La APC proyecta acoger una sede del Centro Andaluz de Fotografía

El director del CAF, Pablo Juliá, presentó ayer en el Museo de Cádiz la exposición 'Palestina/Afganistán', firmada por el fotógrafo Emilio Morenatti

Asistentes a la inauguración charlan frente a una de las fotografías de Palestina.
Asistentes a la inauguración charlan frente a una de las fotografías de Palestina.
Pilar Vera / Cádiz

26 de enero 2008 - 05:00

A fuerza de práctica un día, sin darnos cuenta, la dificultad se vuelve inercia. Tecleamos mirando la pantalla, cambiamos de marcha, cosemos viendo una película. En el caso de Emilio Morenatti, esa inercia llega a ser arte. Mira y, de forma automática, sin pensar en ello, encuentra plástica y encuadre. Una estampa de la escuela veneciana, o de Kurosawa, o de Velázquez. O, como dice Pablo Juliá, "un Rivera puro".

"Emilio Morenatti -explicó el director del CAF en la presentación de Palestina/Afganistán- tiene el don de unir arte y periodismo. De ser capaz de crear y componer en plena guerra". A su lado, el presidente de la Asociación de la Prensa, Fernando Santiago, confesaba no tener mucha idea de fotografía pero sí saber, en cambio, "cuando una foto es de Morenatti".

Juliá y Santiago comunicaron, además, la voluntad de colaboración entre ambas entidades para crear una sede del Centro Andaluz de Fotografía en Cádiz: "Para ello, la APC ofrece un espacio en su primera planta, donde se organizarían las exposiciones permanentes, y en el ático, donde estarían las oficinas del CAF", comentó Fernando Santiago.

Palestina/Afganistán nombra y estructura la muestra del jerezano. En la primera destaca el trabajo de agencia: salta de la Tumba de los Patriarcas al depósito de cadáveres y, en todas ellas, plasma la tensión. Son imágenes en lucha por el equilibrio, sacudidas por ráfagas: de viento, de ira, de dolor.

El Afganistán de Morenatti -país que cubrió por entero- le permitió al fotógrafo desarrollar una mirada más reposada: niños que pasean a un perro en mitad de un paisaje lunar, hornos de ladrillo que parecen zigurats en miniatura, una colorida sombrilla de playa en mitad de una nevada. Imágenes de una belleza impactante, que contrasta brutalmente con la miseria.

"Son fotos -insistió Juliá- que parecen estampas de epopeya bíblica, de cuentos orientales o escenas medievales, sin apenas referencias occidentales. Todo un viaje en el tiempo".

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