Belén Martínez presenta “Una sonata de verano”, premio Puck de novela juvenil
Literatura juvenil
La gaditana logra crear un lugar mágico inspirado en una mezcla de La Barrosa yPeñíscola
Cádiz/La imagen de una mujer que se despeña desde un acantilado, una imagen que puede ser real o la de una novela que ob sesiona la protagonista de la trama, ofrece el sabor de un ritmo de suspense que nos puede llevar a Hitchcock, claro, o a secretos sacados de las hermanas Brontë. pero a día de hoy.
Belén Martínez presentó ayer en su tierra, Cádiz, en Las Libreras, su tercera novela y la segunda premiada. Esta vez por el premio Puck, creado por Urano para su división juvenil, que son las colecciones que desmienten por su volumen aquello de que los jóvenes no leen. Leen novelas como las de Belén Martínez, que reconoce que, en esta ocasión, “la historia me pedía detenerme en los personajes”.
Y la historia es absorbente y se desarrolla en un lugar ficticio, Aguablanca, un pueblo de veraneo que es una mezcla de un viaje a Peñíscola, donde apareció la idea de contar un libro dentro de un libro, y La Barrosa.
Es un giro en su obra, ya que la anterior novela tenía corte fantástico, pero admite Belén que “tiene que ver con que me pasa lo mismo con las lecturas. De repente leo mucho de un género, me canso, y tengo que pasar a otro”.
En este caso el género es el misterio, historias ocultas en el veraneo de un joven albino obsesionado con una novela, Preludio de invierno, y de un autor, el anciano Óscar Salvatierra, al igual que la escritora, en su día, se obsesionó con La historia interminable y lo leyó varias veces.
Casio, su protagonista, parte de esa obsesión y ella reconoce que “tiene mucho más de mí que ningún otro personaje que he creado y, sin embargo, la historia me pide que sea un chico y no una chica. Me guío al escribir de lo que me está contando la historia”.
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