A los pies de un gigante con alma gaditana en pleno mar Báltico
Parque eólico 'Wikinger'
El parque eólico marino 'Wikinger' resulta imponente por su enormes dimensiones
Lo primero que llama la atención del parque eólico marino WikingerWikinger de Iberdrola es su imponente tamaño, tanto por el área que abarca como por la altura de sus aerogeneradores y su subestación eléctrica ubicada en el centro, llamada Andalucía.
Desde la costa de la isla de Rügen, situada al noreste de Alemania, no se aprecia nada de esta infraestructura, no hay impacto visual. Es al poco de salir de puerto cuando empiezan a intuirse algunos de sus molinos. La distancia desde tierra es de unos 70 kilómetros, sobre dos horas en barco. Con los 34 kilómetros cuadrados que abarca su superficie, no sorprende que apenas a los 15 minutos ya se comience a ver en el horizonte.
Conforme la distancia se acorta, empiezan a apreciarse mejor las formas. Los molinos, con sus bases amarillas de 4 pilares, llaman la atención por la longitud de sus tres aspas de 67,5 metros. La altura total del aerogenerador es de 270 metros hasta el fondo del mar, 165 de ellos son visibles fuera del agua.
La impresión que da tanto molino junto es la de un bosque en movimiento. Las aspas nunca paran. Es lógico: el parque se ha instalado en una zona de fuertes vientos. El mar azota con dureza, pero los jackets o soportes se han ideado para soportar los golpes del oleaje, de hecho cuentan con cuatro pies como refuerzo frente a los temporales.
Cuesta trabajo ver la distribución del parque a nivel del mar, pero desde Iberdrola, Patricia Salamanca, del proyecto Wikinger, explica que el conjunto tiene forma de media luna con la subestación Andalucía en su centro.
Precisamente, dicha subestación es el corazón de este gigante. Sus medidas impresionan: tiene 60 metros de largo por 22 de ancho y está formada por dos plataformas que descansan sobre unos soportes que se internan 50 metros en el agua hasta el fondo marino.
Wkoss (Wikinger Offshore Station) puede leerse en varios carteles en los laterales de la infraestructura como identificación. Pero el detalle que mejor habla de esta plataforma es el escudo de Puerto Real situado bajo el helipuerto. Es su partida de nacimiento, el recordatorio de que viene de unos astilleros a más 2.500 kilómetros de distancia. Es fruto del trabajo de cientos de gaditanos que tienen esperanza en que vengan más encargos como ella al astillero puertorrealense.
Con su grúa roja sobre el techo, su helipuerto, el cuerpo gris, sus pilares amarillos… es un trozo de Andalucía en las frías aguas del mar Báltico y un orgullo para la Bahía de Cádiz.
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