La tragedia viaja en un autobús sin frenos

Balance del año 2023 | Sucesos

El accidente junto a El Corte Inglés de Cádiz marca un año que dejó también el incendio del emblemático parque de Las Canteras y el crimen yihadista de Algeciras, entre otros muchos sucesos más

El crimen de Valdelagrana y el del pozo de Jerez confirmaron la crueldad de la violencia machista

Un autobús atropella a varias personas y deja cuatro muertos en la Avenida las Cortes de Cádiz

Desoladoras imágenes aéreas de Las Canteras tras el incendio en Puerto Real

Crimen de Algeciras: el terror camina cuesta abajo

La imagen del autobús destrozado y con dos palmeras en su parte superior ya forma parte de la historia más luctuosa de Cádiz.
La imagen del autobús destrozado y con dos palmeras en su parte superior ya forma parte de la historia más luctuosa de Cádiz. / Lourdes De Vicente

La tragedia tiene mil formas de viajar. Algunas veces le da por sembrar el pánico a bordo de un avión, o en un tren a gran velocidad o al volante de un vehículo que se sale de su carril. Y es raro el año que se queda tranquila en su casa. En este 2023 que apura sus últimas horas también le dio a la tragedia por darse su vueltecita gaditana. Y lo hizo de la manera más inesperada, a bordo de un autobús sin frenos que bajaba por el segundo puente.

El verano enfilaba sus últimos días aquel lunes 9 de octubre. El reloj había superado ya las 15.30 horas y hacía mucha calor y mucho silencio a esa hora de la morriña. Pero todo se rompió. Un autocar que traía a Cádiz a una veintena de estudiantes de Enfermería no podía frenar y terminó arrasando con todo, con el murete que separa la calzada de la fachada de El Corte Inglés, con señales de tráfico, semáforos, farolas, arbolado y, lo que es peor, la vida de cuatro personas que ese día transitaban por esa acera, por esa misma acera por la que caminan todos los días del año y casi a todas horas del día tantos miles de personas. Pero el destino o la desgracia quiso que le tocara a ellos, a dos jóvenes que iban a sus clases al Conservatorio de Música, a una mujer que acababa de realizar sus compras y a un señor mayor que daba un paseo.

Y del estruendo se pasó a los gritos, y luego a las sirenas de la ambulancias y de la Policía, y después a un silencio demoledor y finamente al llanto.

La investigación sigue aún su curso para esclarecer lo sucedido pero todos los indicios apuntan a que ese vehículo de pasajeros de Autocares Medina, una empresa asentada en Jerez, se quedó sin frenos justo en el peor momento, cuando descendía por la rampa del segundo puente sin que pudiera detener su velocidad creciente. El autobús era antiguo, sí, pero había superado la ITV apenas dos meses antes. Y el conductor contaba con una experiencia de una década al volante.

El accidente del autobús se cobró la vida de cuatro personas que simplemente pasaban a esa hora por ahí

La imagen de ese autobús con la luna delantera destrozada y, sobre todo, portando en el techo las dos palmeras que habían sido arrancadas con fiereza de la acera queda ya para la historia negra de la ciudad de Cádiz y de su provincia y se convirtió, de paso, en una de las imágenes de este año que se nos va.

Un vecino de Puerto Real hace frente con sus propios medias al incendio del parque de las Canteras, en agosto.
Un vecino de Puerto Real hace frente con sus propios medias al incendio del parque de las Canteras, en agosto. / Miguel Gómez

Pero la página de sucesos de 2023 dejó otras muchas fotografías duras e insólitas. Porque, como sucede todos los años, en estos últimos doce meses en la provincia de Cádiz volvieron a repetirse los accidentes de tráfico en las carreteras, las muertes en pateras de migrantes que buscan un futuro mejor, los crímenes perpetrados por esa violencia machista a la que está costando mucho erradicar y también temporales de viento y lluvia que se llevaron muchas cosas por delante. Pero los mayores titulares se lo llevaron los sucesos menos habituales, y, quizás por ello, más llamativos.

Porque esta provincia, tristemente, sabe mucho de incendios forestales, pero que ardiera de un extremo a otro el parque de Las Canteras, emblema natural de Puerto Real y de toda la Bahía de Cádiz, no había sucedido jamás... hasta que llegó el domingo 6 de agosto. Nada se sabe aún del origen del fuego. Lo que sí se sabe es que el fortísimo levante que sopló ese día ayudó mucho a la propagación de las llamas. El plan Infoca lo movilizó todo, a los bomberos, a las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado, a emergencias... y a todo eso se le sumó la valentía de los vecinos de Puerto Real que, dolidos en su orgullo al ver cómo se perdía el parque de sus vidas, no dudaron en remangarse, organizarse y montar largas cadenas humanas para ir echando agua allí a donde podían llegar. Fue una muestra de solidaridad merecedora de la mayor de las ovaciones.

El fuego de Las Canteras arrasó 80 hectáreas pero los vecinos mostraron una solidaridad admirable

La consecuencia de ese incendio fue que ardieron unas 80 hectáreas de parque y, por ello, que este emblemático recinto natural de Puerto Real no pudiera ser disfrutado por la ciudadanía el resto del año, a la espera de que se lleve a cabo la necesaria reforestación que ha sido comprometida y anunciada por las diferentes administraciones públicas.

Ha sido 2023 un año con crímenes horrendos en la provincia de Cádiz. De ellos, quizás el más llamativo se produjo la tarde del miércoles 25 de enero en Algeciras. Yassine Kanjaa, un joven marroquí de 25 años residente en la localidad algecireña, le quitaba la vida con un machete y en plena Plaza Alta a Diego Valencia, el sacristán de la iglesia de La Palma. Pocos minutos antes ya había herido a un sacerdote, el padre Antonio Rodríguez, en la cercana parroquia de San Isidro. Ese ataque yihadista, como fue calificado por las autoridades y por los mandos policiales, sembró a Algeciras en un dolor total.

Pero hubo más muertes violentas como las que se registraron, por ejemplo, en Jerez, en El Puerto o en Puerto Serrano. En el caso de la localidad jerezana, la Policía Nacional localizaba la tarde del domingo 27 de agosto el cadáver de una mujer dentro de un pozo de riego agrícola ubicado en las inmediaciones del Cortijo de Ducha, un paraje situado en el extremo norte de este municipio. La fallecida resultó ser la iraní Buran Forouzan, de 64 años de edad y que llevaba desaparecida desde el mes anterior. La acción policial permitió detener al autor de los hechos, un hombre que con un hacha mató y desmembró el cadáver de esta mujer antes de arrojarlo a un pozo y verter luego escombros para ocultarlo.

En el interior de este pozo de Jerez fue encontrado el 27 de agosto el cadáver desmembrado de una mujer iraní.
En el interior de este pozo de Jerez fue encontrado el 27 de agosto el cadáver desmembrado de una mujer iraní. / Miguel Ángel González

Este crimen fue catalogado como violencia de género, al igual que pasó con el sucedido la madrugada del domingo 8 de enero en la urbanización de Vadelagrana, en El Puerto. En ese caso la víctima fue Eva Aza, de 46 años, que fue abatida por los disparos de una escopeta accionada por su novio, un hombre de 40 años que pudo ser detenido horas después por la Policía tras encañonar a los agentes.

Otro crimen que causó sorpresa fue el que se vivió el lunes 28 de agosto en la residencia para la tercera edad María Magdalena, en Puerto Serrano. Allí un residente de 75 años apuñalaba por sorpresa en el cuello a José Patrón Romero, de 66 años e igualmente residente en este centro, causándole la muerte. Jamás habían discutido antes y los familiares del fallecido apuntarían posteriormente al móvil económico como desencadenante de la agresión.

Otro ataque con arma blanca que dio mucho que hablar fue el que se vivió el jueves 28 de septiembre en el instituto Elena García Armada de Jerez, aunque en esa ocasión no hubo que lamentar víctimas mortales. A primera hora de la mañana un alumno de 14 años sacaba de su mochila dos cuchillos y sembraba el pánico en el centro educativo, hiriendo a otros dos alumnos y a tres profesores hasta que pudo ser desarmado y retenido.

Cuatro migrantes perdieron la vida frente a las costas de San Fernando y Chiclana al ser arrojados al mar desde la lancha en la que viajaban

Y como un crimen puede ser calificado también el suceso vivido el miércoles 29 de noviembre frente a las costas de San Fernando y Chiclana. 35 magrebíes iban a bordo de una narcolancha y, cuando ya estaban cerca del litoral gaditano, fueron obligados a arrojarse al mar por las cuatro personas que pilotaban la semirrígida. La consecuencia fue que cuatro de esos migrantes perdieron la vida al no poder llegar a las playas y otros tres tuvieron que se trasladados al hospital al sufrir hipotermia. El auxilio prestado por varias personas en Sancti Petri posibilitó que no hubiera más víctimas mortales.

El año que hoy expira siguió acumulando víctimas en las carreteras de la provincia. La N-340 confirmó su negro historial, sobre todo en su tramo de Tarifa, pero quizás el siniestro más impactante se produjo en las inmediaciones de Villamartín. Tres vecinos de esta localidad serrana que venían de trabajar en Arcos fallecían la tarde del martes 3 de octubre al chocar el coche en el que viajaban con un autobús en la peligrosa A-384.

También en la Sierra puede incluirse en la página de sucesos el espectacular desprendimiento de tierras que se vivió en la Peña Vieja de Arcos el jueves 26 de octubre. La ladera se vino literalmente abajo en una zona muy cercana a varias viviendas, aunque no hubo que lamentar daños ni personales ni materiales. Eso sí, el Ayuntamiento se vio obligado a acordonar una zona y a abrir una investigación para comprobar si en el lugar había riesgos para la población.

El crimen en un centro para mayores de la Sierra o el suceso en un IES de Jerez también marcaron el año

Sí hubo daños materiales, y muchos además, al paso prácticamente consecutivo de las tormentas Aline y Bernard. La primera se vivió la tarde del jueves 19 de octubre y obligó a los bomberos de la provincia a atender 270 emergencias. Y el segundo temporal de viento y lluvia se vivió sólo tres días después, el domingo 22 de octubre, y ahí las actuaciones de los bomberos fueron aún mayores, al llegar a las 300 salidas.

Aline y Bernard sembraron el pánico por toda la provincia, arrancando muchos árboles, señales de tráfico y farolas y causando muchos desprendimientos. Tres meses y medio antes, el miércoles 7 de junio, lo que se caía era la cúpula de la iglesia castrense de Cádiz sólo un año después de su rehabilitación. No hubo víctimas porque afortunadamente la estructura se derrumbó sobre la cubierta del edificio, lo que evitó que cayera al interior del templo.

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