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El primer grupo siderúrgico catalán planea abrir una acería en El Puerto

La Compañía Española de Laminación, Celsa, proyecta en Doña Blanca una planta de alta tecnología para convertir chatarra en acero · Ocupará una gran superficie de 550 hectáreas y creará 3.000 empleos

El Poblado de Doña Blanca se ha erigido como uno de los puntos de atención industrial de la Bahía.
Beatriz Revilla / Cádiz

31 de octubre 2008 - 05:01

No hay proyecto anunciado que le haga sombra: ni la planta de materiales compuestos de la aeronáutica SK-10; ni la fábrica de paneles solares de Gadir Solar; ni siquiera, la propuesta eólica de Aeroblade. La Junta de Andalucía se guarda un as bajo la manga en su estrategia de reindustrialización y diversificación de la actividad secundaria de la Bahía: la siderurgia.

La Compañía Española de Laminación (Celsa), la principal empresa catalana del sector y una de las primeras de España y Europa, negocia desde hace meses con la Agencia de Innovación y Zona Franca la apertura de una fábrica de alta tecnología para transformar chatarra en lingotes de acero. El emplazamiento sobre el que se trabajo es el Poblado de Doña Blanca de El Puerto, en la A-4 y frente al polígono de Las Salinas.

La principal característica del boceto de la planta son sus grandes dimensiones -al menos, para una zona como la Bahía-: el complejo industrial ocupará en total una superficie de 550 hectáreas o, lo que es lo mismo, 5,5 millones de metros cuadrados. La extensión es tal que supera el espacio reservado para Las Aletas (527 hectáreas) y, por ejemplo, es diez veces mayor que los astilleros de la capital. La razón es que además de la zona específica de producción, Celsa necesitará dotarse de amplios espacios de almacenaje y distribución.

Este proyecto industrial explica la urgencia de la Agencia IDEA y de Zona Franca por crear nuevos espacios productivos en la Bahía, como el anunciado polígono de Doña Blanca de 800 hectáreas, y dirigirlos a la implantación "de medianas y grandes empresas", según explicó el propio delegado del Gobierno en Cádiz, José Antonio Gómez Periñán.

Pero la relevancia no viene dada sólo por el tamaño de las instalaciones, sino también por su capacidad laboral. La planta tiene potencial para crear hasta 3.000 empleos y su impacto industrial trascenderá a la actividad auxiliar, ya que demandará grandes servicios de transporte y distribución de la materia prima y el acero resultante, según aseguraron fuentes próximas a la negociación.

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