El presidente de Navantia reabre la puerta de las eólicas

La viabilidad de los astilleros de la Bahía de Cádiz está garantizada y la potenciación de su carga de trabajo tiene que venir dada por la diversificación de su producción, un concepto en el que puede tener cabida la energía eólica. Estos fueron los principales mensajes que el nuevo presidente de la Navantia, José Manuel Revuelta, y su consejero delegado, Jaime de Rábago, trasladaron ayer a directivos y comités de empresa durante su primera visita a la Bahía.

Pero este mensaje de optimismo no terminó convenciendo mucho a los representantes de los trabajadores, que abandonaron la reunión "decepcionados porque esperábamos más", según reconocía el presidente del comité de empresa de Navantia-Cádiz, Juan Bedeli. "Lamentablemente se ha tratado de una visita protocolaria de alguien que apenas lleva tres semanas en el cargo. Ha venido a conocer las instalaciones y a los directores de las factorías, pero poco más. No ha precisado nada sobre la carga de trabajo, que para nosotros es lo más vital y lo más urgente", explicó Bedeli.

Pero esa preocupación en ningún caso tiene que convertirse en temor sobre el futuro de los astilleros de la Bahía. Porque en la referida reunión -que se prolongó por espacio de casi tres horas y media- el presidente y el consejero delegado de la compañía dejaron claro que "no cabe considerar la firma de ningún acuerdo que pueda suponer cualquier tipo de menoscabo o limitación para las actividades industriales de Navantia, tanto en el sector naval como en el eólico, en la Bahía de Cádiz", según un comunicado remitido en la tarde de ayer desde la Sociedad Estatal de Participaciones Industriales (SEPI).

La opción de que los astilleros gaditanos puedan dedicarse en parte a la producción de aerogeneradores no fue descartada en absoluto por los nuevos gestores de Navantia que, además, se comprometieron a que, si este paso termina concretándose, no habrá privatización alguna en las factorías gaditanas.

La reunión de ayer sirvió también para que la cúpula de Navantia condenase las "alteraciones de orden público" producidas los últimos días en la Bahía por las movilizaciones de la plantilla pero también para que Revuelta y De Rábago explicaran que los objetivos de la SEPI pasan por la dinamización de las actividades de Navantia ante el actual contexto de crisis, la creación de empleo en las zonas en la que la empresa está instalada y el mantenimiento de su actual capacidad industrial.

Al explicar la hoja de ruta sobre la que van a basar su gestión, los nuevos responsables de Navantia destacaron que los pilares fundamentales serán la potenciación de la actividad comercial, tanto en construcción naval militar como civil, y una "necesaria" diversificación de productos "como solución para afrontar la actual caída de la demanda en el sector naval a nivel mundial". Para ello situaron como medidas urgentes y prioritarias el fortalecimiento de la posición de la empresa en los diferentes mercados, a través del desarrollo de las alianzas estratégicas con empresas líderes en diferentes sectores, y la entrada en el mercado de la energía eólica para garantizar nuevas líneas de actividad complementarias a la construcción naval en los centros de Ferrol y de la Bahía de Cádiz.