Valeria Castro en Royal Hideaway Sessions (Chiclana): “Mi objetivo es hacer música para sanar otros corazones, no sólo el propio”
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La artista procedente de la isla de La Palma presentará el álbum ‘Con cariño y con cuidado’ este 24 de agosto (22:30 horas) en el ciclo de conciertos del Hotel Royal Hideaway Sancti Petri
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Chiclana/–Tras todo el reconocimiento que le llega, publicar el EP Chiquita y el largo Con cariño y con cuidado y con la agenda que tiene por delante en España y Latinoamérica, ¿se lo termina de creer del todo o no?
–(Ríe) Pues creo que es una mezcla de ambas cosas. Cuando de repente te pones a enumerar lo que está pasando o lo que va a pasar, evidentemente te ves como en un burbujita, dices: madre mía, ¿cómo ha pasado esto? Pero también me gusta tener los pies en el suelo, me lo han enseñado mucho en mi casa, para que luego tampoco vengan los delirios de grandeza. Sé que esto es un trabajo y que tengo un privilegio enorme, es mi pasión. Pero siempre con los pies en el suelo para saber de dónde viene y dónde va una y también con qué fin.
–¿En quién o quiénes piensa?
–En mi familia sobre todo. Es una retroalimentación, yo los veo a ellos y veo como soy yo, a la niña que siempre fui con ellos. La gente luego viene y ve las grandes cosas pero, evidentemente, son muchos trabajos, hay momentos más fáciles y otros más difíciles. Una está orgullosa de adonde llega pero siempre pensando en los suyos, en la gente que te quiere, que te anima en lo bueno y en lo malo.
–¿Cuándo empieza a sentir que la música es su forma de expresar?
–Diría que desde muy pequeñita. Esa pasión por la música la tengo desde los 3 o 4 añitos, que empecé en una Escuela de Música en mi isla, la isla de La Palma. Luego en redes sociales fui intentando profesionalizar esta pasión hasta hoy. Llevamos ya un par de años o tres con canciones propias publicadas, girando por todo el país y también poniendo el piecito en Latinoamérica, que para mí es un sueño. Es un trabajo de ir picando piedra poquito a poco, paso a paso para dedicarme a esta pasión que he ido alimentando durante todos estos años.
–¿Qué temáticas le gusta compartir en sus composiciones?
–Son muchas, intento no ceñirme a algo sino que me veo abierta a escribir de todo lo que me vaya pasando por la cabeza de alguna forma. La gente escribe normalmente mucho de amor porque es un tema muy candente, pero también me gusta poner en el foco las cosas que me importan, las injusticias que se dan en esta sociedad, con las mujeres, con tantas cosas alrededor... Me gusta hablar también de la salud mental, que nos afecta a diario. Se resume un poco en hablar del cuidado de una misma y de las injusticias que veo alrededor, aunque sea lejos. El amor también puede estar presente. Hablar de lo que una siente, al fin y al cabo.
–Viniendo de una tierra tan hermosa y siendo estudiante de Biotecnología, tengo que preguntarle si la naturaleza, la raíz, el suelo que pisa son inspiración para sus canciones de alguna manera.
–Por supuesto. Para mí mirar a la familia es como mirar también a la tierra. Los lugares son las personas. Mi isla está llena de personas que adoro y admiro muchísimo, pero también todo lo que eso engloba, la naturaleza es con lo que he crecido. Mi isla se ha visto afectada con lo del volcán, ahora también con incendios tristemente. Todo eso al final forma parte del imaginario, de la infancia de una, y es algo de lo que también escribo mucho, mis vivencias. Como son parte de mis sentimientos todo lo que eso provoca, evidentemente también lo son de mis canciones.
–Presumo entonces que la música tradicional de Canarias además le influirá en su estilo ¿no?
–Me gusta mucho esa pregunta porque no soy la mayor estudiada de la música canaria, pero siempre me gusta hablar mucho de los imaginarios. Crecí en casa escuchando isas, folías o Los Sabadeños, a muchos grupos folclóricos. Siempre he escuchado el folclore canario aunque no lo he estudiado como tal. Me doy cuenta a posteriori de que parte de las melodías que hago tienen esa raíz, esos colores. Y también intencionadamente en el disco Con cariño y con cuidado hay colores de la tierra como el timple canario, tocado por Benito Cabrera, uno de los mejores timplistas de las islas. Hay parte de intención y parte de algo sin quererlo que ocurre, pero que siempre forma el arraigo a la música de las raíces de uno.
–¿Qué escucharemos en el auditorio del Hotel Royal Hideaway Sancti Petri?
–Va a ser un concierto muy muy bonito porque vamos en formato banda. Presentamos mi primer disco Con cariño y con cuidado con una teclista y guitarrista que también toca el ronroco, un instrumento típico de Latinoamérica, contrabajo y percusiones. Llevamos preparando el show desde hace meses y girando por todo el país. Creo que la gente lo está disfrutando mucho y nosotros en el escenario también. No dudo de que en Cádiz al menos nosotros lo vamos a hacer y ojalá que la gente también. El objetivo es hacer música que también sirva para sanar otros corazones, no sólo el propio. Qué menos que hacerlo en directo, donde las cosas llegan de otra manera.
–¿Ha perdido la música actual el contacto con la realidad frente a la mercadotecnia?
–No me gusta hablar mucho de otros en el sentido de analizar el momento de creación. Me gusta pensar que cuando escucho canciones de otros hay una verdad dentro porque yo intento ponerla en lo mío. Tenemos que ser realistas, saber que esto es una industria y que hay pequeños toques de marketing con los que habrá que jugar, pero que sea eso, un juego pero que parta de la veracidad, de la pureza de una canción. Ese inicio, el cómo se compone una canción , que nadie lo corrompa. Y el fin que, al menos en mi caso, suele ser el de sanarme un poquito a mí misma y el sacarme un nudo de la garganta, una rabia o un cariño. Pero siempre que nazca de la verdad y la honestidad.
–¿Se siente parte de ese retorno a la tradición de muchos artistas españoles hoy en día?
–Sí me siento parte de ese movimiento de mirar a las raíces. Me parece que hay hueco realmente porque también hay verdad. La inmensa mayoría está mirando para sus hogares y es bonito ver de repente cómo sonamos gente hablando de nuestros lugares, las Tanxugueiras en Galicia o yo en Canarias. Hay mucha gente mirando a la tradición para traerla a la actualidad que nos remueve a nosotros. Espero que tenga espacio durante mucho tiempo. Hay una riqueza que es la de no olvidar porque si somos unas cuantas generaciones más que no ponemos el ojo, el oído en lo que ya ha pasado, a lo mejor llegará un punto en que se olvide.
–¿Qué espera del futuro?
–Intento no tener grandes expectativas. Me gustaría poder vivir de esto y disfrutarlo siempre, que la gente me deje quedarme en los escenarios, que la inspiración no se me vaya y pueda seguir contando lo que me importa. Si por el camino pasan cosas que nos ilusionen, las abrazaré siempre. Si son más oídos los que empiezan a escucharme estaré más que agradecida, como lo estoy ahora por cada una de las personas que deciden darme un poquito de su tiempo para escuchar las historias que esta niña tiene que contar.
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