Un reventón y una prohibición que sirven de precedentes
SANEAMIENTO EN EL LITORAL DE LA JANDA | UNA DEPURADORA QUE SE HACE ESPERAR
Barbateños y zahareños temen que se repitan episodios como los vividos en 2011 y 2015
El tratamiento de las aguas residuales en Barbate y Zahara de los Atunes ha dado multitud de quebraderos de cabeza a los gobernantes y a los vecinos de este municipio desde hace décadas. Este año, salvando las quejas provenientes de la población zahareña por los malos olores, todo parece haber funcionado medianamente bien. Pero una prohibición al baño y el estallido de una tubería son dos precedentes que sirven para advertir que este problema requiere una solución urgente y que la nueva depuradora de El Bujar no puede esperar más.
Como un jarro de agua fría cayó en Barbate la orden decretada por la Junta de Andalucía en pleno verano de 2011 de que había que cerrar al baño la playa urbana por excelencia de esta población, la de El Carmen. Diferentes análisis encargados por la Consejería de Salud concluyeron que los vertidos de aguas fecales que la depuradora arrojaba entonces al río Barbate habían dejado multitud de bacterias en este punto del litoral y que, por tanto, el baño era un peligro para las personas. Aquella orden -que no afectó a Zahara de los Atunes- puso en pie de guerra a la población barbateña, y el entonces alcalde, Rafael Quirós, amparado por otros análisis diferentes, decidió vetar la orden de la Junta y mantener abierta la playa de El Carmen en pleno mes de agosto.
Aquel episodio lo que sí trajo consigo fue que se activara la entrada en funcionamiento del emisario submarino que desde hace ahora dos años vierte al océano Atlántico.
Pero ese emisario también dio que hablar el año pasado, cuando la tubería de impulsión del nuevo punto de desagüe reventó en un tramo antiguo localizado debajo de la carretera que une Barbate y Zahara. En pleno agosto, y en una zona sumamente transitada por la afluencia turística, Aqualia, como empresa concesionaria del servicio de agua en Barbate, se vio en la obligación de utilizar una técnica novedosa para reparar la avería. En concreto se empleó la técnica de aplicación interior con manga, para no tener así que actuar desde la superficie cortando el tráfico en la carretera. Esa técnica, que según se ha visto este verano ha dado resultados satisfactorios, consistía en revestir el interior de la tubería con un entramado de fibras sintéticas impregnadas con resinas de dos componentes.
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