tendrá que lograr primero representación en esta institución provincial, un reto más asequible que el de las 45 candidaturas pero que tampoco es fácil.
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