De vender pizzas a ser comandante general de Los Capellanes y ganar 1,5 millones de euros en un año

La Guardia Civil desarticula un grupo criminal dedicado a realizar estafas por medio de bonos de remisión en Sanlúcar

Hay cinco detenidos con lazos familiares y sentimentales, entre ellas el líder del grupo, que ya fue arrestado en 2014 en el marco de la operación Currusco

Una captura de los billetes que eran vendidos a través de internet
Una captura de los billetes que eran vendidos a través de internet
Pedro M. Espinosa

30 de junio 2024 - 10:31

Cádiz/Salva siempre tuvo un pico de oro. Uno de estos tipos capaces de venderle hielo a los esquimales. Sólo así se entiende que en poco más de un año pasara de repartir pizzas en una moto por las calles de Sanlúcar a acumular un patrimonio de 1,5 millones de euros, a comprar el local de una antigua sucursal bancaria en el Paseo Jardín Botánico de la localidad o a vacilar de un parque móvil compuesto por varios BMW que no tendría nada que envidiar al de ningún futbolista de Primera División. Un crack. 

Tanto destacó que la Sección de Blanqueo de la Policía Judicial de la Comandancia de la Guardia Civil de Cádiz lo tenía en su radar desde la explotación de la denominada operación Currusco. Durante la investigación se comprobó que uno de los detenidos había pegado un pelotazo sin jugar a la Primitiva. Salva, que además de labia tiene una imaginación desbordante, creó no sólo una entramado societario de carácter internacional sino que fundó la que dio en llamar Orden de los Capellanes, de apariencia militar y religiosa, y que en realidad no se dedicada a otra cosa que a captar a personas con escasa cultura financiera y hambre de pasta gansa. En resumen, el timo de la estampita en versión ¡¡Señor, sí, señor!!

Además de Salva, en la operación llevada a cabo por agentes del instituto armado, se ha detenido a otras cuatro personas, entre ellas su actual pareja, su hermano o una socia que le hacía las veces de intermadiaria con inversores de la Costa del Sol. Todos ellos se dedicaban a comercializar al margen de la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) billetes exóticos de muy escaso valor monetario y que vendían por cientos y miles de euros, en algunos casos incluso por participaciones, llegando a acumular por este medio en un breve espacio de tiempo más de 1,5 millones de euros. 

La captación de las víctimas se realizaba mediante video conferencias a las que dotaban de un estilo de telepredicadores americanos, llegando a crear de manera ficticia la citada orden mitad militar, mitad religiosa, algo así como los templarios en versión chusquera y sin cota de malla. 

El líder se presentaba como general comandante de los Capellanes para España y Francia o incluso como mandamás de los capellanes de Europa, Asia y Oceanía, y explicaba que realizaba estas ventas de billetes para ayudar a personas con dificultades financieras. En el vídeo de una de las convenciones para incautos que organizada se le puede ver, con camisa blanca, pantalones vaqueros y micrófono en mano, prometiendo que van a ganar mucho, mucho, muchísimo dinero, pero que hay que compartir las riquezas con los más necesitados como buenos hermanos. “¿Entonces somos ricos, no?”, pregunta una mujer con voz temblorosa. A lo que uno de sus compinches responde con un fuerte batir de palmas para festejar su repentina prosperidad.

Según fuentes de la Guardia Civil, uno de sus lugartenientes, un hombre de color al que otorgó los galones de general comandante nada menos, había llegado a trabajar como portero en un club de alterne de la comarca. Esta persona, de nacionalidad colombiana, llega a alcanzar mucho peso en la organización. Así como abogados de un bufete con sede en Quito (Ecuador).

El líder de la banda llegó a confesar en alguna ocasión a su embelesada audiencia que ya tenía muy avanzada la creación de su propia moneda, que estaría sustentada en estos billetes exóticos, que estaban muy próximos a incrementar su valor de manera espectacular.

Después de adquirir los billetes o sus participaciones, y tras pasar un tiempo sin respuesta, empezaron a sentirse engañados. Los investigadores han llegado a la conclusión de que las compras de estas participaciones se habrían realizado a través de bitcoin, transferencias bancarias o Paypal, firmando un contrato entre las partes en el que se muestran fotografías de los billetes o bonos, indicando la participación comprada. 

Al menos una de las sociedades investigadas y vinculada al grupo tiene domicilio social en Reino Unido, pero también se han detectado operaciones inmobiliarias irregulares con pagos desde cuentas en Países Bajos, así como otros pagos de bienes y servicios con cuentas ubicadas en el extranjero, todo ello para tratar de dificultar la investigación patrimonial. 

Con el dinero que llegó a recaudar el líder de este entramado, pasó de repartir comida a domicilio a comprar una antigua sede de una sucursal bancaria por 300.000 euros, llegando a montar todo un entramado societario y financiero, con operativa en distintos países de Europa y Sudamérica, como modo de canalizar los ingentes beneficios que obtenían. En dicha oficina se podían ver marcos con estos billetes por cuyas participaciones algunas víctimas de la estafa llegaron a pagar miles de euros y que, más allá de su éxotica apariencia, apenas si valen unos céntimos de euros en páginas web como Aliexpress o Ebay.

Hasta el momento se han identificado más de 200 afectados por estas prácticas y se ha localizado un patrimonio inmobiliario de más de 1,5 millones de euros sin justificación de su procedencia, así como multitud de vehículos, muchos de ellos de alta gama. 

La explotación de la operación Capellán ha finalizado con cinco detenciones y cinco registros tanto en domicilios como en sedes sociales de las entidades vinculadas al grupo investigado.

La Guardia Civil solicita que aquellas personas que puedan haberse visto afectadas por la operativa de este grupo criminal, se pongan en contacto con la sección de Blanqueo de Capitales de la Guardia Civil de Cádiz, a través del teléfono 956293408.   

La operación ha sido desarrollada por la Unidad Orgánica de Policía Judicial de Cádiz-Sección de Blanqueo, estando tutelada por el Juzgado Mixto de los de Sanlúcar de Barrameda.

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