La que se avecina
cómics
'7, Rebolling Street' (1986), de Francisco Ibáñez Talavera, es una serie que su propio autor ha definido como una nueva versión de '13, Rúe del Percebe', pero corregida y aumentada
La ficha
'Súper Humor: 7, Rebolling Street'. Guion y dibujos: Francisco Ibáñez. Ediciones B, 2010.
En el año 2003 se estrenó en Antena 3 la teleserie Aquí no hay quien viva, comedia que narra la vida de una comunidad de vecinos. Fue un calco de la serie de cómic 13, Rúe del Percebe (1961), creado por Francisco Ibáñez para la revista Tío Vivo de Editorial Bruguera. Son historietas de una página con chistes protagonizados por inquilinos de un edificio a cuya fachada se le hace un corte transversal.
En 2007 se estrenó en Tele 5 La que se avecina, telecomedia que narra la vida de una comunidad de vecinos. Es un remake de la teleserie anterior, y conserva la mayor parte de los actores, pero interpretando distintos papeles. En este caso, también se inspiraron en Ibáñez, que en 1986 recicló 13, Rúe del Percebe para crear 7, Rebolling Street.
La suspensión de pagos de Editorial Bruguera condujo a la absorción por el Grupo Z, y a la marcha de los autores, siendo despojados de sus propios personajes, ya que Bruguera, en pleno franquismo, los registró a su nombre y no al del autor.
Francisco Ibáñez recala en Editorial Grijalbo. En 1986, nace la revista Guai!, para la cual, Ibáñez crea las series Chicha, Tato, Clodoveo, de profesión sin empleo y 7, Rebolling Street. Un año después de su nacimiento, Guai! es adquirida por Ediciones B y duró hasta enero de 1990.
El propio Ibáñez definió 7, Rebolling Street como 13, Rúe del Percebe, corregida y aumentada. Hay personajes que repiten roles de la serie original, y también otros nuevos, más acordes con los tiempos.
Ciento setenta entregas de la serie se publicaron en la revista Guai!, y otras cinco entregas aparecieron en la revista Yo y Yo, fundada, igual que Guai!, por Grijalbo. La serie consta de ciento setenta y cinco entregas. La mitad de la serie fue recopilada por Grijalbo en cuatro tomos de Tope Guai!, que fueron reunidos en Súper Humor nº 48 de Ediciones B.
El edificio ocupa la doble página central, en horizontal. Hay cuatro pisos por planta, haciendo un total de tres plantas, y azotea.
En la planta baja, esquina izquierda, está el banco Estrujenbank. En el centro izquierda, el taller de reparaciones La Chapuza. En el centro derecha está la portería, y el ascensor, que suele funcionar mal o ser reemplazado por artilugios para que la gente pueda subir. Y en la esquina derecha, la tasca Churrúpez, cuyo camarero suele timar a los clientes.
En la primera planta, esquina izquierda, se encuentra la consulta de un doctor de dudosa reputación (en 13, Rúe del Percebe era un veterinario). En el centro izquierda, hay una oficina en la que se ven las desventuras de los empleados. El centro derecha es una pensión calcada de la de 13, Rúe del Percebe. El piso de la esquina derecha siempre está en venta, en un guiño a la etapa previa a la llegada del sastre a 13, Rúe del Percebe.
En la segunda planta, esquina izquierda, habita un científico loco que parece ser una revancha de Ibáñez, ya que la censura del franquismo le obligó a prescindir del científico en 13, Rúe del Percebe. En el centro izquierda, una anciana amante de los animales, procedente de 13, Rúe del Percebe. En el centro derecha, encontramos una oronda chica rubia buscando esposo (en un guiño a Ofelia, que busca llamar la atención de Mortadelo). En la esquina derecha habita un ladrón que, a veces, además es terrorista.
En la tercera y última planta está la azotea, en cuyo centro derecha se encuentra el ático, donde viven drogadictos, cuyos gags no son para niños, quizás por eso Ibáñez los sustituye por un comilón. En la esquina derecha de la azotea, está la buhardilla, donde vive un deportista.
También hay elementos que parece que fuesen personajes, como el árbol de la zona trasera izquierda del edificio; el rascacielos del fondo; la acera con sus transeúntes; la alcantarilla por la que sale y entra todo tipo de gente; las telarañas, a veces usadas para dar profundidad, a veces para colgar arañas leyendo, fumando, o boxeando.
Ibáñez sólo habría dibujado (lápiz, tinta y rotulación) las primeras entregas, delegando el resto en manos de ayudantes. Los guiones todos son de Ibáñez. Además de esas primeras páginas, Ibáñez realizó los bocetos del resto. La firma de Ibáñez sigue figurando al pie de cada página, ya que forma parte de la plantilla del edificio.
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