El reducido tamaño de las empresas en la provincia de Cádiz: un problema que sí importa

La falta de un tejido empresarial potente es uno de los eternos déficit de la economía de la provincia de Cádiz. Tras vivir durante décadas bajo el manto protector del sector público, ahora se deja notar la ausencia de empresas privadas que generen más y mejor empleo y sean capaces de acudir a los mercados extranjeros con fuerza.

Aunque los indicadores de la confianza empresarial en 2024 que maneja el Colegio de Economistas de Cádiz son aceptables, en incluso están por encima de los datos regionales, aún no se han recuperado las cifras previas a la pandemia.

A la vez, persiste la atomización de las empresas en la provincia. Ni más ni menos que el 96% del tejido productivo se apoya sobre firmas que tienen menos de 10 trabajadores. A la vez, la hostelería tiene un porcentaje mayor, con lo que lo supone la estacionalidad de este sector, frente al industrial.

Sólo hay 1,3 empresas con más de 100 empleados por cada 10.000 habitantes, frente a 4 en Alemania. “Esta situación negativa conlleva una menor inversión tecnológica, un menor gasto en investigación y desarrollo y una mayor dificultad a la hora de acceder al mercado extranjero”, destaca Javier Cabeza de Vaca, decano del Colegio de Economistas de Cádiz.

Por si fuera poco, todo ello provoca una mayor dificultad de nuestras empresas a la hora de retener o atraer el talento, “algo que no se puede afrontar desde una pyme”.

De cara a 2025 la incertidumbres económica viene del exterior. Con la guerra de Ucrania enquistada, la duda será la política arancelaria del nuevo gobierno de Donald Trump. “Nuestro mercado es Europa y un conflicto de este tipo nos afecta”. O la situación en China, también a la baja “lo que afecta al mercado de lujo, y su incidencia en nuestra provincia en las ventas de marroquinería de la Sierra”.