El artista Antonio Vela protagoniza una masterclass y una exposición en San Fernando

El Centro de Congresos de San Fernando acoge este lunes una masterclass del pintor Antonio Vela. 'Cómo construir una pintura', es el título del encuentro artístico que se pone en marcha dentro del curso académico de la Real Academia de Ciencias, Letras y Artes San Romualdo de San Fernando.

La presentación corre a cargo del vocal de artes de la institución, el académico Juan Antonio Lobato, que

presentará al pintor, y gerente de la sala GH40, donde, continuación del acto, se inaugurará a las 21 horas una exposición retrospectiva con la obra del pintor. La muestra podrá verse en el horario habitual de la galería, los sábados en horario de 11.00 a 14.00 horas, hasta el próximo 30 de marzo.

Vela, un lenguaje muy personal

Según cuenta el propio Juan Antonio Lobato, Antonio Vela ha sabido configurar un lenguaje propio, exclusivo y personal bajo premisas realistas que le han permitido dar rienda suelta a su imaginación con una inapelable capacidad creativa.

Para Vela, la figura humana no es solo la fiel reproducción realista de su fisonomía, sino que además la dota de una profunda penetración psicológica que enriquece su expresión.

Es tal la carga psicológica de sus obras que el espectador, tras llevarse un rato delante de ellas, descubre todo un mundo de sensaciones opuestas. El cóctel de sobriedad compositiva, consistencia corpórea de los personajes y el rico colorido cuando ello se precisa, definen un estilo que se presta a estas dos sensaciones opuestas; por un lado, la tristeza profunda pero sosegada y por otro el tono irónico y burlón que le concede a sus personajes.

Un artista ante todo original, puesto que el resultado de su trabajo es único sin referencias a otras obras y otros artistas, lo que hace imposible su clasificación. Su pintura no deja indiferente a nadie.

Su obra puede dejar incómodo, como con los pies en el aire, y cuestionando sobre que querrán decir esos ojos magistralmente pintados que configuran unas miradas tristes, solitarias e interrogantes, pero la mayoría de las veces impregnadas de amor, como reflexiona el profesor Diaz de la Torre.

Un pintor libre y original, absolutamente artista del siglo XXI, pero con la fortaleza que le otorga algo de lo que tantos contemporáneos adolecen: oficio.