El PSOE de Cádiz llega hoy al congreso federal ondeando la bandera blanca pero con pinturas de guerra en la cara

Ondeando una bandera blanca pero con pinturas de guerra en la cara. Así es como se van a plantar en el congreso federal del PSOE que arranca hoy en Sevilla los dirigentes que representarán al partido por la provincia de Cádiz. Porque tienen la obligación de arropar a Pedro Sánchez, y lo harán con el convencimiento absoluto de que es el mejor líder que necesita ahora su partido, pero ninguno de ellos podrá olvidarse de que a pocos meses vista, posiblemente en marzo o abril, se dirimirá la madre de todas las batallas, con ese congreso provincial en el que se tiene que elegir al nuevo líder del PSOE de Cádiz.

“Ahora no toca hablar de la provincia”, es la frase más repetida que tanto en público como en privado vienen reiterando los dirigentes de peso del socialismo gaditano. Pero en el fondo todos ellos saben que eso es imposible, porque lo que está por venir tiene tanta enjundia que cualquier voto o apoyo que se pueda sumar en las conversaciones en los pasillos puede terminar siendo decisivo. Y qué decir si un bando o el otro termina convenciendo a la nueva dirección federal que salga de este cónclave de que ellos representan lo mejor para el partido. Eso incluso puede terminar desequilibrando la balanza.

Pero la prioridad está clarísima: lo primero es lo primero, y lo primero se llama Pedro Sánchez. Los socialistas gaditanos tienen la obligación de arroparlo en su continuidad como secretario general del partido, y esa obligación se puede entender desde dos vertientes. Por un lado, es verdad que la dirección federal no quiere que nadie le replique a Sánchez ni le haga sombra en el congreso que arranca hoy. Y eso pasa por que no se visualice la más mínima señal de diferencia interna. Vamos, como si de un congreso del PP se tratara.

Pero también es verdad que, en su fuero interno, la totalidad de los 32 delegados del PSOE de Cádiz quieren mostrarle de manera sincera su apoyo a su líder y presidente del Gobierno. Y lo harán convencidos de que es el mejor candidato que tienen, haciendo caso omiso a los nubarrones negros que se ciernen sobre él con tantos supuestos casos de corrupción que está investigando la Justicia. Los socialistas gaditanos confían en su líder. Y esa confianza, al menos a día de hoy, es absoluta.

El PSOE se juega mucho en el congreso federal que comienza hoy en Sevilla y que concluirá el domingo. Pero quizás se juegue más en los congresos regional y provincial que se irán celebrando progresivamente, el primero de ellos supuestamente en enero o febrero y el siguiente dos meses después. Y son dos citas importantes porque, a diferencia de lo que sucede en el federal, no se sabe aún a ciencia cierta quiénes tomarán las riendas del PSOE en Andalucía y en Cádiz. Porque en ambos casos todo está muy abierto, sin que nadie tenga la certeza absoluta de afirmar que va a haber continuismo o cambios en ambos órganos de dirección.

Los socialistas gaditanos llegan al congreso de hoy partidos en dos, lo cual no es una novedad porque esa división es notoria desde hace ya varios años. En un bando está la dirección provincial del partido, con su secretario general, Juan Carlos Ruiz Boix, al frente, y que mantiene gran parte del apoyo que le llevó a tomar las riendas del partido a finales de 2021, esto es, el pizarrismo y una porción más o menos relevante de agrupaciones de relevancia como las de Cádiz, Jerez, San Roque, etc.

Y en la otra acera está lo que era el irenismo, que mantiene su alianza con el romanismo y que asegura que a lo largo de estos tres meses ha ido recabando adeptos en muchas agrupaciones locales del PSOE gaditano.

Se da la circunstancia de que en estos tres últimos años el Partido Socialista ha salido derrotado en Andalucía y en la provincia en las cuatro elecciones celebradas, es decir, en las andaluzas de 2022, en las municipales y generales de 2023 y en las europeas del pasado mes de junio. Y curiosamente la corriente que lidera a Ruiz Boix responsabiliza de esta mala racha al máximo responsable del partido en Andalucía, Juan Espadas, mientras que la corriente crítica con el secretario general de Cádiz exculpa al ex alcalde de Sevilla y centra todas sus críticas en quien es también regidor de San Roque y diputado nacional por la provincia gaditana.

Faltan aún los candidatos alternativos, porque aún no han levantado la mano ni la persona que hará frente a Espadas en el próximo congreso del PSOE andaluz –si es que finalmente se presenta alguien– ni la que hará lo propio con Ruiz Boix en Cádiz –algo que sí se da por hecho–. Y tampoco se sabe aún si Ferraz impondrá su criterio en alguno de estos aparatos de dirección. Para ello habrá que esperar a que pase el congreso federal que arranca hoy en Sevilla y del que saldrá una nueva dirección federal. De todo lo demás ya se irá hablando más adelante. Porque las pinturas de guerra están ahí por algo, por mucho que todos ondeen una bandera blanca.

Con pocas esperanzas de meter a un gaditano en la ejecutiva federal

En un congreso puede pasar de todo, es verdad, pero a priori el PSOE de Cádiz sabe que llega al cónclave de Sevilla con muy pocas opciones de que en el máximo órgano de dirección del partido, en la ejecutiva federal, pueda sentarse algún representante del socialismo gaditano. La última que lo hizo fue la isleña y ex senadora María Jesús Castro, quien fue la responsable del área de Mayores en esa ejecutiva, aunque abandonó el cargo después del último congreso celebrado en Valencia en septiembre de 2021. Donde sí se espera que haya presencia gaditana es en el siguiente órgano de dirección en importancia, el comité federal, donde en esta última etapa han tenido sitio Fran González, Irene García, José María Román y la propia María Jesús Castro. A ellos hay que sumar a Rafael Román, que lleva ya varios años asumiendo la presidencia del Comité de Garantías del partido.