"Yo ya sabía desde hace un año que Chaves no repetiría de candidato"

Pizarro se siente "orgulloso" de la reacción del PSOE-A ante el relevo "histórico" en la Junta, destaca la valía de Griñán y deja entrever que tanto Chaves como él abandonarán la cúpula del partido en 2012

Semblante reflexivo de Luis Pizarro durante la entrevista con este periódico mantenida el pasado jueves en la Delegación del Gobierno andaluz en Cádiz.
Fco. Sánchez Zambrano / Cádiz

03 de mayo 2009 - 05:01

Choca llamarle consejero, choca entrevistarle fuera de una sede del PSOE y choca descubrir que durante una hora y cuarto de charla ya no se refiera al PP como "la derecha". Y es que Luis Pizarro, nuevo consejero de Gobernación de la Junta, se encuentra, como él mismo dice con ironía, "en proceso de reciclaje" tras decidirse a asumir responsabilidades en el Gobierno andaluz después de 23 años de parlamentario.

-Rechaza usted varias ofertas de Chaves para integrarse en el Gobierno andaluz y ahora acepta la de Griñán. ¿Por qué?

-Porque hasta ahora mi tarea ha estado centrada claramente en las responsabilidades orgánicas del partido. Es cierto que Chaves y yo habíamos hablado varias veces sobre esta posibilidad pero siempre coincidíamos en que eso no tenía razón de ser porque él era al mismo tiempo presidente de la Junta y secretario general del PSOE-A. Ahora el escenario es distinto. El secretario general no está ya en la Presidencia de la Junta y Griñán consideraba que era importante que yo asumiera este cometido. Y he aceptado con toda la ilusión del mundo.

-¿Qué gana y qué pierde Andalucía con el relevo de Manuel Chaves por José Antonio Griñán?

-Uff... (se piensa mucho la respuesta)... Chaves ha representado mucho para esta tierra porque ha sido presidente 19 años en una de las etapas más importantes en la historia reciente de Andalucía. Y la inmensa mayoría de los andaluces, nos hayan votado o no, tienen un reconocimiento claro de su sentido de la responsabilidad, de su honestidad, de su bien hacer las cosas, de su sentido común... Eso es algo que me repite la gente por la calle a diario. Ha dejado un legado para Andalucía, para la Junta y para el partido muy importante. Pero ahora estamos en otra etapa, con un presidente nuevo que tiene un perfil propio. Griñán ya ha dicho que no podemos renunciar al legado de Chaves. Pero él ha planteado ya unos objetivos políticos que ha orientado con su impronta.

-¿Pero algún recelo habrá en el PSOE sobre cómo puede caer Griñán en la opinión pública?

-En absoluto. Él ha tenido una trayectoria política muy importante y siempre con resultados positivos. Fue un magnífico ministro de Trabajo con Felipe González, fue consejero de Sanidad en el primer Gobierno de Chaves, ha sido consejero de Economía y Hacienda en los últimos años y el trabajo que ha desarrollado ha sido siempre muy brillante. Y no exagero porque yo he tenido la oportunidad de estar cerca de él cuando impulsó que el Gobierno de Zapatero pagara a Andalucía los 2.500 millones que Aznar no quiso darnos al no reconocer el nuevo censo, consiguió que en el nuevo Estatuto de Autonomía quedara reflejado que Andalucía tenía que recibir recursos económicos del Presupuesto General del Estado teniendo en cuenta nuestro peso de población y también ha sido una pieza esencial en la reciente negociación para la cuantificación de la deuda histórica. Estoy convencido que va a ser un magnífico presidente.

-¿Cómo se enteró de la marcha de Chaves y cuál fue su reacción?

-Me enteré directamente por él, primero en una conversación a solas y luego en una reunión en la que estuvo también Zarrías. Allí nos pidió nuestra opinión tras conocer la oferta de Zapatero. Y mi reacción fue de completa normalidad porque los dos estábamos preparados para este escenario. Yo ya sabía desde hace un año que Chaves no repetiría de candidato a presidir la Junta. Me lo comentó en el primer comité director del PSOE-A tras las elecciones andaluzas del año pasado. No sé si alguien más lo sabía pero yo sí. Por lo tanto éramos conscientes de que este proceso sucesorio teníamos que abordarlo en estos cuatro años. Lo que sí ha sido una sorpresa ha sido el momento, en plena Semana Santa y sólo un año después de las elecciones. Pero el proceso ha sido modélico. Yo estoy orgulloso de mi partido porque ha estado a la altura de las circunstancias y ha demostrado gran madurez y cohesión interna. Ha habido mucha generosidad y se ha dado la respuesta que había que dar en un momento histórico.

-Relevos a mitad de una legislatura han hecho todos los partidos y en todas las administraciones. Pero, ¿no es más coherente hacerlo a final del mandato para cumplir así el compromiso adquirido con los votantes?

-Pero es que hemos sido muy transparentes en todo el proceso, como nos pedía la gente. Además, los andaluces han entendido que Zapatero recurra a Chaves, por su experiencia y porque es un político como la copa de un pino. Y Chaves no podía decirle que no al presidente del Gobierno. A partir de ahí, todo el proceso para su sucesión se ha hecho de manera pública. Hasta 700 dirigentes del PSOE han podido debatir. A mí lo que me preocupa son las expectativas tan positivas que hemos creado. Se ha generado una complicidad importante entre la opinión pública andaluza y la elección de Griñán. Y a eso ahora hay que darle respuesta en forma de iniciativas, de desarrollo de la acción política, de cumplimiento del programa electoral, de los objetivos marcados por el presidente... Y tenemos tres años.

-¿El gran derrotado en todo este proceso ha sido Gaspar Zarrías?

-En absoluto. Yo no puedo evitar que los medios escriban lo que les parezca pero puedo asegurar que no he tenido problema alguno con Zarrías, porque es mi amigo, porque llevo trabajando con él desde 1994 y porque ha sido uno de los dirigentes más importantes del PSOE-A en estos años. Ni él es el derrotado ni yo me siento triunfador. Es imposible que haya vencedores y vencidos donde no ha habido una batalla.

-Los analistas consideran que el principal hándicap de José Antonio Griñán es su edad. ¿Tiene ya el PSOE-A a un delfín en ciernes?

-En este país estamos muy predispuestos a amortizar en política a los responsables dependiendo de su edad. Pero Griñán es presidente de la Junta por primera vez, tiene ganas, conoce la realidad andaluza y tiene proyecto, como demostró en la sesión de investidura en la que arrolló a Arenas con sus propuestas novedosas de cambio. Él ya ha dicho que su proyecto es de largo recorrido y, por lo tanto, es imposible que tenga un delfín.

-¿A qué consejero de los que no continúan en el nuevo Gobierno andaluz echa usted más en falta?

-Siempre que hay cambios en el Gobierno y siempre que el presidente tiene que decirle a un consejero que ya no cuenta con él hay que tomárselo con normalidad. Griñán ha elegido el equipo que cree mejor para defender los intereses de Andalucía. Pero yo he sentido que no siga Luis García Garrido. Su generosidad, demostrada en dos momentos diferentes, y su grandeza como persona son dignas de reconocer.

-¿Tan mal está la cantera del PSOE-A que tienen ustedes que recurrir a una militante de IU para dirigir Obras Públicas?

-No, no. El fichaje de Rosa Aguilar ha sido una decisión de Griñán que, además, creo que ha sido acertada. Y lo que quiero dejar claro a los dirigentes y militantes de IU es que en ningún caso forma parte de una estrategia del PSOE para debilitar o hacer daño a IU.

-Ya, pero si usted fuera dirigente de Izquierda Unida, ¿le declararía la guerra al PSOE?

-Mire, yo veo lógico que haya malestar en IU porque a mí me pasaría lo mismo si hubiera sido al contrario. Pero, insisto, no buscamos arañarle votos a IU, debilitarla o acabar con ella en Andalucía. Para nada. Todo esto no es más que consecuencia de una decisión adoptada por el presidente de la Junta, que está legitimado para ello, y del visto bueno dado por Rosa Aguilar a esa propuesta.

-¿Qué es lo que más le ha llamado la atención de la reacción del PP en este proceso sucesorio?

-Pues lo descolocado que se ha quedado por cómo se ha hecho la sucesión de Chaves. Tras las elecciones del año pasado, Arenas ha pretendido crear un escenario de crispación, aprovechando el escenario económico de dificultad y el drama que están sufriendo miles de familias andaluzas. Ya en 1994 pasó algo parecido. Arenas aprovechó la crisis y le salió bien la jugada. Y ahora quiere hacer lo mismo. Lo que pasa es que la Andalucía de hoy no tiene nada que ver con la de 1994. Ahora esta tierra tiene más nervio, más fuerza y más músculo económico. El tejido productivo y la cobertura social que tiene hoy Andalucía no lo tenía hace 15 años gracias, entre otras cosas, a las medidas dispuestas por la Junta que posibilitan, por ejemplo, recursos económicos para ayudar a las empresas a que no cierren. Y otra cosa con la que contaba Arenas, pero que tampoco ha ocurrido, es que el PSOE se partiera en dos. Ha pasado todo lo contrario, porque hemos demostrado una gran cohesión interna. Este desconcierto y el hecho de que buena parte del electorado del PP andaluz no quiera a Arenas como candidato a la Junta me llevan a afirmar que si en 2012 se presenta, algo que dudo, también perderá con Griñán.

-¿Hasta cuándo se mantendrá Manuel Chaves al frente de la secretaría general del PSOE-A?

-Su compromiso es mantenerse al frente del partido hasta el congreso de julio de 2012 y nada impedirá que lo cumpla.

-Y si él se va en 2012, ¿se irá usted con él?

-Llevo 15 años colaborando muy estrechamente con Chaves y, sinceramente, me resultaría muy raro seguir sin él de secretario general. Pero queda mucho tiempo.

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