El ADN de los habitantes de Gadir
Un estudio pionero a nivel internacional sobre la ascendencia maternal de los tres cadáveres hallados en el solar del Cómico revela la presencia fenicia oriental, así como el mestizaje con los indígenas
El yacimiento del Cómico sigue revelando nuevos capítulos de nuestra historia. Una historia entregada en fascículos y que más allá del legado material que atesora este preciado trozo de tierra de la calle San Miguel, narra ahora los resultados del primer estudio de ADN realizado sobre los restos óseos de dos de los tres individuos allí localizados. Hasta ahora, los únicos restos fenicios de época tan antigua hallados en todo el mundo.
El resultado de este estudio pionero a escala internacional constata la presencia fenicia oriental en uno de los sujetos y el mestizaje de las poblaciones indígenas con las fenicias en el segundo, también conocido como Valentín.
Su historia fue retomada precisamente ayer, el día de San Valentín, de la mano del concejal de Cultura, Antonio Castillo, el arqueólogo encargado de dirigir la excavación, Juan Miguel Pajuelo, el arqueólogo municipal José María Gener y el paleopatólogo Manuel Calero.
Juntos desgranaron algunas de las claves de este extenso informe puesto en pie de forma totalmente altruista por Sara Palomo Díez, del Laboratorio de Genética Forense y Genética de Poblaciones del Departamento de Toxicología y Legislación Sanitaria de la Facultad de Medicina de la Universidad Complutense de Madrid. Un estudio enmarcado a su vez en el proyecto global denominado Periferia y Centro. La implantación fenicia en Occidente y el Imperio Neoasirio en el siglo VII. a. C.
Concretamente, explicó Castillo, este estudio ha servido para determinar el "origen geográfico desde el ADN mitocondrial de los restos óseos". Para ello, dijo Manuel Calero, se ha trazado "la ascendencia matrilineal -línea materna- de los individuos".
De uno de los cadáveres, nuestro famoso Valentín (principios S. VI a.C.), al que hace un año se realizó un TAC tridimensional, ha podido detectarse marcadores genéticos vinculados a poblaciones geográficamente coincidentes con la antigua Fenicia, así como el grupo de mayor presencia en Europa Occidental. Por tanto, explicó el paleopatólogo, se plantea la posibilidad de un origen materno europeo, como consecuencia del establecimiento de lazos familiares entre los colonos de origen fenicio y las mujeres de la península ibérica.
Y del otro sujeto analizado, el más arcaico (s. VIII a.C), se han detectado varias líneas genéticas que se encuentran prioritariamente en poblaciones de Oriente Próximo, siendo a su vez hijo de padre y madre fenicios asentados en Gadir.
Paradójicamente, el carácter catastrofista que ha marcado la muerte de estos individuos ha facilitado su hallazgo. En el caso de Valentín, se sabe que falleció de forma violenta debido a un gran incendio en el siglo VI, mientras que el otro sujeto quedó sepultado bajo los escombros de las viviendas aquí halladas y abandonadas de forma repentina en el 720 a. C. La rápida reconstrucción de la zona sobre estos escombros ha permitido de esta forma su conservación hasta nuestros días.
Y es que, según apuntó el arqueólogo municipal José María Gener, "cuando comenzamos a excavar estos tres cadáveres de época fenicia nos dimos cuenta de su importancia, ya que es muy difícil encontrar restos humanos óseos de esta época dado a que sus enterramientos se hacían en cremaciones".
La puesta en marcha de este estudio no ha dejado impasible a la comunidad científica internacional, en el campo de la arqueología y la antropología. De hecho, estudios similares solo existen del hombre Neandertal.
Pero como afortunadamente esta historia nunca deja de escribirse, el siguiente capítulo del Cómico ya tiene protagonista. El del tercer cadáver hallado, contemporáneo a Valentín, también aparecido con señales de violencia, boca abajo y la cabeza separada del tronco. Asimismo, está previsto estudiar la paleodieta de los tres individuos, es decir, sus hábitos alimenticios, también utilizados para diferenciar poblaciones y culturas antiguas. Otra pieza de este gran puzzle histórico escrito desde el Cómico.
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