"Los trabajadores hicimos lo imposible pero no había comida para los peces"

El ex jefe de planta de la piscifactoría en la que murieron miles de doradas afirma que la empresa no puso el dinero necesario para alimentarlas

"Hubo períodos de hasta cinco meses sin pienso"

Miles de doradas muertas en una de las balsas de la piscifactoría de La Leocadia, en San Fernando, el pasado 1 de agosto. / Román Ríos
T.R.

11 de septiembre 2017 - 02:06

Cádiz/"Gracias a ti y a los trabajadores por los esfuerzos que hacéis". La frase aparece en un correo enviado el pasado abril por Christo V. Christov, administrador de la piscifactoría ubicada en San Fernando en la que este verano murieron miles de peces por falta de alimento y oxígeno. El correo va dirigido a Carlos Peci, ex jefe de planta de esa granja acuícola. Peci esgrime ese y otros documentos para defenderse tras haber sido señalado por Christov como el responsable de los problemas que acarrea la piscifactoría y de la muerte masiva de doradas.

"Los trabajadores", explica Carlos Peci, " hemos hecho lo imposible por continuar. Hemos estado gestionando nosotros mismos la empresa. Hemos cobrado lo que se ha podido cobrar. Hemos vendido lo que se ha podido vender. Y claro, ellos [el administrador, la empresa] de octubre de 2016 para atrás no hablan; de cuando no han cumplido nada, de cuando no han puesto el dinero que habían prometido para alimento y para pagos, de todo eso no hablan nada".

"Vendimos lo que se pudo. Ha faltado la financiación prometida", dice Carlos Peci

Peci estaba al frente de la piscifactoría situada en terrenos de la antigua salina La Leocadia cuando a finales de diciembre de 2013 se hizo cargo de ella el inversor ruso Alexander Nazarov. Entonces fue aprobado un plan de cultivo para los siguientes 18 meses. En marzo y abril de 2014 fueron sembrados 466.000 peces. El cultivo planteaba una producción de 215.000 kilos de dorada de 500 gramos de peso (con calibres que oscilarían entre los 350 y los 850 gramos). Las previsiones de ventas indicaban una facturación de 1.397.500 euros.

Carlos Peci envió en enero de este año un informe al inversor ruso en el que explicaba que para un cultivo de 215.000 kilos eran necesarios 495.000 kilos de pienso. El informe señalaba que la alimentación de los peces había sido el punto negativo de ese cultivo, el causante del poco crecimiento de los peces y del bajo porcentaje de supervivencia: hacían falta 495.000 kilos de pienso y durante el período normal de cultivo sólo llegaron 290.000 kilos.

En 2015 y 2016 hubo períodos de hasta cinco meses en los que los peces no recibieron alimento, lo que Peci tachaba de "ilógico" en su informe. "Los resultados están ahí", anotaba. En octubre de 2015, el inversor visitó la piscifactoría y prometió enviar 30.000 euros antes de noviembre. "Nunca llegaron", señalaba Peci en su informe del pasado enero. "No se compró pienso", agregaba, "desde septiembre de 2015 hasta febrero de 2016. Hemos tenido períodos muy largos sin poder alimentar a los peces y eso no se puede hacer. Los peces se debilitan, enferman y mueren. Durante todo el año 2016 se han comprado 49.000 kilos de pienso y los peces han estado muy delgados y enfermos; se han producido muchísimas bajas". Si los peces que quedan en la piscifactoría no comen los antes posible, "morirán todos porque su estado es lamentable". "Todo esto", advertía Peci, "lo he ido informando durante estos tres años y nadie me ha hecho caso: los peces son seres vivos y necesitan alimento; si no, mueren".

En la parte final del informe, Peci describía la situación "muy complicada" que había entonces en la piscifactoría: "No tenemos luz desde enero de 2016 y los peces ya empiezan a morir por falta de alimento". Los que quedan del cultivo de 2014 morirán en poco tiempo si no se alimentan lo antes posible, avisaba. "Además, necesitan ser distribuidos por todas las naves antes de que suban las temperaturas para bajar la densidad y así evitar problemas de falta de oxígeno".

El informe del pasado enero resumía lo ocurrido con una frase: "Ha faltado financiación y se han hecho las cosas muy mal". Luego llegó el verano y la muerte masiva de peces.

"No hubo fuga de oxígeno antes de la muerte masiva"

Carlos Peci niega con rotundidad haber obstaculizado que a la piscifactoría llegasen este verano oxígeno y pienso. Llegaron más tarde de lo habitual, dice, porque la empresa no pagaba. También niega que hubiese un escape en la cisterna de oxígeno antes de la muerte masiva de doradas. El 21 de julio, explica, la cisterna estaba al 18%; el 22, al 16%; el 23, al 12%; y el 24 baja a un 4%. "Y sospechan. Pero del 24 al 25 se mantiene el 4%. La explicación que han dado los técnicos es que cuando el tanque se está quedando vacío hay un margen de error de lectura de hasta un 5%. Un margen muy amplio. No ha habido fuga".

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