Pedro LLoret: "Los convenios son importantes: dan garantías y calidad a las plantillas”

El sindicalista advierte de los descuelgues salariales, la precariedad en el campo, el abuso del contrato fijo discontinuo o las deficiencias del registro horario

El paro gaditano tiene rostro de mujer

Pedro Lloret, nuevo secretario general de  CCOO Industria en Cadiz, en una protesta de pensionistas.
Pedro Lloret, nuevo secretario general de CCOO Industria en Cadiz, en una protesta de pensionistas. / Germán Mesa
Amaya Lanceta

24 de febrero 2025 - 06:00

Cádiz/–Se estrena como secretario general de CCOO Industria Cádiz. ¿Qué puede aportar?

–Trabajo y compromiso, que he ido desarrollando en el sindicato en otra faceta. Sobre todo, puedo ofrecer mi experiencia en la metalurgia, donde más tiempo he trabajado y con otros compañeros y compañeras intentar que este equipo pueda llevar las riendas de la responsabilidad y sacar adelante los convenios de los diferentes sectores que representamos. Los convenios son importantes, son lo que dan garantías, estabilidad y calidad a las plantillas y, al fin y al cabo, a la clase obrera y a la sociedad.

–Cuál es su visión de cómo está la industria en la provincia de Cádiz?

–La veo en progresión, teniendo en cuenta que en este país se han ido mejorando muchas cuestiones con un gobierno progresista. Es verdad que tenemos una dificultad, digamos, con los empresarios que siempre están buscando el lápiz para recortar, sobre todo, salarios. Los derechos sociales son más difíciles de quitar. Pero siempre están con los descuelgues salariales, con las contrataciones fijo o discontinuo. Donde hay precariedad sigue siendo en el campo. Ahí sigue habiendo muchos problemas, actualmente tenemos una huelga de los compañeros y de las compañeras de una bodega, porque está incumpliendo un tema salarial.

–En el campo, ¿es más difícil avanzar? ¿Qué características tiene diferente a otros sectores?

–En los convenios del sector del metal o los de Dragados, Navantia o Airbus es más fácil ponerse de acuerdo en muchas materias. O cuando estamos en un polígono industrial, donde hay 20.000 personas metidas, o 12.000 o 10.000, que tienen peso. En el campo, nunca mejor dicho, es un campo sin valla. Puedes acudir a hablar con un trabajador que está a cuatro kilómetros del punto más cercano en el que has podido dejar el coche, y el compañero siguiente está a 500 metros. Hay mucha complejidad a la hora de poder escuchar las demandas. Con quienes trabajan en una bodega, en un centro de empaquetado o de distribución, es más sencillo, porque puede haber 30 personas en el sitio. Pero con alguien en el campo puedes quedar, llegar y como está lloviendo que te digan que no ha ido a trabajar. Estamos en 2025 pero es un sector antagónico repecto a otros.

–Hace referencia al contrato fijo discontinuo, ¿se está abusando?

–Es claro y notorio. Un jurista te puede decir que es un contrato legal y que, por tanto, lo puede hacer cualquier empresa. Pero también te puede decir que es un contrato que está vinculado a la temporalidad y que un sector como el naval no debería tenerlo. En cambio, es el contrato que más utilizan ahora mismo las empresas auxiliares. Por eso, en el convenio del metal queremos que haya una regulación, que haya un orden claro de llamada y entrada, que el tiempo contratado real sea superior a ocho o nueve meses al año, y no que te tengan en un banquillo y te estén llamando en función de…, como están haciéndolo actualmente. Están abusando. Se había dicho en varias reuniones que el fijo discontinuo no tenía cabida en el sector naval, pero la ley les permite tenerlo y lo único que nos queda es intentar regularlo lo mejor posible.

Un fijo discontinuo, que al final es un contrato indefinido, pero no ordinario a jornada completa, no está para que te tengan mareando la perdiz. Es el modelo de contratación que están teniendo, no Navantia, sino las empresas auxiliares. Hay gente que supera incluso lo que marca la ley, que son 333 días, con 14 o 15 meses, y tenemos que presentar la denuncia, porque están en un fraude, para que lo pasen a indefinido. Y en cambio después tenemos otro, al que a lo mejor han metido dos meses, lo vuelve a tener afuera otro mes, después vuelven dos meses, y al final en el año no está ni seis meses. Entonces dirá él: ¡Pues vaya fijo discontinuo! Para eso hubiera sido mejor seis meses eventual, y los otros seis meses me busco la vida. Porque al final tengo que estar pendiente de si me llaman y a ver qué me ofrecen.

–¿Qué puede decir de la reducción de la jornada laboral?

–Tendremos que ver cómo viene redactado. Es fundamental la literatura y que no se quede abierto a la negociación. Es un proceso largo en el que el Gobierno está intentando convencer para que salga adelante. Por eso vamos a una manifestación el día 4 a Barcelona, para que los partidos catalanes entiendan que hay que buscar una salida a esta reforma, al SMI (salario mínimo), a todo lo que conlleva derechos sociales. Con la jornada laboral hay que tener en cuenta que hasta que no venga la literatura no sabemos exactamente cómo se va a aplicar.

Con una amplia experiencia sindical

Pedro Lloret, afiliado a CCOO desde los años 90, trabajó durante 20 años en la General Motors, Delphi en sus últimos tiempos. En 2009 entró en Alestis, de la que se fue en 2022. Sin dejar de lado su faceta sindicalista, desde 2008 ha formado parte de las ejecutivas de Comisiones. Acaba de ser elegido secretario general de Industria, junto a una nueva ejecutiva, que conforman compañeros y compañeras que son representantes sindicales en Airbus, Dragado, Oetiker o de una bodega, "hemos ido buscando la sensibilidad de varias empresas, pero sobre todo de sectores". "Manolo Romero, que ha sido compañero en la anterior ejecutiva, lleva todo lo que es el marco de Jerez", apunta. Le falta ampliar con compañeros del Campo de Gibraltar.

–¿Está dando problemas el registro horario?

–Esa es la sensación que a nosotros nos llega cuando los trabajadores te dicen que tienen una aplicación en el móvil y el jefe les dice que se salgan, pero les quedan dos horas más de trabajo. Después está la demostración porque no aparece en el registro. Ahí debería estar la inspección, pero no entra de oficio si hay una denuncia anónima, porque sin recursos –como denuncian que están– la van dejando guardada en un cajón. Ellos al final tienen que atender la demanda que les llega de gente con nombre y apellido. Esa persona que ficha para cerrar su jornada pero le quedan dos no va a denunciar. Nosotros intentamos reeducar a la gente en que, si no lo hacen ellos, difícilmente la inspección va a actuar. El registro horario es una buena noticia, pero va a tardar años en que coja una normalidad. Es una herramienta creo que útil, pero que todavía le falta.

–Los sindicatos han alertado de un incremento de los accidentes de trabajo.

–Nosotros estamos muy atento a todo lo que ocurre. Pero volvemos a lo mismo: al final se genera un problema, si en vez de trabajar 8 horas diarias una persona trabaja 12 o 13; si en vez de terminar a una hora normal un viernes, has estado de tarde hasta las once de la noche y al día siguiente tienes que ir por la mañana. La acumulación de tantas horas genera la posibilidad de que haya accidentes. Por eso Comisiones Obreras en principio está en contra, digamos por sistema, de las horas extraordinarias, más allá de las puramente necesarias. No puede ser parte del salario mensual y, sin embargo, hay trabajadores y trabajadoras que lo tienen metido como parte de su salario y los empresarios lo tienen asumido. En Navantia en Cádiz la empresa ha reforzado el registro, con el corte en los tornos para impedir esa cantidad de horas que echa la gente, que al final puede provocar un accidente o un desfallecimiento de un compañero.

–¿Qué otros sectores, además de naval, aeronáutico o como ha mencionado el campo, se incluyen en la secretaría de Industria?

–Nosotros llevamos butano, que empieza la semana que viene una huelga. Tenemos energías solares, energías renovables, gasolineras, la farmacia, industria conservera, el convenio de la Piel de Ubrique, las centrales eléctricas, centrales térmicas, aerogeneradores, petroquímica o agroalimentario. Hay un convenio de la recogida del pimiento verde, por ejemplo.

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