El turismo español falla a última hora y desinfla los resultados de los hoteleros
La Costa de la Luz se olvida del lleno sistemático del verano a causa de la pérdida de fuerza del mercado nacional · Proliferan las ofertas a clientes finales y, por primera vez, llegan a los intermediarios europeos
Los hoteles de la Costa de la Luz no están viendo cumplidas sus expectativas de negocio en el verano de 2010, la temporada alta de la temporada alta, un periodo crucial para las cuentas de todo el ejercicio. Aunque los núcleos costeros están a pleno rendimiento, la afluencia de clientes en los hoteles está un peldaño por debajo de los últimos ejercicios. Así lo reconoce media docena de empresarios consultados por este medio. Los niveles de ocupación van a la baja, y el nerviosismo que genera una habitación vacía a estas alturas de julio está provocando una caída de los precios medios y de los beneficios del sector, siempre partiendo de los altísimos registros del destino en verano.
El presidente de la agrupación provincial de hoteleros (un centenar de asociados), Antonio Real, opina que la situación, "más o menos en la línea de años anteriores", es propia de un escenario de crisis económica. La patronal de hostelería Horeca incluso ofrece un balance de ocupación en la primera quincena de julio varios puntos superior a la del último verano (81% en el conjunto de la provincia, en torno al 90% en la costa). Sin embargo, además del sondeo entre los empresarios, hay un factor que revela una visión más cruda de la campaña: proliferan las ofertas veraniegas con más intensidad que en los dos últimos ejercicios en destinos como Chiclana, Cádiz y Conil, y ya no sólo están dirigidas a los clientes finales a través de internet, sino también a los touroperadores -intermediarios- europeos.
"Es la primera vez que ocurre", apunta un directivo de este sector, un vuelco al comportamiento del mercado durante los años previos a la crisis. En los años de bonanza, con la Costa de la Luz a tope pese a presentar las tarifas más caras del litoral español, los hoteleros ofrecían cupos limitadísimos a los mayoristas europeos, cuyos clientes pagan menos que los españoles por veranear en la costa gaditana. Las quejas de los intermediarios ante las paradas de venta sufridas en plena temporada han sido amargas a lo largo de la última década, pero la coyuntura económica ha acabado con el desequilibrio veraniego entre demanda y oferta.
Varios hoteleros coinciden en explicar que la temporada alta se ha desinflado a causa del bajón del mercado español, que es principal caladero de turistas del destino. A principios de junio, el ritmo de ventas era muy parecido al del último ejercicio y los empresarios expresaron su "optimismo moderado" para afrontar la campaña. Un mes y medio después, las impresiones son otras. El empujón de la última hora, que cada vez adquiere más importancia, no tiene el vigor esperado. "El turismo español no está respondiendo como otros años", apunta José Luis Roy, director comercial de Meliá Sancti Petri, en Chiclana. "Las reservas de última hora no están llegando", corrobora Antonio Basallote, director del complejo de Fuerte Hoteles en la playa de La Fontanilla, en Conil.
En el portal de reservas Booking.com, cuyas tarifas de última hora son muy variables, es posible encontrar habitaciones en hoteles de cuatro estrellas en Chiclana y Conil, los dos principales destinos de la Costa de la Luz, desde 150 euros la noche. Son precios altos pero incluidos en márgenes de oferta. La disponibilidad de tarifas rebajadas en Cádiz, Costa Ballena y El Puerto es alta, y aún más en la "segunda línea" de playa.
El presidente de la asociación provincial de hoteleros defiende que la situación "no es para echarse las manos a la cabeza" y confía en que el mercado nacional repunte en agosto. Horeca prevé una ocupación media del 82% en la provincia en agosto y estima que los núcleos costeros rozarán el 90%, aunque la estadística de ocupación no valora la reducción de los ingresos.
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