Nuevos vientos para la cámara
Javier Bonet & Miriam Gómez Morán | Músicos
El trompista valenciano Javier Bonet y la pianista madrileña Miriam Gómez-Morán encargan, estrenan y graban para el sello IBS Classical siete obras escritas específicamente para su dúo instrumental
Javier Bonet (Valencia, 1965) y Miriam Gómez-Morán (Madrid, 1974) empezaron su colaboración como dúo hace casi veinte años. "Nos conocimos a través de amigos comunes, en concreto la trompista María Rubio, con la que yo había colaborado. Empezábamos entonces a trabajar los dos en el Conservatorio de Música de Castilla y León. Él buscaba fortepianista para algunos proyectos, y así comenzó todo. En 2004 y 2006 hicimos nuestros dos primeros discos con trompa natural y fortepiano para el sello Arsis (Tableau musical y Sonatas). El siguiente fue en 2011 (Romances), ya con instrumentos modernos, y en 2016, Just for fun, hasta este de ahora, que son obras recién salidas del horno."
"La idea era un poco loca –comenta Javier–, porque cuando encargas nunca sabes lo que te va a caer. Hicimos una lista de compositores y al final nos quedaron siete. Cada obra debía de durar en torno a 10 minutos y buscamos personalidades diferentes, que le dieran variedad. Esto tiene que ser abusando de los amigos. Lo financiábamos todo, y es triste, pero no podíamos pagar las obras. Qué más hubiéramos querido. Duele hasta decirlo. Algunos son muy amigos míos. Juan José Colomer por ejemplo fue compañero mío de la primera Jonde. Era trompetista. Luego tuvo un accidente grave y tuvo que dejar el instrumento, pero en lugar de rendirse se fue a Estados Unidos, estudió composición, trabajó mucho en Hollywood y volvió convertido en un autor ya reconocido, que ha escrito óperas y ballets. Miguel Ángel Tallante fue también compañero en un grupo que yo fundé de trompas naturales, Corniloquio. Él se nos sumaba a veces como organista o clavecinista. A José Luis Turina apenas lo conocía, pero era muy amigo de Miriam, porque había sido su profesor de cámara..."
En diciembre de 2018, en pleno proceso de gestión del proyecto, Javier Bonet Silvestre, hijo del trompista, un joven de 18 años que tocaba el violín, escribía poesía y sufría de trastorno bipolar, se quitó la vida. "Colomer y Tallante aún no habían empezado a escribir sus obras. Le comenté a Miriam que podíamos pedirles que orientaran sus obras como homenaje a Javier. Los dos eran amigos míos y lo conocían desde pequeño. La de Colomer es una de las obras que más nos gusta tocar y que más nos impresiona cuando la tocamos. Él explica muy bien qué significa cada cosa. Si miras la partitura, no hay barras de compás, y de repente, la pieza se para, como la vida: se acabó."
Todas las obras han sido ya estrenadas. "Las hicimos en dos recitales: la primera tanda en el Palau de Valencia, tres; y luego, cuatro en el Auditorio de Granada. Ahora que hacemos recitales ponemos algunas de ellas combinadas con repertorio tradicional. Desde el punto de vista físico es imposible tocarlas todas en un concierto. Tampoco está pensado para eso. La grabación ya fue dura, y la hicimos en tres días, aunque no tocas seguido y no tienes la tensión del concierto, pero están las repeticiones, que pueden hacerse tediosas".
"Ha sido un trabajo duro –añade Miriam–, pero lo hemos disfrutado mucho. Me lo pasé muy bien grabando. Hemos de agradecer a Paco Moya su excelente disposición. Las sesiones de grabación fueron un éxito gracias a él. Primero, por su carácter, nos hizo sentir muy bien en la sala. Luego, su capacidad de escucha, su experiencia, no sólo como técnico de sonido, sino porque fue profesor de música de cámara muchos años, y eso se nota muchísimo. Consiguió sacar lo mejor de nosotros. Grabamos en el Auditorio Manuel de Falla, que suena fenomenal, con un piano extraordinario. Fue incluso más fluido de lo que esperábamos. Me pareció un trabajo gratificante. Yo salí eufórica."
Para la pianista madrileña "no se trata de obras para trompa con un piano de fondo. Son obras verdaderamente camerísticas. La parte del piano es complicada. El piano lleva peso específico, dialoga de tú a tú con la trompa y a veces la escritura es de una densidad extraordinaria. La obra de César Cano o la de Zacarés son muy difíciles para el piano. La de Turina, también: la escribió pensando en mí. Conoce mi interés por Liszt. La tituló Consolación, porque tiene inspiración en las Consolaciones de Liszt y hay incluso algunas citas".
La música se aleja intencionadamente del experimentalismo. Como comenta Bonet, "no queríamos lo que yo llamo ruiditos varios, y no es que esté en contra de la música de vanguardia, pero eso es algo que ya pasó. Que la obra se convierta en una sucesión de efectos... Me gusta si esos efectos están integrados en la obra, pero que te pases diez minutos en que la trompa no suene, sólo ruidos de aire, de llaves y no sé qué..., esa fase experimental ya pasó. Está todo inventado. Como no le pases un camión por encima… Todos esos recursos están inventados, y yo los hago todos…". Para ambos el álbum es "realmente un hito. Las obras nos encantan, y que de repente aparezcan siete piezas nuevas para esta combinación instrumental es algo que enriquece el repertorio y abre caminos".
El dúo integra a veces a otros músicos en sus proyectos. "Hacemos cosas en trío, básicamente añadiendo un violín o la voz. Aunque también grabamos un disco con el oboísta Eduardo Martínez: Por los caminos del Romanticismo. Fue en Arsis, muy al principio de empezar a trabajar juntos". "Con la soprano Eugenia Boix tenemos el Trío Auf dem Strom. Trabajamos cuando podemos con instrumentos originales", añade la pianista. "A mí suelen considerarme como un especialista en la trompa natural, pero no quiero encasillarme. Una de las razones de que llevemos tanto tiempo es justo porque hacemos todas esas cosas. Estamos para todo. El problema para hacer proyectos en vivo con instrumentos de época es el fortepiano. Yo puedo llevar cinco o seis trompas diferentes, y hacemos incluso recitales en que voy cambiando para ajustarla al estilo, pero a veces no tenemos más remedio que usar piano moderno, sobre todo en España, donde no hay muchos pianos antiguos. Pero eso lo encarece todo, por el alquiler y el transporte… Hace cuatro o cinco años me llamaron de Hamburgo para grabar la versión original del Trío Op.40 de Brahms, que fue escrito en 1864 para la trompa natural. Brahms decía que la trompa moderna había matado la esencia del instrumento, y eso casi 50 años después de inventarse los cilindros".
La pandemia ha supuesto un parón para los dos, aunque se han sentido protegidos por sus trabajos fijos (Miriam Gómez-Morán es profesora en el Conservatorio Superior de Castilla y León y Javier Bonet, trompista en la Orquesta Nacional). "Algunas cosas tardan en recuperarse. Tengo pendiente un concierto en Hungría que a lo mejor puedo ofrecer en la próxima primavera, dos años después de lo previsto. Será con piano moderno, pero sigo haciendo mis recitales, algunos con fortepiano. He aprovechado también para aumentar la actividad investigadora. Estoy dándole formato de libro a mi tesis doctoral [La práctica interpretativa de Franz Liszt en su obra para piano a través de los testimonios de sus alumnos], una investigación que defendí hace dos años, y que es el primer estudio a nivel mundial sobre las enseñanzas de Liszt a sus alumnos de piano, cómo quería que se tocaran sus obras. Hay mucho material, pero estaba muy disperso". Miriam se mueve con soltura en la inmensa obra de Liszt, "aunque no, no la he leído entera. Eso es algo casi imposible. Ahora bien, lo que puedo decir es que para conocer a Liszt hay que conocer su obra orquestal y vocal. La obra pianística tiene una inspiración orquestal a todos los niveles, no sólo como color, sino estructuralmente: su obra de piano procede de los grandes formatos orquestales, y no al revés como a veces se piensa".
Javier Bonet es bastante crítico con el tratamiento que se ha dado a la cultura durante la pandemia. "Es un desastre", afirma. "Yo estoy protegido por mi puesto en la Nacional, pero hay compañeros que lo han pasado fatal, y músicos, sobre todo en Londres, que se dedican ahora a otra cosa. Las restricciones son un despropósito, y en Alemania quieren endurecerlas. He estado ahora en Bonn con Savall y o estabas vacunado o tenías que presentar un test todos los días para acceder al auditorio." En Bonn, Le Concert des Nations del músico catalán ha presentado la Sinfonía nº9 que es la única que queda por grabar de su integral del compositor. "Eso me pilló a mí. Estábamos grabando en Polonia, y cuando nos tocaba hacer el cuarto movimiento, el coro, que venía de Croacia, tuvo varios positivos y se tuvieron que marchar. Nos trajeron un coro polaco, empezamos a grabar, y de repente dan positivo la soprano, la mitad de la orquesta y el propio Jordi Savall. Nos fuimos todos para casa con la sinfonía a medio grabar. El cuarto movimiento lo grabamos ahora en Cardona y luego hacemos una gira por Europa con 7ª, 8ª y 9ª. Tenemos cuatro conciertos en la Elbphilharmonie de Hamburgo. Espero que no endurezcan las condiciones como se rumoreaba, porque en ese caso no sé qué pasará con la orquesta. Estoy bastante cansado de la situación".
Transvanguardias. Siete compositores españoles
Francisco Zacarés Fort (Albal, Valencia, 1962). Cantus Horn. “La estructura de la pieza está organizada en forma de allegro de sonata con dos temas contrastantes.”
Salvador Brotons (Barcelona, 1959). Introducció y Galop Op.148. “Es una composición eminentemente virtuosa para el trompista, pero también llena de interesantes diálogos con el pianista, que a menudo adquieren texturas casi orquestales.”
César Cano (Valencia, 1960). Tientos de la trompa alada Op.93. “Mi intención al emplear dicha manera de referirse al instrumento es potenciar la agilidad del mismo, a la vez que su potencia, tratando de rehuir sus posibles pesadez e inercia.”
Juan José Colomer (Alcira, 1966). Mar sin Luna. “El acompañamiento constante en negras a modo de sostenuto rítmico (una por segundo) sirve de recordatorio de la implacable tiranía del tiempo.”
Miguel Bustamante (Oruro, Bolivia, 1948). Juegos sobre “Tocatico-tocatá”. Homenaje a Carles Santos. “Quise jugar tanto con los elementos que había cantado Carles Santos, como con otros melódicos, armónicos y polifónicos propios, enfocados todos ellos a las características tímbricas propias de un dúo de trompa y piano.”
Miguel Ángel Tallante (Madrid, 1946). Elegía. “Discurre con una narrativa que expresa de forma cíclica sonidos y dibujos temáticos contrapuestos, que representan asimismo ideas y situaciones anímicas antagónicas.”
José Luis Turina (Madrid, 1951). Consolación. “Pieza en un único movimiento, en el que se alternan una serie de secciones fuertemente contrastantes [...] que van de lo lírico a lo enérgico, pasando por lo rítmico y por pasajes de carácter scherzante”
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