Las cuatro primeras lanchas para Australia ya están listas

Los astilleros de San Fernando dan los últimos retoques a estas embarcaciones mientras continúan con el resto del encargo

Fotografía de dos de las lanchas de desembarco que están casi listas para entregarse a Austraiia.
Amaya Lanceta San Fernando

20 de febrero 2014 - 01:00

Las primeras cuatro lanchas de desembarco que construyen los astilleros de San Fernando para la Marina australiana aguardan la finalización de los últimos flecos -colocación de rotulación, esencialmente- para su envío a las antípodas en el mes de abril. Las cuatro ocupan una de las naves de las instalaciones de Navantia de La Carraca, donde llegaron una vez habían pasado por las distintas fases del proceso de fabricación. Desde el corte de chapa hasta las últimas labores mencionadas, han pasado por ese proceso que para cada unidad conlleva un periodo de entre once y doce meses. Antes por supuesto han necesitado un trabajo de ingeniería. Y antes de eso un largo trabajo de comercialización y posterior negociación para culminar en un contrato que fija la construcción de hasta doce lanchas. "Un contrato en el ámbito de la defensa tarda en madurar", reconocía el director del programa de las lanchas de desembarco para Australia, José Jiménez Alfaro.

Aunque se trata de un producto sencillo, desde Navantia se afirmaba ayer que el programa de las lanchas con la Armada australiana era más complejo que otros desarrollados por la compañía. Entre otras cuestiones, por las exigencias del cliente, el Gobierno australiano. "Es muy transparente y por eso en su web se pueden encontrar detalles del contrato", señalaba Jiménez Alfaro. El control ha sido férreo en todo el proceso, ya antes de la firma del acuerdo, en la negociación con una revisión de documento a documento, e incluso antes con la mitigación de riesgo previa ante la clasificación de la embarcación que exigía. "Pocos buques militares la tienen. En España la primera fue la fragata Cantabria. Suele darse más en los barcos civiles", comentaban. Esto significa con una empresa especializada certifica el programa, desde la fase previa hasta todo el proceso de construcción y de prueba.

Esta exigencia, sin embargo, podría convertirse en una ventaja a la hora de presentar la propuesta a otros países. De hecho, está muy avanzadas las negociaciones con Turquía y existen posibilidades con India. También se han interesado Francia e Italia. "Los holandeses han mostrado su sorpresa por la capacidad que tiene", apuntaba el director del programa. Estas lanchas de desembarco, de poco más de 23 metros de eslora, que se pueden utilizar tanto en guerra como en campañas humanitarias, soportan hasta 65 toneladas. "Se ha probado con un carro de combate Leopard, de 63 toneladas, pero lo normal es que aguante unas 60 toneladas, el peso de los carros M60", matizaba. Pueden transportar, por ejemplo, una compañía de (170) infantes de Marina.

Mientras al primer lote se le da los últimos retoques, por ejemplo Daniel de una empresa auxiliar acababa de poner un cubrecables en la cubierta de una de estas lanchas, la cadena de fabricación continúa. Jesús, que está en los astilleros desde 1985, y Tamara, que lleva 13 años, trabajaban en el corte de chapa. "Nos llegan los planos y configuramos la máquina [de corte por plasma] para el corte", explicaban. En otra nave se procesan los perfiles del buque, iba dando detalles Manuel Ramos, jefe de Fabricación, y se trabaja en la conformación (el curvado) de las piezas. A continuación pasan a la construcción de los bloques (una lancha tiene dos de fondo y dos de amurada) para luego proceder a la unión de los dos bloques en otro espacio. "En el proceso de soldadura es donde hay que tener más cuidado al tratar el material porque el espesor de apenas 3 o 4 milímetros por las deformaciones que puedan surgir", señalaba, aunque reconocía que el astillero de San Fernando es especialista en el trabajo precisamente con chapa fina. El director de la factoría, Pablo López Díez, ya había resaltado el trabajo especializado y cualificado que se desarrolla en todas las áreas del centro. Lo decía también el jefe de taller. Con 36 años de experiencia, Teodoro recordaba la de barcos que se han construido y reparado en estas instalaciones y los cambios que se ha producido en talleres y personal. "Todos los gremios se han tenido que reciclar, con cursos", que actualizarse y ampliar sus conocimientos.

El proceso de fabricación de la lancha de desembarco continúa con el pintado y posterior fase de colocación de equipamientos que no necesitan soldadura (armamento en frío, se llama), tales como instalación de tuberías, motores o cableado. Las primeras cuatro ya pasaron por todos estos pasos, antes de tener que superar una sinfín de pruebas, en las que ha colaborado la Armada Española. "La primera es la que ha sufrido todas las pruebas posibles de carga en diferentes estados de mar. Las demás, menos", matizaba Ramos. Ahora ya se han pintado y se procede a la rotulación (más de 300 etiquetas se colocan). Pronto partirán embarcadas hacia Australia.

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