Anabel Rivera: "Me niego a acostumbrarme a esta oscuridad"
'La risa que se desangra' en la Sala Central Lechera
La artista gaditana agota las entradas de las dos funciones en La Lechera de ‘La risa que se desangra’, su segundo espectáculo
Cádiz/Anabel Rivera es un ser de luz, por ello, es fácil imaginarla rebelándose contra la desidia, agitando aguas paradas y sacudiendo el polvo de la inamovilidad altamente contagiosa que ha generado la Covid-19. “Vamos, es que me niego a acostumbrarme a esta oscuridad”, dice con sus maneras tan genuinas, tan luminosas, la cantaora que los próximos 9 y 10 de abril llega a la Sala Central Lechera para cantar “las dos coplas de Cádiz” en La risa que se desangra.
Dos coplas, la flamenca y la carnavalera que han tejido la infancia y la juventud (“la vida, realmente”, reflexiona) de esta gaditana criada entre el Mentidero y la Viña que tiene puesta sus fidelidades en ambos mundos. “Yo no comprendo a la gente que tira una cosa por defender a la otra. De hecho, el Carnaval y el flamenco siempre han estado muy relacionados, no descubro nada si digo que el tango de carnaval lo tomaron prestado los flamencos, por ejemplo. Lo que sí reivindico, y reivindicaré siempre, es que hay que darle su espacio en la ciudad y apoyo institucional a las dos manifestaciones, porque las dos son grandes manifestaciones nuestras y creo, además de corazón, que es que caben las dos”, asevera la artista que lo demuestra con éste su segundo espectáculo.
“A fin y al cabo La risa que se desangra es Cádiz. Cádiz donde nos agarramos a la vida de todas las maneras posibles y siempre con esa alegría que se refleja tanto en nuestra manera de hacer flamenco como carnaval. Que puede parecer un tópico pero es que es la realidad”, cuenta la artista que, sin embargo, huye de los patrones establecidos en este montaje.
“No se trata de un recital entre carnaval y flamenco donde hay artistas invitados y vamos cantando..., no, sino de un espectáculo con una dramaturgia donde todo va sucediendo de una forma muy natural”, explica la cantaora a la que también la veremos explotar en su faceta interpretativa: “Tenía muchísimas ganas de interpretar, la verdad, que ya lo hice un poco en mi primer espectáculo, Y pa alcahuete mi pañolón, y me gustó la experiencia mucho”.
En esta ocasión Rivera se meterá en la piel de una gaditana que pasa un día de Final del Falla en una peña de la ciudad acompañando a una agrupación, “aunque bueno, esta mujer también tendrá que estar en contacto durante esa noche con otra persona de la que tiene que estar pendiente...”, dice sin querer desvelar mucho más de esta idea original en la que comparte autoría con su hermano, el músico y productor Riki Rivera y donde ha sido dirigida por su pareja, el cantaor David Palomar, que también se ha encargado de guionizar la propuesta.
“Yo venía cociendo esta idea desde hace tiempo pero, claro, con las giras y eso en los buenos tiempos pues nunca me podía poner a pensar bien en el espectáculo así que, como creo que le ha pasado a mucha gente, todo el tema del confinamiento pues te hace parar obligatoriamente y tener tiempo para pensar. Además, yo tenía muy claro que no me podía quedar mano sobre mano y había que tener preparada cositas cuando todo empezara a activarse”, relata. De hecho, La risa que se desangra era un espectáculo cuyo estreno estaba previsto para el 5 y 6 de febrero “pero se me contagiaron unos cuantos”, lamenta la artista que tuvo que aplazar la fecha. “Aunque no hay mal que por bien no venga porque la nueva fecha ha permitido pues poder contar con más tiempo para, sobre todo, el tema de las colaboraciones carnavaleras”.
Así, en esa noche de final vista desde el interior de una peña que nos propone Rivera podremos compartir momentos con Vicente Lázaro (Lali), Rafael Figuier, Paco Trujillo (Catalán), Manolín Santander, Carlitos Pérez, Rafael Piñero, Germán García Rendón, Juan Gamaza y Chúa. Carnavaleros que en todo momento “están entrando y saliendo de escena” como requiere esta historia, además de que hay un personaje femenino que hace Chari Helmo que está y no está... Pero bueno, eso es otra cosa que ya veréis en el estreno...”, vuelve a dejarnos con la miel en los labios.
Lo que sí descubre la cantaora es que es que las coplas de Carnaval que materializarán tienen que ver “con mis carnavales personales, con mis gustos, con el Carnaval de mi vida donde la comparsa está muy presente”, dice sobre piezas (hay pasodobles, alguna presentación, trozos de popurrí) de Antonio Martín, Joaquín Quiñones, Antonio Martínez Ares, Juan Carlos Aragón, Paco Alba (“porque siempre hay una copla de Paco en todo evento de un gaditano”) y Manolo Santander (“porque era la Viña, mi barrio de la Viña”).
Además, La risa que se desangra también cuenta con temas escritos por Riki Rivera (La risa que se desangra) y por Palomar (seguiriya al gadita) interpretados por Anabel a la que veremos también por tanguillos (el tanguillo del puchero), malagueñas, alegrías y chuflillas de Cádiz. “Y muy bien acompañada por la parte flamenca con Juan José Alba a la guitarra, Javier Katumba a la percusión y las palmas y voces de Diego Montoya y David Gavira”, alaba Rivera que no se quiere dejar a ninguna de las personas implicadas –“Chipi Cacheda con el sonido, Nati Moreno en la regiduría, el vestuario de Maura Revuelta y Lorena García, la fotografía de Daniello Padrotti, la producción de Inés Merchán...”, enumera– en esta nueva aventura donde “todo lo que ocurre, lo he vivido... o casi...”, ríe enigmática.
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