Un paseo por el paraíso del 'Reino Fungi'
Turismo micológico
El turismo micológico es una industria en auge en la provincia de Cádiz que ayuda en la lucha del sector contra la estacionalidad
¿Existe el turismo micológico en la provincia? ¿Atrae este sector a suficientes aficionados como para considerarse una verdadera ‘industria’? Según Juan Antonio Valle, presidente de la Asociación Micológica del Estrecho Mairei, sí, y, además, va ganando fuerza.
“El turismo micológico es otra riqueza denuestra provincia. Cada día son más los pueblos que realizan actividades que congregan a aficionados a la micología y a la gastronomía micológica, con lo que comporta de ocupación hotelera, restauración, etc, y todo ello en temporada baja”. Juan Antonio Valle añade, para reforzar su tesis, un dato relevante y es que “en nuestras pasadas IV Jornadas Micológicas del Estrecho se inscribieron personas de todas las provincias de Andalucía e incluso algunas de otras comunidades. Tuvimos que cerrar el plazo de inscripción una semana antes”.
De esto el presidente de la asociación Mairei sabe bastante. No en vano encabeza uno de los grupos de aficionados y estudiosos más importantes de la micología en la provincia. “La asociación se creó en 2013 porque éramos un grupo importante de personas que queríamos poner en valor la extraordinaria riqueza del Parque Natural de Los Alcornocales así como el estudio científico, el interés educativo y divulgativo de los recursos micológicos de nuestra zona”.
Esta asociación ha ido creciendo hasta llegar a colaborar con la Universidad de Cádiz, la Federación de Asociaciones Micológicas Andaluzas o la Universidad de Tánger-Tetuán para realizar exploraciones y estudios científicos de diversas especies tanto en la provincia como en el norte de Marruecos.
Juan Antonio Valle señala que para los aficionados a la micología “nuestra provincia es un lujo: tenemos el Parque Natural de Los Alcornocales, el Parque Natural del Estrecho, zonas de dunas... lo que se traduce en bosques de alcornocales, encinares, pinos, quejigos... Todo un disfrute de la naturaleza”. Dada su experiencia, considera que estos recursos cada vez son más apreciados por los gaditanos ya que “en nuestra provincia crece de forma exponencial la afición por el 'Reino Fungi' de personas que buscan, sobre todo, variedades como Amanitas caesareas, Boletus edulis o aereus y, cuando comienza la época más fría y las anteriores especies desaparecen, Chantarellas o Hydnum”.
El presidente de Mairei cree que esta tendencia es positiva porque la gente se informa más y comete menos errores que, en algunos casos, pueden ser mortales. “Una frase repetida es que las setas se comen todas pero algunas solo una vez. Siempre aconsejamos que solo se recolecten las setas que conozcamos al cien por cien. Ante la más mínima duda hay que excluirla y no arriesgarse a un error fatal. Y también pedimos que se respeten las setas no comestibles, todas ellas realizan una importante labor en los bosques”.
Y es que para diferenciar una seta venenosa de una comestible lo fundamental es la formación. “Solo con conocimiento y reconocimiento de las especies a recolectar se puede saber cuáles son comestibles y cuáles no. Existen muchos mitos populares que no son ciertos: la cuchara de plata, si los animales las comen, si cambian de color... Ninguno de ellos son ciertos”.
Donde tienen mucho peso es en nuestra gastronomía, ya que cada vez están más presentes como el ingrediente principal de los platos de algunos de los restaurantes más punteros de la provincia. “Las setas son muy ricas en componentes necesarios para nuestro organismo. Por ello es fundamental recordar que de ellas han salido compuestos importantes que luego se comercializan incluso en farmacias. Además de ello, supone un importante recurso comercial y de disfrute gastronómico”.
Pero para saber apreciar todo su sabor, Juan Antonio Valle se permite dar un pequeño consejo. “Las setas son para degustarlas, no para grandes comilonas”.
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