¿Qué ocurre con DeepSeek? China sacude el escenario de la Inteligencia Artificial
una nueva era en internet
La aparición de un chat de IA de código abierto desarrollado desde Hangzhou ha revolucionado un tablero marcado por el monopolio
El programa se ha hecho público mientras TikTok agota su periodo de gracia en Estados Unidos
Redes sociales: "El contenido tóxico queda por encima y, sin control, tenemos la tormenta perfecta"
Los dueños de nuestra atención son los dueños del mundo. Quedó claro en la investidura de Donald Trump, en la que el lineal reservado a los alumnos destacados estaba ocupado por los domadores de mentes: Jeff Bezos (Amazon), Mark Zuckerberg (META), Sundar Pichai (CEO de Google) y Elon Musk (X/Twitter). Este último, por supuesto, con poder ejecutivo dentro del nuevo Gobierno estadounidense. Días después de esa imagen, fiel reflejo de un orden del mundo, las coordenadas saltaron por los aires. China daba a conocer DeepSeek, su nuevo modelo de inteligencia artificial generativa.
Jesús Medina, catedrático responsable del grupo de Matemáticas aplicadas para el diseño de sistemas inteligentes en la UCA, subraya que algo así lo más normal que podía pasar:“Todos los que nos dedicamos al tema sabíamos que alguien fuera de la esfera terminaría sacando un sistema parecido –afirma–. Todo esto tiene un impacto social importante: el sistema se vuelve más competitivo y hace que la gente pueda acceder mejor. Lo que no era justo era que tuviera el mando una sola compañía” .
La propuesta china ha supuesto un revulsivo en términos comparativos: se ha desarrollado en meses, con mucho menos personal; con unos chips en teoría menos sofisticados y, sobre todo, con un coste mucho menor. La aplicación es gratuita y, novedad importante, está elaborada en código abierto. En cuanto saltó a escena, las descargas en Google Play se dispararon. Y se dispararon, también, los ataques: millones de solicitudes maliciosas que hicieron que el acceso se complicara durante un par de días.
La cosa iba en serio. Nvidia –podríamos decir que se cumple lo de que nombre es destino–, la compañía que suministra GPUs a los desarrolladores de IA, se desplomó en Bolsa –vaya, ¿así que sin estas cosas, que parecían hechas de adamantium, también se podía funcionar?–. “Lo que han hecho con Nvidia –continúa Jesús Medina– es subir su cotización muy por encima del valor real. Y ahora la están poniendo en su sitio”.
Tras el sorpasso de DeepSeek -que ha tenido lugar, recordemos, mientras TikTok está en capilla en Estados Unidos-, Trump está considerando restringir la venta de semiconductores de Nvidia a China; mientras que a Open AI le faltó tiempo para decir que el desarrollador chino había copiado sus modelos.
“La IA generativa –apunta Medina- se basa en un sistema de redes neuronales que surgió en los 70, y que se ha ido perfeccionando gracias a la capacidad de cálculo de los ordenadores actuales. La esencia del mecanismo es conocida por todos, es cuestión de implementarla y de que sea óptima”.
Mario Crespo, profesor de la UCA que organizó el año pasado unas jornadas sobre IA aplicada a la lingüística y las humanidades, apunta entre las cualidades más destacables de DeepSeek que el modelo “se ha especializado por partes, por tarea específica, lo que resulta mucho más barato: los procesadores son más baratos y abarata costes para todo el mundo –indica–. Ocurre que lo hace China y somos muy suspicaces con China. Pero, desde nuestro punto de vista, es mucho mejor: hace que gente con menos dinero pueda desarrollar su modelo. Además, que se haya lanzado en código abierto hace que distintos programadores puedan manipularlo y mejorarlo”.
“Se puede mejorar, pero también se puede reprogramar de forma maliciosa –apunta Medina–. Con el código abierto, además, siempre se guarda uno un as debajo de la manga”.
Si nos ponemos a jugar con ambos, la realidad es que no son muy diferentes. ChatGPT, es cierto, está mucho más depurado en su interacción con el usuario. Puedes hablarle y generar imágenes, mientras que DeepSeek sólo ofrece texto –de momento–. Los dos años de rodaje que tiene ya el robot de OpenAI han de notarse por fuerza. ChatGPT llega a chivarte las fuentes de las que ha sacado la información, e incluso te ofrece dos textos para que le digas cuál consideras se acerca más a la realidad o es más coherente.
En las preguntas relativas a temas genéricos, tanto el contenido como la estructura de las respuestas son enormemente parecidas –aunque DeepSeek tiende a explicarlo mejor, de forma más didáctica–. Por supuesto, hay cuestiones en los que ambos silban un tanto (Hong Kong, US Maine), pero tienen un nivel aceptable en lo que se refiere a información generalista. Eso sí: cuanto más actual sea un tema, más tiende a crujir; y el gran pinchazo llega con el contenido local: mientras DeepSeek te contesta, directamente, que no tiene datos suficientes sobre algunas cuestiones; ChatGPT te ofrece información, sí, pero en la que aún son comunes los errores.
Esta similitud de contenido tiene una explicación según Medina:“Cuando subimos cosas la nube, a la plataforma que queremos, eso que subimos al final no es nuestro, es del dueño de la plataforma”, señala. Como lo de tu casa: que te crees que es tuya pero es del banco. “Así que el acceso a los datos es a la misma biblioteca, por decir. Resulta una merma, por ejemplo, a la hora de que cualquier sistema automático inteligente tome decisiones a nivel global”, desarrolla.
Al respecto, Medina opina que el excesivo “legalismo” de Europa termina suponiendo una rémora:“Nos coloca en una situación de agravio comparativo –explica–. Esto es como con la ecología, deberíamos ser verdes todos y concienciarnos todos. Y aquí, salvaguardar los derechos de los ciudadanos todos. Si eres el único que lo hace, pues te cuelgas la medalla, pero estás en desventaja con los demás. Puedes ponerles sanciones a las grandes compañías, pero a ellas les da igual, porque el rendimiento les beneficia. Y no sólo eso: los clientes de Europa son sólo un pequeño porcentaje frente a todo lo que pueden obtener a nivel global”.
Otras de las cuestiones a considerar ante la aparición de nuevos modelos de IA generativa es su capacidad de consumo de energía –uno de los talones de Aquiles en la implementación de la Inteligencia Artificial–.”El consumo de energía depende de la eficiencia de los algoritmos –destaca Medina–. Y ni OpenAI ni DeepSeek nos van a dar un estudio energético de sus sistemas. Pero, para mí, lo que obtenemos de esa tecnología compensa mucho el consumo eléctrico que supone. Hay otros sistemas, como el blockchain, que consumen muchísimo más a nivel energético (porque es exponencial), y la ventaja que aportan es mucho menor. La IA generativa utiliza multitud de datos de forma eficiente: consumes energía para entrenarlos, pero ya está; luego el sistema va aprendiendo poco a poco sólo con nuestras entradas”.
Placas solares, criptoactivos y seguridad en San Mamés
Desde el grupo de investigación de Matemáticas aplicadas para el diseño de sistemas inteligentes en la UCA, están desarrollando varios proyectos. Por un lado, la detección de anomalías en seis instalaciones fotovoltaicas dentro del término municipal de Puerto Real, “corrigiendo de forma automática qué les pasa a las instalaciones y consiguiendo ahorrar bastante dinero”, indica el director del grupo, Jesús Medina.
Por otro lado, también se está trabajando en la detección, junto a la Ertzaintza, de patrones de conducta criminales en los partidos del Athletic de Bilbao en San Mamés ; además de dar forma a un mecanismo para priorizar peticiones de socorro en el 091.
Jesús Medina destaca también que los avances e incógnitas de la IA ocupan cada vez más espacio en los estudios de doctorado. Como ejemplo, cita una de las tesis surgidas dentro del Máster en Violencia Criminal en la Facultad de Derecho del Campus de Jerez. Un trabajo firmado por Dévika Pérez y que, bajo el título de El derecho penal frente al fenómeno de los criptoactivos, se centra en el modo de actuación de “Blockchain y TikTok y su regulación –explica Medina, que codirigió la tesis junto Esther Hava, de Derecho Penal–, y de cómo se puede penar e incriminar a los delincuentes que usen de forma maliciosa este tipo de herramientas”.