El microscopio
Un lío de nombres
Sucesos
Rufino Morillo, un vecino de Vejer, ha relatado la odisea que ha vivido tras sufrir las picaduras de dos avispones orientales, y que le llevó al servicio de Urgencias del Hospital La Janda.
Rufino estaba trabajando en la pedanía vejeriega de Santa Lucía, cuando se le echaron encima varios avispones, creyendo él que se trataba de avispas asiáticas por su tamaño, unos tres centímetros y sus características bandas amarillas sobre el abdomen.
Intentó quitárselas de encima, y lo que consiguió fueron dos picaduras, una en el cuello, y otra en el gemelo de la pierna derecha. Pasados unos quince empezó a sentir varios síntomas, entre ellos que le faltaba el aire. Ante esa situación quiso coger su vehículo para retirarse de ese lugar, pero se le descompuso el cuerpo, y cayó al suelo, teniendo dificultades para ponerse de nuevo en pie, cayendo en varias ocasiones. Intentó coger el mover para pedir ayuda, pero ya la visión no le acompañaba. Desorientado cayó por un terraplén, que terminaba en una acequia, en la que perdió el móvil quedando incomunicado.
Dado que su situación física iba a peor, sin recordar bien cómo lo hizo, salió de ese lugar, se montó en el coche, y se dirigió al Hospital La Janda. Primero, en la situación de aturdimiento que se encontraba, salió a la nacional 340 desviándose por un lateral de la autovía en dirección al cruce de La Muela. Ahí tuvo que volver a parar para tomar aire antes de emprender de nuevo su camino al centro hospitalario.
Antes de llegar se equivocó de ruta y se medió en una zona ajardinada que bordea la entrada al centro sanitario, cayendo a un arroyo. Unos sanitarios que iban de camino a Urgencias intentaron alertarlo, pero no era consciente de por dónde iba. Al no llevar el cinturón de seguridad puesto, se golpeó la cabeza con la luna delantera, rompiéndola, lo que sumó más lesiones a las que ya llevaba al haber caído al suelo varias veces.
Fueron esos propios sanitarios los que le llevaron al servicio de Urgencias para que le prestasen la oportuna atención facultativa, quedando buena parte de la noche hospitalizado. Posteriormente precisó ser trasladado al Hospital de Puerto real al presentar taquicardia, en principio provocada también por el efecto del veneno inoculado por los insectos.
Tras varios días en casa, ya va recuperándose de todo lo vivido, aunque aún son visibles los efectos de la picadura en la piel, siendo la existente en el gemelo la más grande.
Precisamente, una dotación de Bomberos está retirando los avisperos que los vecinos han ido alertando de su existencia, como ha ocurrido en la pedanía de Santa Lucía y en El Palmar. Para proceder a esa retirada, los efectivos desplazados se colocan unos trajes protectores, incluidos guantes, para evitar sufrir algún tipo de picadura.
Según han explicado los bomberos a los vecinos de Santa Lucía, la avispa asiática no suele darse en esta parte de la provincia, dadas las altas temperaturas, y dado que precisan de otro tipo de clima para asentarse, algo que no ocurre con el avispón oriental que ha ido extendiéndose a lo largo de la provincia, aunque casi siempre eligiendo zonas rurales.
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