El presidente de la SEPI reconoce que los trabajadores de Navantia deberán asumir "ajustes de retribuciones"
Ramón Aguirre asegura que o se reducen las pérdidas o "habrá que disminuir el capital social" de la compañía. Destaca que la empresa está entrando en un "deterioro alarmante de la cuenta de resultados"
El presidente de la Sociedad Estatal de Participaciones Industriales (SEPI), Ramón Aguirre, ha reconocido que los trabajadores de Navantia deberán asumir "ajustes de retribuciones" en el marco del Plan de Competitividad en que trabaja la compañía, y ha asegurado que o se reducen las pérdidas o "habrá que disminuir el capital social" de la empresa.
Ante la Comisión de Hacienda del Congreso, Aguirre ha asegurado que los últimos años del Gobierno socialista constituyeron una "legislatura perdida" en materia de contrataciones para Navantia y ha reconocido que la situación es de "deterioro alarmante de la cuenta de resultados".
En concreto, ha dicho que entre 2008 y 2011 "no se produjo ninguna contratación", por lo que la carga de trabajo se "irá agotando gradualmente" en los próximos ejercicios y "las plantillas entrarán en una intensa subactividad", lo que causará "una reducción de ingresos" y "un incremento muy notable de las pérdidas".
169 MILLONES DE PÉRDIDAS EN TRES AÑOS
También ha hecho hincapié en que "Navantia está entrando en un deterioro alarmante de la cuenta de resultados, lo que provocará una erosión de su capital social. Y estas pérdidas continuadas y recurrentes harán preciso, este año, una apelación de Navantia a la financiación externa, porque con sus recursos no podrá mantener su actividad", ha reconocido.
Y es que, según los cálculos que ha enunciado, entre 2011 y 2013 la compañía perderá 169 millones de euros --42 millones en 2011, 78 millones en 2012 y 49 millones este año--. En este sentido, Aguirre ha destacado que se han "ralentizado" las pérdidas, pero no es suficiente, por lo que "o se cambia esta situación económica y financiera y se corrigen las pérdidas o habrá que apelar a recursos externos".
"Y en 2014, si no hemos conseguido contener la situación, habrá que disminuir el capital de Navantia por imperativo legal. Y siempre que se disminuye el capital social hay vinculaciones en materia de ajustes de todo tipo", ha apostillado.
A renglón seguido, ha argumentado que esta tendencia se debe, por una parte, a las restricciones presupuestarias del Ministerio de Defensa, que es "el principal cliente" de Navantia; pero también a una falta de competitividad derivada en parte de que los precios que ofrece son un 15% superiores a los de los competidores, llegado al incluso 50% si se compara con la competencia asiática.
"A nadie se le puede ocultar que si seguimos con esa política de precios nuestra capacidad de abrir mercados internacionalmente se verá claramente disminuida. No busquen argumentos extraños para las razones de pérdidas de concursos; el tema del precio nos ha dejado fuera", ha añadido.
PLAN DE COMPETITIVIDAD
Por eso, Navantia está trabajando en un Plan de Competitividad que pivotará "en una parte importante" sobre una revisión del convenio colectivo, lo que conllevará "asumir la situación crítica de Navantia" para poder conseguir "generar estabilidad en los puestos de trabajo".
Esto significa que "los ajustes podrían recaer en los salarios" aunque siempre con "la vocación de mantenimiento de los puestos de trabajo" y de su estabilidad. "Pero todos estamos siendo objeto de ajustes salariales últimamente, así que no hablamos de nada extraño que no le esté pasando a nadie", ha recordado.
No obstante, ha eludido estimar qué proporción de reducción salarial se podría llegar a aprobar porque es un asunto que "deben pactar la empresa y la representación sindical", si bien ha recordado que es necesario "vincular el convenio a las nuevas exigencias" del mercado.
Además, se aprobará un Plan de Ahorro, que "pivotará en la gestión de recursos humanos y del área de producción" con el objetivo "modesto" de reducir a la mitad las pérdidas, algo que según Aguirre ya se consiguió en 2012 pero se mantiene como "objetivo con vocación de permanencia".
La compañía también abordará una diversificación de sus líneas de negocio que permita superar la alta dependencia del Ministerio de Defensa, especialmente dadas las actuales restricciones presupuestarias, apostando "decididamente" por un área de sistemas, una intensificación del área de las reparaciones y la recuperación del área de sector civil. Asimismo, se incorporará un "sector novedoso" como es el eólico, donde "Navantia no ha ocupado ninguna línea de negocio aún".
MERCADO INTERNACIONAL
Finalmente, se apostará por el mercado internacional, para lo cual se han triplicado los recursos humanos del área comercial, se han abierto seis oficinas estables en países "donde están más maduras las opciones de compra" como Qatar, Turquía o Brasil; se han unificado las áreas de ingresos en una única unidad de negocios, y se ha implantado un área de programas para que "siga de forma especializada los efectos poscontractuales del plan en los contratos ya firmados".
"Navantia orientará totalmente su actividad a abrir mercados en el sector internacional", ha dicho Aguirre, afirmando que en 2012 esta nueva prioridad ha permitido "detener el ritmo de caída de los pedidos" reduciendo de 800 a 550 millones de euros las pérdidas medias. Esto ha permitido que la ocupación media anual de los tres astilleros --Cádiz, Ferrol y Cartagena-- pasara del 69% de 2011 al 76% en 2012. "Algo estamos recuperando", se ha congratulado.
Además, la actividad comercial exterior ha permitido pasar de 27 operaciones a 60, y se han firmado nuevos contratos con la Marina australiana, con la Marina noruega o con la Marina argelina, con la que se ha alcanzado "un magnífico e histórico contrato para reparaciones".
EVITAR QUE LA SITUACIÓN SE HAGA CRÍTICA
Aguirre ha justificado la necesidad de todas estas medidas en que se intenta "evitar que la situación difícil de Navantia pase a ser crítica" o que se caiga en "una crisis reputacional" que dificultaría aún más la apertura de mercados. Para conseguirlo, ha apelado a la responsabilidad de todas las partes, incluidos los trabajadores y la sociedad civil.
"Yo opino que la situación volverá a la normalidad en breve, por lo que hay que adaptar la compañía durante este tiempo de tránsito. Y la única forma de hacerlo pasa por lanzar a Navantia a los mercados internacionales y por abrir y diversificar las líneas de negocio, recuperando actividades que se habían abandonado en el pasado", ha concluido, asegurando que en ese esfuerzo está comprometido todo el Gobierno.
MÁS COMPETITIVIDAD POR LA VÍA DE LA PRODUCTIVIDAD
El diputado socialista Miguel Cortizo ha contrapuesto el "optimismo" de Aguirre cuando compareció en sede parlamentaria durante la tramitación de los Presupuestos de 2013 con su actitud "apagada, triste y anunciando negros nubarrones y ajustes" para la compañía, y ha recordado al presidente de SEPI la "obligación moral que hay con las familias de intentar sacar adelante los puestos de trabajo".
Asimismo, ha preguntado si se están barajando despidos más allá de las reducciones salariales, y ha recordado que la competitividad se puede mejorar también "por la vía de aumentar la productividad". "Pero eso exigiría apostar por la inversión en I+D+i y por nuevos campos donde la alta tecnología nos haga competitivos frente a otros con precios más baratos pero menos calidad", ha añadido.
Por su parte, la portavoz del BNG, Olaia Fernández Davila, ha señalado que la comparecencia, convocada de urgencia pocas horas antes de su inicio, supone la "constatación de los incumplimientos del Gobierno y de la Xunta de Galicia en relación con soluciones para la situación de la crisis de Navantia".
La popular Tristana Moraleja ha defendido la gestión de Ramón Aguirre en los meses que lleva al frente de Navantia, y ha replicado a la oposición que "la falta de previsión del Gobierno socialista explica la situación de la empresa a día de hoy". Además, ha defendido que en la actual coyuntura la empresa debe ser "competitiva de verdad".
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