Así se prepara un piloto de la Novena Escuadrilla de la Flotilla de Aeronaves de la Armada

Los cascos personalizados y otras curiosidades de los aviadores de los caza

Reportaje: En la casa de los 'Harrier' de la Armada en Rota

Fotogalería: Un día con la Novena Escuadrilla

Base de Rota. 9ª Escuadrilla de aeronaves de la Armada. Piloto preparándose. / Julio González.
A. R. - Vídeo y fotos: Julio González

11 de abril 2021 - 18:00

Cada piloto de la Novena Escuadrilla usa un trigrama. TOU es el de Santiago Touriño, que muestra todo el equipo necesario para volar en un Harrier con una única pieza personalizada: el casco. En el de este teniente de navío, que lleva más de cuatro años en la escuadrilla, tiene una bandera de España, la cobra-el distintivo de llamada de estos cazas- y su trigrama, como lo llama todo el mundo en el trabajo. “Nos hace auténticas virguerías nuestro amigo Sergio Muriel”, apunta el jefe. "Es una de nuestras pocas dispensas para personalizar, junto con los parches. Nuestros aviones no están pintados".

'TOU', como sus otros diez compañeros oficiales, tiene su zona en la sala de vestuario del hangar que alberga al equipo de la Novena Escuadrilla, de más de un centenar de personas. Allí, tienen bien colocado todo como el traje anti-g (gravedad) de piloto de combate, las máscara de oxígeno y el chaleco de supervivencia, con las máscaras y todo los elementos a llevar como las bengalas, cuchillos, radio de emergencia, pistolas,... Las gafas de visión nocturna es un elemento sensible y están en una caja fuerte, aunque se la ajustan allí.

El AV-8B Harrier II Plus, el avión actual de la escuadrilla, es la última evolución del Harrier. Los últimos llegaron en los años 2000 e incorporaban en el morro del avión un radar y la capacidad para volar de noche con gafas de visión nocturna así como otros sistemas de iluminación, de armamento de precisión (que vuelan hacia coordenadas por GPS), explica el jefe de la escuadrilla, el capitán de fragata Manuel Ángel Bouza. La Armada planea sustituirlos, no más allá de 2030, por los F-35B, que ya operan otros países, el único que también despega y aterriza en vertical y que podría operar en el portaaviones español, el Juan Carlos I.

La Armada cuenta con 13 aeronaves Harrier, una de ellas biplaza para el entrenamiento de los recién llegados. Los aviones nunca vuelan solos, bien de dos en dos, o de cuatro en cuatro.

Para llegar a ser aviador naval hace falta al menos siete años de formación. Primero pasando por la Escuela naval para ser oficial de la Armada y luego siendo seleccionado para las pruebas convocadas por la Armada para pilotar bien sus helicópteros o aviones. En el caso de los Harrier, se forman dos años en una escuela de EEUU. "No hay tanta demanda como antes pero se siguen cubriendo las plazas convocadas. No se puede ser piloto de forma forzosa, va en contra de la seguridad del vuelo", apunta Bouza.

"Ya no me pongo nervioso", cuenta Touriño, que decidió que sería aviador militar cuando acudió con el colegio a una visita a la Academia del Ejército del Aire, en Murcia. Ahora lleva más de cuatro años destinado en la Novena, con más de 500 horas de vuelo.

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