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Tras la pista del Covid-19

Coronavirus en Cádiz

Un equipo de rastreadoras del Distrito Sanitario Bahía de Cádiz-La Janda relata su labor para encontrar a los contactos de los infectados

Una enfermera realiza una prueba PCR a una persona en el Centro de Salud de La Paz en una imagen de archivo. / Jesús Marín

Rastrear el coronavirus parece la única forma de detenerlo. A expensas de que alguno de los ensayos con vacunas ofrezca resultados positivos o se descubran medicamentos específicos para vencer a la infección, actualmente no hay mejor remedio contra el enemigo invisible que la prevención. Mucho se ha hablado del personal sanitario encargado de rastrear los contactos de las personas infectadas. Su labor es no sólo colosal sino fundamental para evitar una temida segunda ola que cada vez parece más cerca en comunidades como Cataluña. Este diario ha hablado con dos de estas personas: Yolanda Alba, enfermera rastreadora y la epidemióloga Esperanza Segura, ambas del Distrito Bahía de Cádiz-La Janda y que trabajan codo con codo en esta complicada misión. “Nuestro objetivo –apunta Yolanda– es intentar que cuando se detecta un caso positivo se quede lo más cubierto posible, que no se vaya expandiendo más, que no haya más transmisión”.

Para ello contactan con la persona en cuestión, con sus contactos estrechos previos. “Contactamos con ellos y les decimos que tienen que permanecer en casa, hacer su cuarentena, y que si se notan algún síntoma pues deben avisar en seguida a su médico. Tienen que seguir unas pautas de higiene, en este caso un poco más exhaustivas, intentar usar un aseo para ellos solos, si salen de su habitación que sea con su mascarilla, tomarse la temperatura, todas esas indicaciones se las hacemos llegar a todos los contactos”, indica Esperanza.

Ambas apuntan que si en la vivienda sólo hay un baño único hay que limpiar todo bien con agua y lejía. “El caso de que haya un contagio en una casa con un sólo baño no indica que haya que desalojar a nadie ni mucho menos, sino simplemente ser más cuidadosos. Nosotros indicamos pautas para que adecuen el entorno de las personas contagiados, porque sabemos que no todo el mundo dispone de casas con muchas habitaciones ni baños. Que hagan el aislamiento adecuado con los medios disponibles”.

Esperanza reconoce que los contagiados lo pasan mal al recibir la noticia. “La primera impresión es a veces dura. En cuanto se notifica un positivo, a la hora que sea, se llama al epidemiólogo de guardia y el primer contacto que tiene esa persona es con ese profesional. En la primera impresión hay de todo, gente que se echa a llorar, que lo vive con angustia, con ansiedad, hay quien se lo espera también... en esos momentos cuesta un poco que hagan memoria. Se intenta al menos que nos digan sus contactos estrechos. A veces hay que insistir al día siguiente, se les dejan nuestros teléfonos por si se acuerdan de alguien de quien no se acordaron su primera vez. El caso es ir acotando la transmisión del virus”.

Rastreadoras y epidemiólogas del Distrito Bahía de Cádiz-La Janda.

Esperanza destaca la labor de los rastreadores. “Nuestros compañeros les sacan más información que a primera instancia, porque en el primer momento, con la primera impresión hay lagunas. Nuestros compañeros van rascando y van ampliando el círculo, de manera que no se nos quede atrás ningún contacto estrecho. Por eso la labor de ellos es tan importante, porque hablamos de listas de 20 o 30 personas con las que hay que hablar de forma individualizada, hay que gestionar sus pruebas, también se encargan del seguimiento de estas personas en coordinación con el personal de los centros de salud a los que pertenecen”.

Yolanda reconoce que es una labor “en equipo. En estos momentos somos cuatro epidemiólogas y dos rastreadores, en el Distrito Bahía-La Janda. Es importante la comunicación entre nosotros y los centros de salud. Las personas suelen ayudar mucho. Hasta el momento suelen tener buena actitud, intentan darte los datos más fiables, y si se acuerdan de algo te lo dicen. Más o menos los gaditanos se portan bien y colaboran”, apunta.

Esperanza Segura

"Es una labor difícil porque hablamos de listas de 20 y 30 contactos”

Estas dos profesionales sanitarias reconocen que actualmente la situación en la provincia “está controlada, pero también estamos trabajando mucho. Hay casos, no podemos decir que no, pero se está trabajando mucho y vemos que la población está colaborando bastante en que esto siga así. Estamos detectando que los casos que hay tienen cierta movilidad. Tenemos personas en seguimiento de fuera de nuestra provincia incluso de fuera de la comunidad. Se nota el movimiento del verano”, apuntan.

Sobre el ocio nocturno, uno de los caballos de batalla de los rebrotes, consideran que “eso no nos corresponde a nosotras opinar, pero sí es cierto que cuanto más cuidadosos seamos en cuanto a concentración de personas y en mantener las medidas que tanto se repiten, mascarillas, distanciamiento e higiene pues mejor estaremos. Hay que insistir mucho en la responsabilidad personal de cada uno”.

Por último comentaron que en la provincia no se puede decir que el virus esté circulando de manera descontrolada. “Estamos llegando a todos los contactos de los positivos que tenemos. No estamos teniendo en dificultad, hay trabajo, nuestro teléfono no para de sonar pero no hay sensación de descontrol. Creemos que estamos llegando a donde tenemos que llegar según lo que nos comenta la gente en las entrevistas”.

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