La población, en caída libre. Y ya no solo en Cádiz capital

La casi totalidad de los municipios de la provincia tienen ya un crecimiento vegetativo negativo

Solo la llegada de inmigrantes, en mayor número que los que emigran, permite crecer el censo anual

La provincia gana 30 vecinos más en lo que va de 2024

Paseantes por el centro de Chiclana.
Paseantes por el centro de Chiclana. / Sonía Ramos

Cada final de año el INE da un susto a Cádiz capital. Publica el dato de población de las más de 8.000 localidades del país. Es la cifra oficial que se utiliza para todo: especialmente para el reparto de la aportación del Estado a los municipios.

La capital lleva años a la baja. Ha perdido desde mediados de los 90 del pasado siglo más de 40.000 habitantes, y su temor es bajar de los 100.000 porque sería una hecatombe financiera para el Ayuntamiento.

Durante años, buena parte de la provincia, especialmente sus ciudades más grandes, han visto con cierta lejanía está pérdida de habitantes de Cádiz. No solo no les afectaba a la gran mayoría, en pleno crecimiento de sus censos, si no que se beneficiaban, pues sustentaban parte de su aumento gracias a los vecinos llegados de la capital. Chiclana, San Fernando, Puerto Real, e incluso El Puerto y Jerez han recibido centenares, y millares en algunos casos, de gaditanos como nuevos residentes.

Sin embargo, algo está pasando en los padrones de buena parte de estos municipios. Su crecimiento se ha estancado, se ha ralentizado e incluso ha dado marcha atrás.

Ya no es Cádiz capital, y municipios de la Sierra, los que protagonizan año tras año la pérdida de población en la provincia. Sólo la llegada de inmigrantes salvan los muebles en estas localidades. Pero sí nos circunscribimos a lo que es el movimiento natural de la población: es decir, la diferencia entre los nacimientos y los fallecimientos, el denominado como crecimiento vegetativo comienza a ser negativo en la casi totalidad de los municipios de la provincia.

La evolución en negativo parece imparable. Ello ha provocado que la provincia de Cádiz casi se haya parado en seco en cuanto a número de habitantes. Además, no recibe el oxígeno de la inmigración en número suficiente para mantener un crecimiento sostenido, como sí le está pasando a Málaga e incluso a Almería. La primera, que tiene ya más de 400.000 habitantes más que nuestra provincia, se quedaría con una ventaja mínima si solo contásemos con los naturales de la tierra.

Hace un cuarto de siglo, en 1998 (teniendo en cuenta que los últimos datos oficiales de crecimiento vegetativo corresponden a 2023) se contaban con 38 municipios de la provincia con crecimiento positivo o cero, pero nunca negativo. Hace una década esta cifra había caído a 29 localidades. Y en 2023 apenas eran 7 las que aportaban una cifra en negro, y siempre con una diferencia de la natalidad respecto a la mortalidad muy escasa.

Esta evolución se ve claramente en el crecimiento vegetativo del conjunto de la provincia. En 1998 era positivo, con 3.787 personas más; en 2013 la cifra positiva había caído a 2.424. Y ya el año pasado se alcanzaba un notable dato en negativo: 2.448 personas menos, debido a los 8.402 nacimientos y 10.850 fallecimientos.

Solo Chiclana mantiene la tendencia positiva, con un crecimiento negativo de 144 personas (411 hace una década y 451 hace veinticinco años). Pero Jerez, la ciudad más poblada de la provincia, ya aporta un dato negativo con -429 (+660 y +641 en 2013 y 1998 respectivamente). También están en números rojos San Fernando (-259), El Puerto (-63) o Algeciras, la ciudad que hace un quinquenio adelantó también a habitantes a la capital (-101).

Junto a Chiclana solo están en positivo Benalup (+6), Conil (+5), Chipiona (+5) San Roque (+13) y Torre Alháquime (+2) y a cero quedaron San Martín del Tesorillo, Benaocaz y El Bosque.

Crecimiento negativo en la capital

Es significativo que Cádiz capital sea la segunda localidad de la región (en Andalucía hay más de 600 municipios) con un crecimiento vegetativo negativo más alto. En 2023 el padrón bajó en 856 personas, centrados únicamente en la diferencia entre nacimientos y defunciones. Sólo superó este número Sevilla, con un crecimiento negativo de 1.298, teniendo en cuenta que la capital hispalense ronda los 700.000 habitantes, frente a los 111.000 de Cádiz.

Entre las capitales sólo Almería dio un dato en positivo: +62. La capital de nuestra provincia es también la que menos nacimientos contabilizó en el pasado año: apenas 521. Incluso menos que Jaén, con un padrón menor, que llegó a 731 y Huelva, con 937. El resto superó con creces el millar, con el mejor dato en Sevilla: 5.164 nacimientos.

En cuanto a cifras provinciales, Almería marca la diferencia, con +883, a lo que une un mayor número de inmigrantes, lo que le permite mantener una tendencia al alza en el censo global.

Nuestra provincia tuvo un crecimiento vegetativo de -2.448. Es el peor dato de toda la región salvo por Córdoba, con -2.503. Jaén alcanzó la tercera cifra negativa más elevada, -2.418, mientras que Sevilla descenso en 2.013 personas.

Es significativo que la provincia esté ya por debajo de los 9.000 nacimientos anuales y que podría cerrar por debajo de los 8.000. Hasta septiembre apenas se llegaba a los 6.000, con un descenso anual de más del 3%. Es la cifra más baja desde el final de la Guerra Civil, fecha desde la que aporta datos el INE.

Por el contrario, la mortalidad mantiene una leve tendencia al alza. Cerró 2023 con 10.850 fallecimientos, tres mil menos que en Málaga y cerca de 6.000 menos que en Sevilla. La menor mortandad se dio en Huelva, con 4.705 óbitos, frente a los 5.718 de Almería y los 6.668 producidos en Jaén.

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