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El pueblo de Algar lleva tres años inmerso en una ilusión compartida para que la Unesco declare Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad la tradición de las charlas al fresco entre vecinos en las calles, que se dan cuando asoma la tarde y entra la noche en verano. Sacar las sillas a la calle, sentarse al fresquito a la puerta de casa cuando la tarde cae y la canícula va descendiendo es una costumbre que aún persiste en municipios como Algar, que no quiere perder esta seña de identidad, que va más allá de su simbología.
Por eso, el Ayuntamiento de Algar está promoviendo esta iniciativa para reforzarla y ya ha conseguido medio centenar de apoyos de municipios de toda Andalucía, que han respondido a esta iniciativa de manera formal. Desde el Consistorio de Lebrija (Sevilla), pasando por el de Fuente Palmera (Córdoba) o Santisteban del Puerto (Jaén) hasta el mismo Ayuntamiento de Málaga, entre otros muchos más, han dicho sí a esta tradición de pueblo que en el trasfondo busca la comunidad frente al aislamiento social o el cara a cara y el arropo vecinal frente a la digitalización de la vida. “Celebro vuestra iniciativa y podéis contar con el apoyo del Ayuntamiento de Málaga”. Así reza en una carta del alcalde de Málaga, Francisco de la Torre, dirigida al Consistorio y a los vecinos de Algar, que llevan tres años luchando por esta declaración ante la Unesco, en la que se trabaja, de manera conjunta, con la Junta de Andalucía, para que se refleje en el Inventario de Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad de Andalucía. Y es que el Ayuntamiento algareño ha mando una carta a Ayuntamientos de Andalucía y ha pedido apoyos a instituciones, entre ellas a la Diputación de Cádiz, que ha aprobado por unanimidad, su respaldo.
“Es un orgullo para Algar, para este Ayuntamiento y para todos los vecinos de mi pueblo que medio centenar de municipios de Andalucía se unan a nuestra petición. Es una iniciativa que ha salido de Algar, pero trabajamos y queremos que las ‘charlas al fresco’ consigan una declaración conjunta que represente a todos los municipios”, dice el alcalde de esta localidad de la Sierra de Cádiz, José Carlos Sánchez, cuyo gobierno que encabeza lleva desde 2021 trabajando en esta propuesta. “Es un tema en el que estamos de lleno desde hace tiempo y ya vemos, poco a poco, la luz. Estamos teniendo una repercusión que no nos la imaginamos cuando empezamos con esta iniciativa”, reconoce el regidor de Algar.
Por su parte, Miriam Sánchez García, concejala de Turismo del Ayuntamiento, que lleva un año inmersa en el expediente para la declaración de estas genuinas charlas como patrimonio añade: “No queremos que las ‘Charlas al fresco’ sean sólo de Algar. Es una tradición que se da en muchas localidades y esta declaración sería un reconocimiento para que no se pierda. De hecho, aquí, en Algar, esta tradición se está reforzando. No es una cosa de personas mayores. A los jóvenes nos gusta también participar. Es una manera de poner en valor el entorno que tenemos”, explica.
Así que el Ayuntamiento serrano solicita que este ansiado reconocimiento se haga extensivo a toda la comunidad autónoma, dado la repercusión que este hecho conlleva en los pueblos, animando a la adhesión de instituciones públicas y privadas. “En plena era digital, esta tradición consistente en sentarse un grupo de vecinos y vecinas a charlar a la puerta de las casas aprovechando el fresco de las tardes y noches de verano supone un elemento de comunicación, cohesión social y transmisión de saberes que es necesario conservar y transmitir a las generaciones futuras”, defiende la institución municipal.
Desde que salió a la luz esta petición, el pueblo de Algar, con 1.400 habitantes, ha visto pasar por sus calles a numerosos medios de comunicación nacionales e internacionales. En su día, el periódico británico The Guardian escribió al respecto: “Es un ritual nocturno de verano en gran parte de España. Ahora, un pueblo emprendedor del sur de España busca que la tradición sea reconocida por Naciones Unidas como un tesoro cultural”. Hace bien poco, un equipo de cortometrajes ha estado también en Algar realizando un documental, que pronto saltará a una plataforma y en el que han participado los vecinos desinteresadamente.
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