Aparecen dos nuevos edificios junto al balneario romano de los Caños y la dimensión de la villa romana se triplica

Patrimonio

Una de las estructuras excavadas junto al conjunto termal cuenta con piletas vinculadas, una habitación para despiece de pescado y una gran mesa de 8 metros, única en toda la península

Junto a la domus romana en Cabo Trafalgar han localizado 13 piletas de salazones, convirtiéndola en una de las más importantes del litoral andaluz

Vista aérea del nuevo edificio romano en los Caños de Meca. / UCA

Los excepcionales hallazgos arqueológicos desarrollados en Cabo Trafalgar y Caños de Meca y cuyos avances se presentaron este lunes no dejan de sorprender. La entidad de la villa romana ubicada justo en el cabo triplica la extensión a raíz de la campaña de excavación realizada en los últimos meses, y presenta, además, un excelente estado de conservación, mientras que las excavaciones en torno al balneario romano en la playa de los Caños han dejado al descubierto otros dos edificios romanos vinculados a la industria pesquera-conservera.

Así lo explica Darío Bernal, el catedrático de Arqueología de la Universidad de Cádiz que lidera este proyecto, y que confirma la "tremenda dimensión que han adquirido estos trabajos, que han multiplicado exponencialmente la riqueza arqueológica del Cabo de Trafalgar".

Junto a la villa romana han aparecido concretamente 13 piletas de salazones romanas descubiertas hasta la fecha, las cuales presentan sus alzados completos (entre 1,5 y 2 metros de profundidad de media), con remates de coronación íntegros, totalmente revestidos de hormigón hidráulico (opus signinum). Estos nuevos hallazgos convierten a la villa romana del Cabo Trafalgar en una de las más importantes de todo el litoral andaluz, y la única conocida en toda la antigua provincia romana de la Baetica en la cual conviven las actividades de acuicultura y de producción de garum y salazones de pescado.

Respecto a las labores en el balneum romano -que presenta una conservación excepcional y que se localizó en mayo- han permitido verificar que la extensión de los hallazgos es notable, ocupando una superficie de más de media hectárea (150 x 50 metros). En este entorno dunar junto al complejo termal se han descubierto, puntualiza Bernal, otros dos edificios romanos totalmente desconocidos previamente, "y todavía queda más por excavar pues estamos seguros de que quedan más estructuras, de modo que podría tratarse de una aglomeración secundaria".

El primero de ellos tiene una superficie de unos 150 metros cuadrados, se relaciona con la industria pesquero-conservera, y está dotado de tres ambientes: un pasillo en forma de L al aire libre; una zona con 3 piletas de salazones; y una habitación para la limpieza y despiece del pescado, dotado de una gran mesa longitudinal, de unos 8 m de longitud con forrado superior de sillería, que es muy similar a la conocida de las fábricas de Cotta en la Mauretania Tingitana (entorno del actual Tánger), y única en su género en toda la península ibérica.

Además, también se ha documentado la puerta y una escalera de acceso a un segundo edificio, que será excavado en el futuro, y cuyos paramentos presentan dos metros aproximadamente de alzado conservado. También han arrancado otros trabajos en torno a la necrópolis megalítica de la Edad del Bronce para tratar de verificar la existencia de otras sepulturas prehistóricas.

Los estudios de campo se han acompañado de perforaciones geoarqueológicas encaminadas a la reconstrucción del paleopaisaje y a determinar la paleotopografía del tómbolo del Cabo Trafalgar, así como a la reconstrucción de las lagunas costeras (lagoons) que en su momento rodearon al yacimiento, y cuyos recursos también fueron aprovechados en la Antigüedad. Asimismo, se han realizado prospecciones geofísicas encaminadas a la detección de potenciales restos arqueológicos bajo el manto dunar de génesis eólica que cubre toda la zona objeto de estudio.

Estos trabajos se han ejecutado en base a dos contratos menores financiados por la Delegación de Cultura y Patrimonio de la Junta de Andalucía, por un total de unos 27.000 euros. Una inversión que, tal y como explicó la Delegada Territorial en Cádiz, Mercedes Colombo, permitirá acometer la primera fase prevista en los trabajos de puesta en valor, consistentes en el estudio arqueológico y arqueométrico de los hallazgos de las primeras campañas de excavación y en un programa de sondeos arqueológicos mecánicos y manuales destinados a la definición en detalle del área de dispersión de hallazgos en las diversas zonas del yacimiento.

La puesta en valor y musealización

Distintos hallazgos y zonas donde musealizar / UCA

Uno de los puntos más interesantes de estos trabajos es la futura musealización de los abundantes hallazgos, que se dividirán por una parte en el área de las termas romanas y edificios de salazones de la playa y, por otra, en la villa romana ubicada en el Cabo de Trafalgar, que se completarán a su vez con la tumba megalítica localizada en el camino al cabo, "y que formarán parte de una ruta que permitirá contemplar estos tres hitos", explica Bernal. Además, "también tenemos previsto realizar una exposición de estos hallazgos".

El Catedrático de la UCA afirma que los investigadores del proyecto están "muy contentos" no sólo por la dimensión de estos trabajos, sino porque "las perspectivas de musealización son muy notables, pues los hallazgos se entienden". De hecho, es tan amplia el área con restos de edificios en buen estado de conservación localizados en los Caños, "que habrá que seleccionar qué musealizar, pues el cordón dunar cuenta con más estructuras".

En las próximas semanas se ultimarán los trabajos de campo, que se han desarrollado en el marco del proyecto Arqueostra, tras lo cual se darán a conocer de manera detallada los resultados científicos de estas investigaciones interdisciplinares, ejecutadas por la Universidad de Cádiz y por otras instituciones colaboradoras (Universidad de Estrasburgo y Centre National de la Recherche Scientifique; y la universidad alemana de Marburgo).

Asimismo, a lo largo de 2022 se emprenderán otras actuaciones de investigación, conservación, puesta en valor y transferencia, con el objetivo final de que a medio plazo este importante y multi-secuenciado yacimiento gaditano pueda ser disfrutado por la ciudadanía, y convertirse en seña de identidad patrimonial de estos paradisíacos paisajes costeros gaditanos, a los cuales se les une a partir de ahora la variable patrimonial.

Junto a Darío Bernal-Casasola, dirite el proyecto José Juan Díaz Rodríguez, profesor ayudante doctor, ambos del Departamento de Historia, Geografía y Filosofía de la Universidad de Cádiz, con la colaboración de más de 10 investigadores del Grupo de Investigación HUM-440. Cuenta con la autorización del Parque Natural de la Breña y Marismas del Barbate, a través de la Delegación Territorial de Desarrollo Sostenible de la Juna de Andalucía en Cádiz.

Se confirma la continuidad ocupacional

En relación al estudio de los hallazgos arqueológicos, se puede avanzar que el estudio en curso de desarrollo verifica la continuidad ocupacional en el yacimiento romano entre época de Augusto y finales del siglo IV o inicios del siglo V d.C. Estas novedades han permitido cubrir un vacío histórico de más de 300 años existente con antelación, ya que se planteaba que la villa romana se había abandonado en momentos avanzados del siglo I d.C., situación que es posible entender actualmente pues la ocupación humana se trasladó a la playa de los Caños de Meca, donde las posibles cetariae e instalaciones anexas, como el balneum documentado, estuvieron en funcionamiento hasta poco antes del paso de los vándalos con Genserico por el estrecho de Gibraltar (año 429 de la era). También se han realizado los primeros análisis arqueozoológicos de la fauna terrestre y marina, destacando la localización de un gran conchero de época julio-claudia, donde los muryleguli (mariscadores romanos) desecharon los restos de sus capturas, especialmente burgaillos (Phorcus lineatus). Además, se han recuperado restos de ostras (Ostrea edulis) y de mejillones (Mytilus galloprovincialis), posiblemente algunas de las especies que fueron objeto de cría y engorde en los viveros romanos de la villa. Y en lo que respecta a la necrópolis prehistórica, en estos últimos meses se ha comenzado el estudio de laboratorio tanto de los restos óseos de los ocho individuos documentados (análisis paleopatológicos, dataciones absolutas por radiocarbono, ADN antiguo, …) como del ajuar recuperado.

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