"Reconducir los gustos de la audiencia es competencia de las empresas públicas"

Sandra Golpe | Periodista y directora de Noticias 1 de Antena 3

"Buscamos innovar para captar la atención de los jóvenes pero el rigor y el contar historias sigue siendo la esencia", dice la periodista isleña que dirige el informativo más visto en España

"Hemos logrado una audiencia que no se veía desde los años 80. Es un logro histórico y estoy orgullosísima"

Un gesto muy habitual de Sandra Golpe, fotografiada días atrás en el colegio Liceo del Sagrado Corazón de San Fernando.
Un gesto muy habitual de Sandra Golpe, fotografiada días atrás en el colegio Liceo del Sagrado Corazón de San Fernando. / Román Ríos

San Fernando/"Yo me veía trabajando en Diario de Cádiz, porque lo mío era escribir, escribir y escribir. Y después mi pasión pasó a ser la radio. Yo pasaba por delante de la emisora de la Cadena Ser en Cádiz, allí en el Paseo Marítimo, y decía: ‘jo, trabajar ahí tiene que ser una gozada’. Y después mira donde he acabado. Y además yo, con lo tímida que he sido siempre. Si he aprendido algo en estos años es que no hay que hacer planes porque la vida te va llevando". Acomodada en un sofá del colegio Liceo del Sagrado Corazón, en San Fernando, donde acudió recientemente para presidir el acto de entrega de los premios de un certamen literario, Sandra Golpe (1974) reflexiona en esta entrevista sobre su infancia entre San Fernando y Puerto Real, sobre el periodismo y sobre su trayectoria profesional, esa que le ha llevado a dirigir y presentar Noticias 1, el informativo de las 15 horas en Antena 3 y que se ha convertido ya en el más visto de todas las televisiones españolas.

–¿Usted es de San Fernando o de Puerto Real? Es que en ambas localidades se pelean sobre su procedencia...

–(Risas) Yo nací en San Fernando. Mi abuelo paterno, que era gallego y militar, fue destinado a La Isla y se trajo a su familia, incluido mi padre con unos 14 años. Yo me crié en La Isla y me formé en uno de los colegios de Marina, el Juan Díaz de Solís. Pero mi madre y mi familia materna son de Puerto Real y con los años mis padres terminaron comprándose una casa allí y nos trasladamos. Yo el BUP y el COU ya los hice viviendo en Puerto Real y estudiando en el colegio Grazalema, en El Puerto. Después ya me fui a estudiar la carrera de Periodismo en la Universidad de Pamplona y luego a Madrid, donde cursé un máster en Periodismo Audiovisual. Y ya me quedé allí.

–Pues no tiene usted mucho acento andaluz. Ni siquiera en una conversación privada.

–Bueno, yo tenía mi acento andaluz, pero nunca fue muy pronunciado. Es que en mi clase de EGB había muchos niños de padres que estaban destinados aquí y que eran de fuera. Por eso el acento andaluz nunca fue muy cerrado. Igual si pasara aquí una larga temporada lo recuperaría. Yo soy defensora de los acentos pero es que en mis tiempos había que hablar un español estándar para poder locutar vídeos para televisiones o para hacer radio. Lo tuve que aprender pero no me costó tanto.

–Tengo entendido que su única experiencia profesional en Andalucía fue en Diario de Cádiz.

–Es verdad. Mientras estudiaba la carrera hice prácticas en la delegación que el Diario tenía en Puerto Real. Tengo una anécdota muy curiosa. El primer día que entré a hacer prácticas me dejaron sola en la delegación porque los compañeros se fueron a cubrir una noticia. Y entró Paco Lobatón, que entonces estaba en pleno apogeo en televisión. Iba a dejar un obituario y me pidió que lo mandara por fax a Diario de Jerez. Y como yo no sabía manejar el fax me enseñó él. Yo creía que era un programa de cámara oculta o algo así, aunque después me dijeron que no había sido Paco Lobatón sino un hermano que se le parecía mucho. Pero nunca se me olvidará ese momento. Y después de eso si no trabajé más en Andalucía no fue porque no quisiera sino porque la vida no me llevó por ese camino. Me acerqué a varias emisoras e incluso a Canal Sur para seguir haciendo prácticas pero no lo logré porque esas empresas sólo tenían convenios para hacer prácticas con las universidades públicas.

–Ha trabajado y trabaja usted en prensa escrita (colabora con La Razón), en radio (colabora en el programa de Carlos Alsina en Onda Cero) y en televisión. Este último medio es el que le ha dado la fama pero ¿es su preferido?

–Me quedé donde me dieron de comer. Así de fácil. Yo llevaba unos cuantos años en Madrid trabajando por cero, malviviendo y tocando todos los palos. También estuve en la COPE donde era feliz, feliz, feliz, pero no llegaba a fin de mes. Y buscando, buscando di con una tele local de Madrid (Canal 7). Me hicieron una prueba y me cogieron. Y ese salario mínimo me permitía pagar el alquiler, comer y poder seguir en Madrid. Si no hubiera sido así habría tenido que volver a casa de mis padres con una mano delante y otra detrás.

–Y a partir de ahí a crecer primero en CNN+ (1999) y luego en Antena 3 (desde 2008).

–Bueno, sí, trabajar en un canal de todo noticias no era lo que yo tenía en mente pero me presenté a las pruebas en CNN+ y salió bien. Es curioso pero para mí la televisión estaba en el último escalafón del periodismo. Yo siempre pensaba que los periodistas buenos estaban en la prensa escrita y que los grandes comunicadores estaban en la radio. Pero he aprendido muchísimo en la tele y he comprobado que allí hay grandísimos profesionales. Es diferente, porque en la tele juegas con la imagen y con tu voz pero también se hace periodismo del bueno.

–Desde 2017 dirige usted el informativo más visto de todas las televisiones de España. ¿Dónde está la clave del éxito?

–El trabajo en equipo. En la prensa escrita a lo mejor tienes más libertad individual pero en la tele da igual que tú lo hagas de vicio porque si no tienes detrás un equipo, nada vale. Si el cámara, el redactor o el productor no son buenos, no haces nada. En mi informativo todos trabajamos en equipo y todos somos importantes. Yo estoy orgullosísima de lo que hemos conseguido porque nadie me ha regalado nada. Hay gente que dice que las mujeres que salimos en televisión somos presentadoras y siempre respondo: ‘No, no. Yo soy periodista’. Pero sin un buen equipo detrás, no hay nada que hacer. Por eso el mío es un informativo coral en el que me gusta sacar a la gente, para que hagan pantalla y para que se visualice que hay un equipo con muchas caras.

–Pero antes de esa etapa hubo otra en la que usted codirigía y copresentaba ese informativo de las 15 horas junto a María Rey. Aquella experiencia no salió bien.

–Yo a María Rey la respeto muchísimo. Fue una corresponsal excelente en el Congreso, siempre me he llevado bien con ella y ambas dimos lo mejor de nosotras en aquella etapa. Después, por circunstancias ajenas a mí, ella dejó de hacer pantalla y luego decidió irse a Telemadrid. Y a mí lo que me dijeron era que tenía tres meses para reflotar ese informativo, que estaba a la cola. Monté mi equipo, me dijeron adelante y salimos a flote.

–Ha apostado claramente en su informativo por la innovación, por la realidad virtual, y parece que está dando resultado.

–Sí, hemos recurrido a eso porque tenemos la suerte de trabajar en una empresa que ha apostado por eso y que aprobó que se compraran unos platós y unas cámaras determinadas. Y también lo hicimos porque la tecnología nos permite hacer un producto más atractivo y diferenciarnos un poco más de la oferta que hace la competencia.

–¿Y no piensa a veces que con tanta modernidad se puede terminar perdiendo la esencia del telediario de toda la vida?

–No, no. La esencia es la misma. Un informativo puede parecer galáctico si metemos un avión o un tren en el plató. Buscamos innovar sobre todo para captar la atención de los jóvenes, como mi hijo, que tiene 14 años y no se sienta a ver ni siquiera el informativo de su madre. Pero el rigor, el contar noticias, es siempre lo primero. Eso lo tengo clarísimo. Y además tenemos que contar esas noticias siendo amenos, con un lenguaje sencillito y con piezas que no dure ninguna dos minutos, para que el espectador no cambie de canal. El objetivo es que después de ver el informativo una persona se vaya sabiendo lo que ha pasado en España y en el mundo pero sin cansarse.

–¿El informativo estrella de todas las cadenas sigue siendo el de la noche? Porque ahora el más visto es el de la tarde.

–Últimamente se está produciendo un fenómeno muy curioso y es que por primera vez los informativos de la tarde están teniendo más espectadores que los de la noche. Es lo que se llama ahora el doble prime-time. Y eso no es por mí sino porque hay un equipo de 300 personas que están trabajando muy bien. Hacer un 18% o un 19% de audiencia a las tres de la tarde es algo que no se veía en España desde los años ochenta. Eso es un logro histórico para mi cadena y yo estoy orgullosísima de ello. No me cambio por nadie.

–¿Cómo influyen los gustos de la audiencia y los informativos de la competencia en su día a día?

–Yo tengo una persona en mi núcleo duro que va minutando y después vemos en la curva las noticias que hacen subir o bajar la audiencia. Ese es un dato que nos sirve para hacer el guion de cada día. Gracias a eso sé que a mis espectadores les interesa más lo que pasa aquí que lo que pase allí y que, por ejemplo, Oriente Próximo hace descender mucho la curva. Entonces, esas noticias que no atraen las seguiré contando pero dándole menos minutos o colocándolas en otra parte del guion. Y eso que yo soy una friki de la información de Internacional y me encantaría por ejemplo ser corresponsal en Estados Unidos. Y después están esos vídeos que sabemos que van a ser muy vistos pero que una duda que sean noticias, como el guantazo al 'caranchoa'. Entonces ahí lo que hago es meter el vídeo pero como transición a otra noticia. He aprendido a tener en cuenta esos vídeos pero sin que formen parte del tronco de mi programa.

Y después siempre veo otra vez el informativo para ver los fallos y darme latigazos. Y le pido a todo mi equipo que vea también todo lo que dé la competencia y que se lean todos los periódicos, hasta las revistas del corazón. Siempre hay que aprender de los compañeros para mejorar nuestra oferta.

–¿Se puede o se debe reconducir los gustos de la audiencia?

–Creo que eso es algo que compete a las empresas públicas de comunicación. Son ellas, que viven de lo que los españoles les pagamos, las que tienen ese mandato. Pero las empresas privadas vivimos de mantener unos determinados niveles de audiencia, porque si no es así vienen los despidos. La mayor tragedia que hay en televisión es que un espectador cambie de canal.

–¿Cuál ha sido el mejor momento de su carrera profesional?

–Está aún por llegar. Lo importante es no perder nunca la ilusión. Yo lo que quiero es seguir viviendo de esto donde sea. Quiero seguir creciendo profesionalmente y pasarlo bien.

–¿Y el peor momento?

–El peor momento es no trabajar, no poder vivir de esto. Por suerte he podido ir encadenando cosas pero, como esta profesión siempre ha estado en crisis, he visto a compañeros con mucho talento que por una cosa u otra se han ido descolgando. Y en lo periodístico lo peor fue el 11-S. Yo ya estaba en CNN+ y mi sensación era que ese día el mundo se acababa. Aquello fue impactante y trabajamos casi 24 horas seguidas. También fue tremendo lo del 11-M. Y una sufre muchísimo cuando hay niños de por medio en los informativos, como con los niños de Córdoba, el pequeño Gabriel, etc.

–¿Qué opinión se tiene de la provincia de Cádiz en Madrid?

–La visión que se tiene de esta provincia es muy positiva, pese a tantas noticias sobre narcotráfico y pese a que yo creo que hace falta una apuesta más decidida por el trabajo y por la inversión real. Desde hace años Cádiz está de moda y yo llevo a gala que soy una cañaílla y gaditana militante. La gente habla mucho de nuestra simpatía y de nuestras playas, pero a mí me gusta resaltar siempre que Cádiz es mucho más que eso porque aquí hay una historia milenaria que la gente no conoce tanto. A mí me gusta mucho decir que yo nací en La Isla, donde se fraguó La Pepa y donde se aprobó la Libertad de Imprenta. Y me gusta destacar también que Cádiz no sólo es la ciudad más antigua de Occidente sino que en el ranking de ciudades ideales para vivir estaría claramente en el top cinco.

stats