Galería del crimen | Capítulo 22
Por el honor de nuestra vecina
La provincia de Cádiz cuenta ya con unas 400 hectáreas de viñedo de uvas tintas. La mayoría de este viñedo se encuentra en el Marco de Jerez y en la Sierra (sobre todo en Arcos), pero también hay explotaciones en municipios tan variopintos -y, en principio, tan poco vinateros- como Conil o Tarifa.
En la actualidad, la Consejería de Agricultura tiene censados aproximadamente a veinticinco operadores en la provincia relacionados con el vino tinto. Se trata de operadores en muy distintos grados de evolución, ya que ahí la delegación provincial agrupa tanto a los pioneros (Regantío, Páez Morilla), las bodegas que han surgido específicamente para elaborar tintos (Huerta de Albalá, Entrechuelos. Cortijo de la Jara-Puerta Nueva, Vistahermosa); las bodegas del Marco que han desarrollado su propias experiencias (Finca Moncloa, de González Byass, o 'Gibalbín', de Barbadillo) y las que están madurando y que, a medio plazo, pueden ser nuevas iniciativas empresariales que deriven en bodega o que se consoliden como proveedores de uva para otras empresas.
Desde la delegación provincial de Agricultura se valora de forma positiva este dato. Hace tres años la cifra era de unas cien hectáreas menos, por lo que se constata que ha cuajado el interés por la producción de este tipo de vinos.
Hay que recordar que a comienzos de la década, desde la Consejería de Agricultura se hablaba de un horizonte de diez años para que Andalucía elaborara unos vinos que estuvieran a la altura de los grandes tintos españoles. De hecho, en aquel momento se nombraron dos de las denominaciones de origen señeras en el mundo de los tintos, como son Rioja y Ribera del Duero.
Bueno, este tipo de aseveraciones son lo que son, pero lo cierto que los vinos de la provincia de Cádiz van para arriba, como lo demuestra la obtención ya de importantes críticas internacionales. Sin ir más lejos, la puntuación obtenida por 'Taberner', de Huerta de Albalá, en la afamada calificación de Robert Parker: 95 puntos no están al alcance de cualquier vino.
Además del incremento de viñas hay que tener en cuenta otro dato: en la provincia existe un importante número de viñas 'ilegales' o pendientes de regularizar. Por supuesto no existe un censo al respecto, pero la propia Consejería estima que son entre 200 y 300. Se trata de una situación anómala, claro está, pero al no ser Tierra de Cádiz denominación de origen pues el tema no tiene la misma gravedad.
La plantación de viñedo de uvas tintas se ha llevado a cabo, fundamentalmente, bien a través de los planes de reconversión que permitían el paso de cultivos de variedades blancas (en el Marco de Jerez fundamentalmente la uva palomino) a tintas, o bien mediante la compra de derechos -tanto en el propio Marco como en otras zonas productoras de Andalucía y del conjunto de España- aunque, efectivamente, hay algunos casos en que, directamente, algunos particulares se han lanzado a esta aventura pensando en que antes o después obtendrán la plena legalización de sus explotaciones.
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