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Movimientos en el PSOE de Cádiz de cara a los próximos congresos
Cádiz/La confianza que no le dieron los votos se la está dando sin pestañear desde la dirección federal del PSOE. Ferraz confía, y mucho, en Fran González, y eso parece que no gusta ni a la dirección provincial de este partido ni, lo que es mas llamativo, a un sector del pedrismo gaditano, una corriente que empezó siendo minoritaria en el territorio gaditano, que da la impresión que ha ido ganando adeptos con el paso del tiempo y que ahora parece que tiene dos, tres o más cabezas en la provincia de Cádiz, precisamente cuando en el horizonte se vislumbran sendos congresos regional y provincial de futuro incierto.
Hay dos evidencias encima de la mesa. La primera es que Fran González fracasó en las dos ocasiones (2015 y 2019) en las que concurrió como candidato socialista a la Alcaldía de Cádiz. En la última, incluso, el apoyo en las urnas no le permitió ni repetir como diputado provincial, lo que frustró cualquier opción de que el partido intentara auparlo a la Presidencia de la Diputación.
Pero hay una segunda evidencia y es que la dirección federal de su partido confía, y mucho, en sus criterios desde que se posicionó abiertamente a favor de la llegada de Pedro Sánchez a la secretaría general en aquellas primarias históricas que le enfrentó a Susana Díaz. Tanto escucha Ferraz a Fran González que el partido asumió de buenas ganas todos los nombramientos propuestos por quien a día de hoy sigue siendo el secretario general del PSOE en la ciudad de Cádiz. Así, José Pacheco aterrizaba en la Subdelegación del Gobierno central en Cádiz, Victoria Rodríguez era nombrada delegada especial del Estado en el Consorcio de la Zona Franca de Cádiz, José Ramón Ortega era aupado a un puesto de salida en la lista del PSOE al Congreso de los Diputados lo que le permitió tener escaño, y tampoco rechistó cuando a principios de este año se cerraba el relevo en la Zona Franca, con la designación como nuevo delegado del propio Fran González, quien tiene hilo directísimo con dos pesos pesados del PSOE en Ferraz y en el Congreso de los Diputados como son Adriana Lastra y Felipe Sicilia.
Todo este protagonismo parece no gustar mucho a un sector del PSOE gaditano, tanto entre los susanistas como en una parte del pedrismo. Y como los intentos por moverle la silla a José Pacheco en la Subdelegación o por intentar impedir que Fran González aterrizara en la Zona Franca terminaron fracasando, el único recorte de poder que le han podido hacer ha sido en la Diputación.
Allí la presidenta de esta institución, la susanista Irene García, y el vicepresidente, el pedrista José María Román, han decidido de común acuerdo eliminar al único de los 20 asesores del gobierno provincial que era afín a Fran González. Así, a mediados de este mes era cesado como personal de confianza José Antonio Cano Durán, militante de la agrupación socialista de Cádiz, para buscarle hueco a alguien del círculo del alcalde de Chiclana.
El Boletín Oficial de la Provincia (BOP) publicaba en su edición del pasado día 15 el nombramiento como nueva asesora de la Diputación de Virginia Forero Alguacil, ex concejala socialista en Chiclana.
Forero, que percibirá un sueldo bruto anual de 39.000 euros, fue nombrada concejala en el verano de 2018, en sustitución de Joaquín Páez, asumiendo las delegaciones de Educación y Minorías Étnicas. Pero las elecciones municipales de mayo de 2019 la dejaron fuera del Ayuntamiento, ya que figuraba en el décimo puesto de la lista socialista que lideraba Román y el PSOE sólo logró nueve concejales en las urnas.
Con este relevo de asesor, el alcalde de Chiclana logra visualizar que, al menos en la Diputación de Cádiz, sí tiene sobre Fran González ese predominio del que no parece gozar tanto en Ferraz. Y, de paso, José María Román vuelve a demostrar que cada vez que le interesa es capaz de reeditar ese matrimonio de convivencia con Irene García que desde hace ya ocho años aflora y se entierra como si del mismísimo Guadiana se tratara.
Echando la vista atrás hay que recordar que en mayo de 2012, y estando en la oposición, Irene García regaló a Román la portavocía del Grupo Socialista en la Diputación para quitársela así a Francisco González Cabaña y que, en contraprestación, el regidor chiclanero y sus delegados afines se convirtieron con sus votos en piezas esenciales para que en julio de ese mismo año la entonces alcaldesa de Sanlúcar lograra ser elegida secretaria general del PSOE provincial.
Pero esa sintonía quedó hecha añicos pocos meses después, en octubre de 2012, cuando las tornas cambiaron y José María Román se negó a darle la portavocía del PSOE en la Diputación a Irene García contraviniendo así las órdenes del partido. Sólo la apertura de un expediente de expulsión por parte de la dirección regional del partido hizo que rectificara un Román que se sintió traicionado y utilizado por el griñanismo, que era entonces la corriente dominante en el PSOE regional y provincial.
A partir de 2015, cuando Irene García llegó a la Presidencia de la Diputación y José María Román recuperó la Alcaldía de Chiclana, se inició un pacto de no agresión que le permitió a este último ser de nuevo diputado provincial, aunque sin excesivo protagonismo.
Pero todo volvió a cambiar tras las elecciones municipales de 2019, cuando tras mucho tensar la cuerda Ferraz terminó accediendo a que Irene García se mantuviera en la Presidencia de la Diputación, aunque con la obligación de situar a José María Román en una de la vicepresidencias, degradando así a la que era la mano derecha de Irene García tanto en el PSOE como en la institución provincial, Juan Carlos Ruiz Boix. La presidenta de la Diputación acató las órdenes del partido, otorgó un papel claramente institucional a Román y las relaciones entre ambos, aunque siguen siendo muy frías, no han deparado conflicto alguno. Y ahora, incluso, han vuelto a unirse para intentar reducir el protagonismo de Fran González.
Este relevo de asesor en la Diputación tiene otra lectura y es que el pedrismo gaditano, al igual que le sucede a esta corriente en el conjunto de Andalucía, para nada está compacto cuando en teoría entre la primavera y el verano de 2021 tendrán que celebrarse en cascada los congresos federal y regional. El provincial vendría después.
Con un Pedro Sánchez que parece firmemente asentado en la secretaría general del partido, la duda estriba en conocer si Susana Díaz revalidará su condición de secretaria general del PSOE andaluz. A día de hoy todo apunta a que la ex presidenta de la Junta se presentará a esa reelección interna pero que en ese proceso tendrá que enfrentarse a uno o a varios aspirantes del pedrismo, en una pugna que se presume a priori bastante ajustada porque quien gane será también el candidato socialista para recuperar la Junta de Andalucía.
El problema es que el pedrismo no tiene aún un aspirante fijo y siguen saliendo nombres de posibles aspirantes como, por ejemplo, María Jesús Montero, Felipe Sicilia (que el pasado fin de semana ya celebró varias reuniones con militantes socialistas de la provincia de Cádiz), Ángeles Ferriz, Santos Cerdán, Gómez de Celis... Y todo ello sin olvidar a un alcalde de Sevilla, Juan Espadas, que parece estar en una posición equidistante entre el susanismo y el pedrismo.
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