La renuncia de Cabaña: "Soy claro en lo que digo y nunca tengo vuelta atrás"
González Cabaña cede la Alcaldía de Benalup a su mano derecha, Amalia Romero, y cumple la orden del PSOE para aspirar al Congreso · Al margen del 20-N, será teniente de alcaldesa y portavoz del PSOE local
El pleno extraordinario del Ayuntamiento de Benalup en el que el alcalde confirmaba su renuncia después de veintiocho años y medio de gestión no cumplió las expectativas de los que esperaban algo dramático, afectado y con claves teatrales. El socialista, vaqueros, moderna cazadora de cuero marrón y camisa verde, vistió la cita de normalidad. Admitió su emoción pero estuvo contenido. Después defendió su trabajo en un breve discurso, valoró el respaldo del pueblo ("algo verían en mí") y recordó que mantendrá su posición en el Consistorio como teniente de alcaldesa y portavoz del grupo municipal socialista: "No es un adiós, me cambio un metro y medio de sitio, y aquí seguiré mientras mis compañeros me incluyan en la lista".
El socialista ha cumplido la nueva normativa interna de su partido, que impide que los alcaldes figuren en las listas electorales al Congreso de los Diputados en los comicios del 20-N. Presentó su renuncia el 17 de octubre. Ésta llegó al registro municipal el 28. Ayer (10 de noviembre), se celebró el pleno que hacía oficial la dimisión. "Es una decisión coherente. Acepto y acato lo que mi partido plantea", subrayó Cabaña, que es número tres en la lista por Cádiz y que tiene su escaño asegurado salvo que la catástrofe socialista en la provincia sea aún mayor que la que esbozan las encuestas publicadas.
Tras la breve intervención del alcalde cesante, el PP local (6 concejales frente a los 7 del PSOE) tuvo oportunidad de participar en el pleno a través de su portavoz, Vicente Peña, que no valoró una decisión provocada por "cuestiones internas de un partido" pero sí expresó su sospecha sobre las "verdaderas intenciones" de González Cabaña con este movimiento político y el afán del socialista por "hacer coincidir" la confirmación oficial de la renuncia con la celebración de las elecciones: "Da que pensar, y da que pensar mal, como comprenderá. Queremos saber si su renuncia es temporal, a expensas de lo que ocurra en las elecciones, o si es definitiva", planteó Peña, que encendió los ánimos del ahora responsable de Urbanismo, Personal y Seguridad Ciudadana.
Aquí empezó su discurso, el discurso ácido de González Cabaña: "Veo que ha leído bien el papel que trae, seguramente porque aprendió con Rajoy, que hace bastante bien lo de leer, como vimos el otro día. Pero esa presunción que ustedes hacen me parece que la hacen desde la mala fe... Usted, señor Peña, que lleva aquí dos legislaturas y ésta es la tercera, y en las tres han perdido las elecciones contra mí, debería saber que si doy mi palabra la cumplo, y que mi palabra le gusta a la mayoría de la gente de Benalup, así que le pido que no tengan dudas de mi palabra [...] Pese a lo que se pueda decir desde el juego perverso de la política, los plazos de la renuncia son los legales... Yo soy claro en lo que digo y nunca tengo vuelta atrás".
El político, de 54 años, repasó su carrera en Benalup, primero como alcalde pedáneo, después como alcalde fundador tras la segregación efectiva de Medina en 1991. Fue aquel año, al frente de la gestora que impulsó la creación del Ayuntamiento, cuando González Cabaña se sentó por primera vez en el asiento que ayer cedía a su teniente de alcalde, su mano derecha, Amalia Romero. "He cumplido mi compromiso con este pueblo desde hace muchos años, en tiempos incluso más difíciles que los que atravesamos ahora. Desde hace mucho tiempo, incluso desde que usted iba al colegio", espetó de nuevo a Vicente Peña. " Y ha sido un trabajo con errores y con aciertos pero he trabajado hasta hoy con la misma ilusión que el primer día. Tengo que agradecer el apoyo de mi equipo, por su entrega, y a todos los trabajadores del Ayuntamiento, y también a ustedes [en referencia a los ediles del PP], porque su trabajo lo habrán hecho seguro desde la mejor intención", concedió.
Al socialista solo se le entrecortó la voz cuando admitió que la dedicación a Benalup es la tarea que ha dado "sentido" a su vida, y aseguró que renunciaría a ser diputado nacional en el caso de que no pudiera seguir vinculado políticamente al pueblo. Le aplaudieron sus compañeros y algunos vecinos, los pocos reunidos en el salón plenario, antes de los abrazos. El primero fue a Amalia Romero, cuya investidura como alcaldesa se celebrará el 22 de noviembre.
Romero, regidora a efectos prácticos durante años dada la alta ocupación de González Cabaña en la secretaría provincial del PSOE y en Diputación, se mostró tranquila ante el reto: "Ilusión, sentimiento de responsabilidad... Temor no, porque conozco la administración local muy bien". Después los dos posaron en el despacho de Alcaldía. Ella se sentó en el sillón que ocupará desde ahora. "La verdad es que me veo rara en tu silla, Paco", le confesó mientras probaba la flexibilidad del respaldo.
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