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Una de cada cuatro personas de la provincia de Cádiz se encuentra en exclusión social. Este dato tan frío como lo suelen ser las estadísticas cuando se observan en un papel esconde una carga dramática cuando se les pone cara, cuando se piensa en esas 297.000 personas, en esos 100.000 hogares no como meros números sino como hombres, mujeres y niños con nombres y apellidos que carecen de las primeras necesidades. Peor aún es peor la situación de 136.000 personas (42.000 hogares) que en la provincia gaditana se encuentran en la exclusión más severa.
En Cádiz, la proporción de personas que están en riesgo de exclusión social es muy similar a la de España. Sin embargo, la provincia se caracteriza porque sólo uno de cada cinco hogares se encuentran en la integración plena.
Para Cáritas, que ayer presentó su Memoria Diocesana 2015 en la sede del Obispado de Cádiz y Ceuta, un hogar se encuentra en pobreza severa cuando tiene unos ingresos inferiores a 338 euros al mes, si en él sólo vive un adulto, o 710 euros si es un hogar con dos adultos y dos menores.
María del Mar Manuz, directora de Cáritas Diocesanas de Cádiz y Ceuta, estuvo acompañada durante la presentación de la Memoria por el secretario general, José María Espinar y el padre Alfonso Gutiérrez, delegado episcopal de Cáritas. "Los datos aportados confirman, un año más, el fortalecimiento de los voluntarios y donantes que sostienen nuestras acciones de lucha contra la precariedad social", dijo Manuz.
Durante el último ejercicio, Cáritas invirtió 2.679.560 euros en los distintos proyectos desarrollados en la Diócesis. De ese dinero, 2.093.924 euros (79% del total) proceden de aportaciones privadas (colectas, socios, donantes, empresas y entidades bancarias), mientras que 586.636 euros (21%) correspondieron a fondos públicos (ayuntamientos, Diputación, Gobierno central y Unión Europea). La directora de Cáritas explicó que este año ha faltado "la aportación de la Junta de Andalucía", si bien especificó que confía en que este año 2016 se reanuden las ayudas, que ya están siendo tramitadas con la administración autonómica. Eso sí, Manuz reconoció que se está percibiendo "una disminución de las ayudas públicas".
Los grandes apartados sociales a los que Cáritas destina mayor volumen de recursos son, por este orden, los programas de Acogida y Atención Primaria, 1.134.732 euros (42,35%), Integración Sociolaboral, 756.374,50 euros (28,23%), Personas sin Hogar, 371.966,50 euros (13,88%), Acompañamiento a mayores, 38.294 euros (1,43%) y Cooperación Internacional, 48.772 euros (1,82%).
María del Mar Manuz explicó ayer que el perfil de las personas que reciben la ayuda de Cáritas "son parejas con hijos, personas solas y familias monoparentales, sobre todo mujeres de 35 a 55 años, en situación de paro o trabajo precario, que sólo reciben pensiones contributivas o sin ingresos". Estas personas tienen mayoritariamente estudios primarios o inferiores, "aunque desde 2014 se han detectado casos de personas con estudios universitario que también están en esta situación".
Cáritas recalcó la importancia que tiene para ellos que, en el caso de las familias sin ingresos, se cumplan "los plazos de resolución del ingreso mínimo de solidaridad", que según la legislación autonómica debe ser de dos meses y que actualmente llega hasta los siete, lo que agrava la situación económica de estas familias.
Según los datos que maneja Cáritas, casi un tercio de las personas a las que ayudan llevan entre tres o cinco años en esta situación, "y más de la mitad son desempleadas, parados de larga duración. Esto significa que la situación de pobreza se está cronificando y la problemática que sufre la población atendida es cada vez más grave", dijo Manuz ayer. En resumen, que la pobreza se está convirtiendo en un hecho heredable y condicionante de las generaciones futuras.
El pasado año las ayudas más demandadas siguieron siendo para alimentación, vivienda y empleo, mientras que las respuestas mayoritarias por parte de Cáritas fueron para alimentación, seguidas de intervenciones sobre el empleo, vivienda y otros tipos de ayuda como farmacia, desplazamiento y educación.
El grueso de las ayudas se detalla así: para alimentación se destinaron 739.247 euros (65%); Vivienda y suministros del hogar, 261.290 euros (23%); Ayudas para la formación, 70.538 euros (6,2%); Ayudas para salud, 48.703 euros (4,2%) y por último Ropa y calzado, 14.954 euros (1,3%).
En cuanto a los servicios especializados de empleo de Cáritas el perfil de las personas que participan son parejas jóvenes (20 a 35 años) con hijos menores y escasa formación reglada. El pasado año se atendieron 644 personas, alcanzando una inserción laboral del 17% (107 personas). Las acciones que se desarrollan en esta área son la orientación laboral y la formación para el empleo en forma de pretalleres.
En estos servicios de empleo también se enmarcan ayudas puntuales para la adquisición de alimentos, productos de higiene o material escolar por un total de 349.974 euros.
En cuanto al colectivo de personas sin hogar, los representantes de Cáritas explicaron ayer que han desarrollado una labor de acompañamiento en la calle, intervención social y de sensibilización sobre la grave situación de estas personas. "El perfil de las personas atendidas es principalmente hombres, de entre 40 y 60 años. En el año 2015 atendimos a través de nuestros servicios repartidos por la Diócesis (Cádiz, San Fernando, Chiclana de la Frontera, Algeciras y La Línea) a 1.261 personas.
Cáritas también se encarga de atender a las personas mayores con su programa Estamos contigo, acompañando a personas que se encuentran solas, ya sea en residencias o bien en sus domicilios. Durante 2015 se atendieron a 35 personas.
Y en materia de Cooperación Internacional su acción se concreta en labores de educación para el desarrollo, comercio justo y animación de las campañas de emergencia (Nepal, cuerno de África, frontera este de Europa....).
Toda esta labor que desarrolla Cáritas "sería imposible sin el fortalecimiento del compromiso solidario de voluntarios y donantes privados que colaboran con nuestras acciones", dijo la directora de Cáritas, que destacó que el número de donantes y voluntarios creció en 2015 con respecto al año anterior. Lo mismo ocurre con los fondos privados gestionados por Cáritas, que el pasado año experimentaron una consolidación. Estos fondos provienen en parte de la colaboración de particulares (550 socios) y empresas de diferentes sectores (25 empresas) agrupadas en el programa Empresas con corazón, que establece puentes entre Cáritas y el sector empresarial impulsando el desarrollo de su responsabilidad social.
La labor desarrollada por Cáritas en 2015 también ha tenido especial sensibilización con la causa de los refugiados, dando su apoyo a la Mesa de Atención a los mismos, a iniciativa del obispo y junto a otras entidades de la Iglesia como Migraciones, Tierra de Todos, Asociación Cardjin o Confer.
La situación de precariedad económica que vive desde hace años la provincia, con algunas de sus poblaciones entre las que tienen una mayor tasa de desempleo, hace que los voluntarios de Cáritas y todas las personas que integran esta entidad realicen una labor importantísima como sostén de esas miles de personas que pasan necesidades en la provincia.
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