“La única manera de cumplir esta misión es con nuestros aliados de Rota”
Visita a la zona evacuación
Estados Unidos valora la labor desempeñada en la Base Naval para dar cobertura a los refugiados afganos, 1.700 hasta ahora
Rota/Una niña corre feliz con su conejo de peluche en la mano. Otra se divierte haciendo pompas de jabón que estallan rápido bajo sus pies inquietos. Un chiquillo rebusca en el interior de su mochila buscando algún tesoro perdido mientras otro, de no más de tres años, patea un balón a la espera de que sus compañeros le devuelvan el pase. Todo, bajo la mirada atenta de un bebé que, en brazos de su madre, no pierde detalle de todo lo que acontece en esta estampa infantil. Bien pudiera parecer que se trata del patio de un colegio o de un parque de juegos. Pero no, no están allí. Esos niños, y muchos más, acaban de aterrizar en la Base de Rota con lo puesto. Han huido de Afganistán, junto a sus familias, del terror talibán. A pesar de las largas horas de vuelo, no están cansados, sólo quieren jugar. Esa es su única preocupación. Como debe ser.
Esos menores forman parte del grupo de 200 refugiados que este martes han llegado a primera hora al recinto militar, habilitado como zona de evacuación transitoria tras el acuerdo alcanzado entre Estados Unidos y España para llevar a cabo la operación Allies Refuge, con la que hasta el momento se ha conseguido dar refugio a más de 110.000 personas, entre las que figuran ciudadanos americanos, colaboradores de EEUU y afganos en situación de riesgo extremo.
En virtud al pacto de cooperación internacional alcanzado, la Base Naval acoge actualmente a unos 1.700 evacuados, si bien en la tarde de este martes está previsto que un avión traslade a 350 de ellos a la Base Militar estadounidense del Estado de Virginia. Se abre así un camino hacia la esperanza en el que tanto los militares de los dos país como los voluntarios están prestando apoyo logístico y asistencial a la comunidad afgana.
Para dar a conocer la necesaria labor que se está desarrollando en las instalaciones militares, la Base ha abierto sus puertas en una visita guiada a los medios de comunicación de la que se han encargado el contralmirante Ben Reynolds, director de Jefatura Marítima de las Fuerzas Navales de Estados Unidos en Europa y África Sexta Flota; el capitán de navío David Baird, comandante de las Actividades Navales de Estados Unidos en España; y Leana López, agregada de Asuntos Políticos de la Embajada de Estados Unidos en España.
"Esta gente ha dejado toda su vida atrás para llegar a una tierra extranjera, ha demostrado tener mucho coraje. Por eso queremos que los evacuados de Afganistán, aunque no estén mucho tiempo en Rota, recuerden que han sido tratados con dignidad y respeto y se hayan sentido seguros antes de llegar a su nuevo hogar en Estados Unidos", ha dicho el contralmirante Ben Reynolds.
Asimismo, Reynolds se ha mostrado "orgulloso" del esfuerzo realizado por los funcionarios y voluntarios, que en total suman alrededor de 700. Así, ha explicado que "hay mucha gente de la Fuerza Naval norteamericana en esta misión", al mismo tiempo que ha mostrado su reconocimiento "a los aliados españoles" que trabajan por tierra, mar y aire en este operativo.
David Baird
"Miro a los niños a los ojos y se sienten seguros. Y sus padres, más"
Por su parte, el capitán de navío David Baird ha manifestado que "la misión en Rota es apoyar a los evacuados que llegan de Afganistán y darles refugio y seguridad en estos momentos tan difíciles para que puedan continuar su viaje". También ha detallado que se están gestionando los trámites "para que puedan ser trasladados a otros lugares".
"La única manera de cumplir esta misión es con nuestros aliados de Rota", ha aseverado Baird, que no ha querido olvidar a en su intervención "a todos los miembros de la comunidad y de otras regiones que contribuyen a este esfuerzo. Te llega al corazón el apoyo recibido. Es una gran satisfacción".
"No hay palabras suficientes de agradecimiento, ahora bien, cuando veo la mirada de los evacuados, ellos sí que están verdaderamente agradecidos. Miro a los niños a los ojos y se sienten seguros. Y sus padres, más", ha apostillado. "Es difícil expresar los sentimientos que estamos viviendo, lo que sí puedo resaltar es el inmenso trabajo humano que se están llevando a cabo en la Base de Rota".
Igualmente, Leana López, agregada de Asuntos Políticos de la Embajada de Estados Unidos en España, ha afirmado "sentirse abrumada" por la ola de solidaridad recibida de los vecinos de "El Puerto, de Rota y de toda España". "Su generosidad y su deseo de ayudar a los afganos que más lo necesitan es una prueba más de nuestro compromiso compartido por darles seguridad y bienestar”.
Esa ola de solidaridad también ha sorprendido a los integrantes de la asociación benéfica Navy Marine Corps Relief Society, que opera dentro de la Base y se encarga de procesar toda la ayuda humanitaria que llega en forma de miles de kilos de ropa, juguetes y alimentos. Esta entidad cuenta con el respaldo de otros dos colectivos, USO y Cruz Roja.
En cuanto al protocolo diseñado para esta misión internacional, los refugiados deben pasar tras aterrizar por varios puestos habilitados en un hangar junto a la pista, antes de ser llevados al campamento establecido en el campo de béisbol, formado por tres barracones militares y 53 tiendas.
Baird ha indicado que a todos los refugiados "se les hace un test de Covid-19 al llegar aquí, se les proporciona comida y bebida y se les tramita la documentación acreditativa a través de un proceso de identificación biométrica de la que se encarga el Departamento de Seguridad de Estados Unidos. Después se van para el campamento, donde las familias se alojan juntas".
Preguntados sobre si existe un perfil concreto de refugiado, las autoridades estadounidenses han concretado que son fundamentalmente afganos en situación extrema, colaboradores -incluido el personal de la Embajada- y ciudadanos americanos. "Hay muchas familias, algunas más reducidas, otras más grandes con abuelos, tíos... También llegan muchos niños y jóvenes. El otro día, por ejemplo, arribaron un centenar de mujeres universitarias de entre 18 y 24 años que han tenido que abandonar sus estudios. Cada avión es diferente, en cualquier caso, aquí damos cabida a todos", concluyeron.
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