Cádiz, más Herzegovina que nunca

El socialismo gaditano, ante un año crucial

Ferraz recela de Irene García y prefiere sondear a varios alcaldes de la provincia para conocer si la militancia del PSOE gaditano quiere el relevo de Susana Díaz al frente del partido en Andalucía

En Cádiz conviven hoy pedristas, susanistas, romanistas, pizarristas y líderes que van por libre

Que Irene García pidiera un "revulsivo" en el PSOE andaluz sorprendió a todos

De izquierda a derecha, los alcaldes socialistas de San Roque, Rota, Villaluenga, Sanlúcar y Alcalá de los Gazules, el pasado 22 de febrero en el Senado, horas antes de su reunión en Ferraz.
De izquierda a derecha, los alcaldes socialistas de San Roque, Rota, Villaluenga, Sanlúcar y Alcalá de los Gazules, el pasado 22 de febrero en el Senado, horas antes de su reunión en Ferraz. / D.C.

Lunes 22 de febrero por la tarde. Sede del PSOE federal en la madrileña calle de Ferraz. En uno de sus despachos hay una reunión poco habitual porque los secretarios de Organización, José Luis Ábalos, y de Coordinación Territorial, Santos Cerdán, conversan con cuatro alcaldes socialistas de la provincia de Cádiz. Y son de municipios grandes, medianos y pequeños: Víctor Mora (Sanlúcar), Juan Carlos Ruiz Boix (San Roque), Javier Ruiz Arana (Rota) y Javier Pizarro (Alcalá de los Gazules). De lo que se habló en esa reunión hay versiones muy contradictorias y muchas, muchas, lecturas interesadas. Lo que sí se sabe es que el objetivo de la dirección federal del PSOE era conocer de primera mano si entre la militancia socialista de la provincia se apuesta o no por el relevo de Susana Díaz al frente del partido en Andalucía.

Y es que los socialistas andaluces tienen una cita clave a finales de este año o principios de 2022, cuando el partido tendrá que elegir a la persona que ocupará la Secretaría General del PSOE-A y que será, también, la candidata para intentar recuperar la Presidencia de la Junta de Andalucía en las elecciones que, si no hay adelanto, tendrán lugar a finales de 2022. Y ese cónclave de los socialistas andaluces tiene un morbo añadido porque todo apunta a que habrá unas primarias que serán una reedición, con muchos matices, del combate entre Susana Díaz y Pedro Sánchez que acabó con la ex presidenta de la Junta en la lona en aquellas primarias cruciales de mayo de 2017.

Queda mucho para ese pulso y antes lo socialistas celebrarán en octubre un congreso federal en el que, ahí sí, Pedro Sánchez no tendrá rival. Pero pese a los muchos meses que quedan por delante para el cónclave andaluz, lo cierto es que la partida ya se está jugando en toda Andalucía y también en la provincia de Cádiz, un territorio donde hay verdaderos cum laude en división socialista.

Los movimientos habidos en suelo gaditano no han sido muchos pero sí llamativos. Así, por ejemplo, a finales del año pasado hizo su primera incursión en la provincia el diputado por Jaén Felipe Sicilia, a quien muchos sitúan como el candidato de Adriana Lastra, vicesecretaria general del PSOE federal, para que tome las riendas del partido en Andalucía. Con Fran González haciéndole de cicerone y tras un maratón de varias reuniones comarcales en un único fin de semana, Felipe Sicilia pudo sondear de primera mano la opinión de la militancia gaditana.

Y después vino el movimiento extraño de la secretaria general del PSOE de Cádiz, Irene García, quien a principios de año dijo públicamente en una entrevista que el partido necesitaba un "revulsivo" en Andalucía. Aquellas declaraciones de una persona que siempre ha sido fiel a Susana Díaz sorprendieron a toda la familia socialista de la provincia gaditana, donde no fueron pocos los que vieron ahí un cambio de rumbo o incluso una traición de quien suma ya casi nueve años dirigiendo el PSOE de Cádiz.

Tanto revuelo se formó que Irene García se vio obligada a matizar sus palabras, diciendo que un "revulsivo" no obligaba a cambiar de candidato, aunque sí a variar algunas ideas o mensajes. Y tras señalar que ella estaba "en el mismo sitio de siempre", quiso apostillar que también la ejecutiva provincial socialista que lidera precisaba de un revulsivo similar. Y aprovechó para anunciar que, en lo referente a los congresos del PSOE, públicamente sellaba sus labios a la vista de todo el tiempo que queda por delante.

Con las primeras incursiones de los pedristas en suelo gaditano y con esa rectificación a empujones de la secretaria provincial del PSOE, en Ferraz pensaron que algo más tenían que hacer para saber por dónde respira Cádiz. Y es que lo mismo que se sabe que hay provincias en las que los socialistas se decantan claramente a favor de Susana Díaz (Sevilla, Málaga o Córdoba) o en contra de ella (Huelva, Jaén y Granada), Cádiz aparece como una nebulosa de difícil interpretación. Aquel término de Cádiz-Herzegovina que algunos atribuyen a Griñán parece ya un tanto desfasado porque el PSOE de Cádiz es ahora más Herzegovina que nunca.

Y es que es posible que Cádiz haya sido tradicionalmente la provincia andaluza que siempre ha acudido más dividida a todos los congresos federales, regionales o provinciales que haya celebrado el Partido Socialista. Aquí siempre ha habido muchas sensibilidades en la militancia socialista y entre unas y otras a veces se han tejido intereses cruzados dependiendo de las necesidades de cada momento.

Esa complejidad, además, se multiplica ahora en Cádiz, donde, a diferencia de los que sucede en otras provincias andaluzas, no sólo están los pedristas y susanistas. Aquí también hay que contar con los romanistas y los pizarristas, dos facciones que han sido siempre antagónicas y que algunos sitúan ahora posicionadas a favor de un relevo en la cúpula del PSOE andaluz.

Y para complicar más aún el panorama, van surgiendo algunos líderes locales a los que cuesta situar en un lado o en otro. Uno de los casos sería, por ejemplo, el del alcalde de San Roque, Juan Carlos Ruiz Boix, desde 2012 siendo la mano derecha de Irene García en la ejecutiva provincial socialista y que ahora da la impresión de querer volar libre sin deberle nada a nadie y sin las ataduras de antaño. Y hay agrupaciones muy potentes que parecen a priori divididas como serían los casos, por ejemplo, de Cádiz capital o Algeciras.

En esta obsesión por saber por dónde respira Cádiz, en las últimas semanas ha adquirido un papel protagonista José Luis Ábalos, secretario de Organización del PSOE federal, que lo primero que hizo fue citar a Ferraz a Irene García a principios de febrero. Esa reunión no tenía mayor relevancia, ya que Ábalos mantiene contactos habituales con los secretarios provinciales del partido. Lo que sí sorprendió fue que Irene García acudiera al encuentro acompañada de José María Román, alcalde de Chiclana, vicepresidente de la Diputación, referente obvio del romanismo gaditano y pedrista convencido.

Ante el mutismo absoluto de García y de Román, de esa reunión se han hecho las lecturas más diferentes que uno se pueda imaginar. Así, desde el pedrismo se ha llegado a decir que en esa cita que se prolongó durante dos horas la máxima responsable del PSOE gaditano claudicó ante Ábalos y se comprometió, llegado el momento, a ponerse ella y toda la dirección provincial del partido detrás del candidato o candidata que designe el partido para acometer un cambio de líder en Andalucía.

Y desde el susanismo, y desde el entorno de la propia Irene García, se niega la mayor. Sitúan esa reunión en Ferraz como una interlocución lógica entre órganos del partido y se reitera que ni Susana Díaz, ni las direcciones regional y provincial dudan de su lealtad a quien viene liderando el PSOE andaluz desde 2013.

Sea como fuere lo cierto es que pocos días después de aquel encuentro Ferraz organizó la reunión antes citada con los alcaldes de Sanlúcar, Rota, San Roque y Alcalá de los Gazules, quienes previamente hicieron una parada para que el alcalde de Villaluenga y senador, Alfonso Moscoso, les enseñara el Senado.

Y tras esa reunión, y de nuevo ante el mutismo general, otra vez la doble lectura. Los susanistas, por ejemplo, quitan hierro a este encuentro, dicen que es normal que Ábalos mantenga contactos con alcaldes e incluso hablan abiertamente de que parte del sector pizarrista le hizo una "encerrona" a los regidores de Sanlúcar y Rota. Y los pedristas, por su parte, sacan pecho y dan por cerrado que estos cuatro regidores se han sumado ya a la causa a favor de que el PSOE andaluz tenga un nuevo líder.

Lo que sí parece claro es que en Ferraz hay muchos recelos hacia la persona de Irene García, a la que, pese a sus confusas declaraciones de principios de año, sitúan en el ala más susanista del partido. De ahí que la dirección federal del partido prefiera preguntar a otros interlocutores.

Queda mucho tiempo, quedan muchos pasos por dar y quedan muchas incógnitas por despejar. Parece raro que a estas alturas Susana Díaz termine renunciando a presentarse a las primarias, pero desde Ferraz se le va a insistir en que el efecto Illa que triunfó en Cataluña puede tener traslación en Andalucía.

Pero la incógnita más importante sigue siendo si Ferraz presentará un candidato alternativo a Susana Díaz en las primarias andaluzas. De hacerlo se siguen barajando los mismos cuatro nombres de hace varios meses: el diputado Felipe Sicilia, la ministra María Jesús Montero, el alcalde sevillano Juan Espadas y Alfonso Rodríguez Gómez de Celis, vicepresidente primero del Congreso. Pero la decisión no es ninguna tontería. Ferraz sólo dará ese paso si ve una mínima opción de ganar en Andalucía. Lo contrario sería un riesgo innecesario que parece complicado que Pedro Sánchez quiera asumir.

Saber lo que va a hacer la militancia del PSOE de Cádiz cuando llegue el momento es un completo misterio. Y lo más curioso es que, al menos por ahora, nadie quiere hablar y nadie quiere moverse. Apostar por caballo perdedor no gusta a nadie.

El debate sobre el congreso provincial, un melón aún sin calar

Después del congreso federal, a celebrar en principio el próximo octubre, y después del congreso regional, que según los estatutos tendría que celebrarse nunca antes de los 90 días siguientes al cónclave nacional, los socialistas gaditanos tendrán que encarar un nuevo congreso provincial que determinará si Irene García sigue al mando del partido, como viene haciendo desde julio de 2012, o si hay relevo en la sede de San Antonio.

De momento, nadie en el PSOE gaditano quiere hablar de un congreso provincial que la lógica sitúa en la primavera de 2022. Toda la estrategia que se viene desarrollando en suelo gaditano va encaminada a preparar el terreno de cara al congreso regional. Y es lógico que el debate sobre el provincial quede supeditado al regional porque se da por hecho que quien tome el mando del partido en Andalucía intentará tener a peones de su confianza en las secretarías generales de las ocho provincias andaluzas.

El principio todo apunta a que el susanismo mantendrá su apuesta por Irene García, aunque la también presidenta de la Diputación no ha confirmado aún su intención de presentarse a la reelección para el que sería su tercer y, según los estatutos, último mandato.

Los pedristas, por su parte, plantarán cara en la provincia si ven alguna posibilidad de éxito y, sobre todo, si previamente han logrado colocar a uno de los suyos al mando del Partido Socialista de Andalucía.

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