La labor de los voluntarios es básica para llegar a las 10.839 personas atendidas
La labor de los voluntarios de Cáritas es imprescindible. Así lo destacó ayer su directora, María del Mar Manuz, quien afirmó que su papel es "insustituible y tenemos que agradecer su dedicación y entrega solidaria, diaria y callada". El pasado año fueron 1.096 los voluntarios que participaron en los programas de Cáritas, gracias a los cuales fue posible mejorar "la dignidad y el acceso a los derechos humanos de 10.839 personas en situación de gran vulnerabilidad", dijo Manuz.
La directora recordó igualmente el aumento, pequeño pero destacable, en el número de voluntarios con respecto a 2014, subiendo un 0,15%. Junto a ellos también hay que contar con la labor de 30 trabajadores.
Cáritas es una entidad de voluntariado y dedica esfuerzos para que su preparación mejore en pro de la atención a las personas que acompaña. Con este fin organiza periódicamente acciones formativas que ofrecen preparación humana, técnica y espiritual, como cursos básicos de voluntarios y jornadas de formación social o encuentros de voluntariado.
Su trabajo es básico y sin este Cáritas no podría continuar con una labor que llega a todos lados, desde a una residencia de ancianos, a la que se acude para visitar a personas que se encuentran muy solas, hasta a jóvenes parejas con hijos que se encuentran en situación de desempleo. Desde comprar artículos de primera necesidad hasta medicamentos, los voluntarios de Cáritas, así como sus socios y donantes, sostienen a estas personas con su generosidad y solidaridad. Por eso, María del Mar Manuz no dudó en finalizar el acto de ayer con unas palabras del Papa Francisco: "Cualquier forma nuestra de amor, de solidaridad, de compartir es sólo un reflejo de la caridad que es Dios", concluyó.
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